Jueves, 18 de agosto de 2016 | Hoy
CINE › EL PULSO, FALLIDA ADAPTACIóN DE CELL, LA NOVELA DE STEPHEN KING
Por Diego Brodersen
Importante decepción la de El pulso, adaptación de Cell, la novela de Stephen King que, sin encaramarse en el panteón de los mejores textos escritos por el autor, poseía suficiente jugo para ser trasvasado a la pantalla. Su lectura sobre la mitología de los muertos vivos (no casualmente, el libro está dedicado a George Romero), aunque redireccionada hacia el terreno de la distopía generada por un abuso de la tecnología, permitía dos caminos posibles: una adaptación ambiciosa en más de un sentido, con múltiples tramas paralelas y la necesidad de ingentes recursos económicos, o la reducción del relato a las partículas más elementales y la exploración del bajo presupuesto como bandera de orgullosa pertenencia. Es claro que el film de Tod Williams (el mismo realizador de Actividad paranormal 2) optó por la segunda opción, con la participación de una miríada de productores ejecutivos que incluyen a su estrella principal, John Cusack.
La primera escena, si bien derivativa como el resto de lo que vendrá, al menos ofrece las necesarias dosis de tensión y un desprecio por las demoras innecesarias: el protagonista llega al aeropuerto y, en cuestión de minutos, estalla la hecatombe, luego de que una señal transmitida por los teléfonos celulares transforma a la mayoría de los individuos en una alienada, enloquecida y violenta masa. Al tren se sube rápidamente el personaje interpretado por Samuel L. Jackson y el dúo central continúa sumando compañeros y compañeras con el correr de los poco más de noventa minutos de metraje, pandilla que incluye al veterano Stacey Keach, disfrazado para la ocasión de director universitario corrido de la ortodoxia merced a las circunstancias. Ese nervio inicial se convierte velozmente en rutina y la travesía en busca de familiares vivos y/o de un lugar donde establecerse no es otra cosa que un clon poco agraciado de las aventuras creadas por Romero e, incluso, de sus derivados televisivos más recientes.
El guión, coescrito por el propio King, transforma las ideas políticas de la novela en esqueletos básicos que otros films sobre zombis literales o metafóricos (en particular, El amanecer de los muertos, de Romero, y Shivers, de David Cronenberg) ya habían investigado de manera mucho más ingeniosa y punzante. Y la sucesión de peligros, trampas y sacrificios heroicos que dan forma a El pulso terminan redondeando una versión chapucera y torpe de la propia novela en la cual se basa (eso sí: con infinidad de referencias al universo King bien a la vista) y de las decenas de películas con las cuales conversa conscientemente e inconscientemente. Una importante decepción y una verdadera pena, teniendo en cuenta algunos de los talentos involucrados y las posibilidades perdidas.
(Cell; EE.UU., 2016)
Dirección: Tod Williams.
Guión: Stephen King y Adam Alleca.
Duración: 98 minutos.
Intérpretes: John Cusack, Samuel L. Jackson, Isabelle Fuhrman, Stacy Keach, Ethan Andrew Casto.
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