Hace rato que los “dibujitos” japoneses están considerados mucho más que eso. La escuela del cine animado oriental tiene legiones de fanáticos y desde el estreno de Akira en el Festival de Cine de Nueva York allá por 1990, también goza del respeto de los críticos e inspiraba temor entre los ejecutivos de los estudios estadounidenses hasta la aparición de Pixar y su renovación estética y temática. En ese contexto se puede leer el notable ciclo de animé que la sala de cine del Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415) le estará dedicando al género durante julio. El ciclo comienza hoy y transcurrirá durante todo el mes, de jueves a domingo, en horarios que se adaptan tanto a las necesidades de los niños como a los jóvenes y adultos que prefieran una sala más despejada y con entradas a precio más amable que el circuito comercial.

Por la pantalla del Malba desfilarán desde éxitos ochentonoventosos como Meteoro (Tatsuo Yoshida), Mazinger Z o Los caballeros del Zodíaco (Shigeyasu Yamaguchi), clásicos de la primera hora como Alakzam, el grande, Astroboy y Kimba, el león blanco del fundacional Osamu Tezuka (fundacional por partida doble: padre de la historieta japonesa contemporánea tanto como de su llegada a la pantalla). Y claro, joyas contemporáneas del estudio Ghibli y su portaestandarte: Hayao Miyazaki. De hecho, desde el mismo texto curatorial que propone el Museo se advierte la consideración de esta etapa rupturista: “empezó siendo una anomalía en la televisión argentina de los 70, dominada por los dibujos animados de Hanna & Barbera. Esto era distinto: los ojos de todos los personajes eran inmensos, el humor era desconcertante y los extremos emocionales desafiaban al más caldeado melodrama mexicano”.

La selección es amplia y recorre toda la historia del género, aunque no vaya en orden. Algunas de las obras ya aparecieron por la pantalla chica local, como Mazinger Z (que tendrá una maratón en cuatro partes), Heidi (de Kazuko Sugiyama y donde también tenía participación Miyazaki) o el clásico Robotech, de Ishiguro y Kawamori. Aquí surge una pata muy interesante que es la de poder volver a ver ciertos clásicos, productos de otra era, con una animación muy distinta a la que se puede ver hoy, con un ritmo narrativo que maneja otros tiempos, pero hacerlo en pantalla grande y con buen sonido. O quizás que quienes vieron esas obras de chicos ante la tele ahora puedan compartir la experiencia con sus propios hijos. Incluso hay series que claramente atravesaron a distintas generaciones, como el caso de Dragon Ball (Daisuke Nishio) y también se proyectarán.

Por supuesto también está la posibilidad de ir a lo seguro y limitarse a correr junto a Chihiro en su viaje (que tendrá varias funciones), pero la excusa y las posibilidades que ofrece el ciclo son amplias. ¿Los horarios? Flexibles. La primera función de los jueves es a las 21 y la siguiente a las 23. Los viernes arranca a las 18 y sigue a las 22. Los sábados hay a las 16 (salvo este primer fin de semana) y luego otra a las 22. Los domingos la función es a las 16, ideal para niños, aunque este domingo no habrá por el bicentenario de la Independencia.

El detalle de la programación se encuentra en la web del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires: www.malba.org.ar.