Jueves, 23 de noviembre de 2006 | Hoy
CINE › “LA VERDAD INCOMODA”, CON AL GORE
Por Luciano Monteagudo
Es un hecho, las advertencias de organizaciones científicas y ecológicas lo vienen diciendo hace años, aunque no está lo suficientemente difundido: el planeta Tierra tal como lo conocemos está amenazado de muerte, el calentamiento global es un hecho, la atmósfera (al igual que mares y ríos) está cada vez más contaminada, los polos se están derritiendo a pasos agigantados y, si no se toman acciones drásticas y urgentes a escala mundial, la catástrofe puede llegar a ser irremediable. Lo que parece improbable es que un documental como La verdad incómoda y su protagonista, el ex vicepresidente estadounidense Al Gore, sean capaces de revertir la situación.
“¿Se acuerdan? Se suponía que yo iba a ser el próximo presidente de los Estados Unidos”, dice risueño Gore, a modo de presentación a su audiencia, aquellos que están viendo la película y quienes sonríen cómplices en el estudio en el que representa su one man show acerca del calentamiento global y otras catástrofes climáticas, de las cuales él dice ser el principio de la solución. Desde hace seis años, cuando perdió la presidencia de su país por fraude de la familia Bush en el estado de la Florida, Gore manifiesta haber “redireccionado su vida”, dedicándose a dictar conferencias acerca del tema que aparentemente siempre lo desveló: la gravedad de los cambios climáticos que sufre el planeta.
El documental dirigido por Davis Guggenheim (un realizador proveniente de la televisión) no hace sino registrar sumisamente uno de esos coloquios, que parece más bien una presentación empresaria para demostrar las virtudes del software PowerPoint. Y las pocas veces que la cámara sale del estudio es para mostrar “el costado humano” de Gore, historias personales y familiares que supuestamente deberían convencer al público de la honestidad de quien tienen delante, como si un vendedor de autos usados quisiera demostrar su inocencia.
Es obvio que La verdad incómoda está concebida como una primera plataforma de campaña para las elecciones presidenciales 2008, en las cuales Gore aspira volver a representar al Partido Demócrata. Lo que queda claro, sin embargo, es que si todo su carisma y vuelo intelectual están en esta película la rival cantada de los republicanos no puede ser otra que Hillary Clinton. Más allá del despliegue de gráficos y estadísticas, es tan pobre, tan elemental, tan soso su discurso, le falta tanta sangre y fuerza de convicción que uno no puede sino preguntarse si es menos una cuestión de personalidad que de ideología política.
Una respuesta posible se encuentra en el excelente sitio Word Socialist Web Site (wsws.org), donde en su reseña de la película el crítico Joe Kay puntualiza fríamente varios items muy concretos: que Gore se cuida muy bien de mencionar a las grandes compañías de petróleo como las principales causantes de la debacle; que considera a todo el asunto “un problema moral” y no económico, librando la responsabilidad a las acciones individuales del ciudadano (quien por otra parte no tiene muchas más posibilidades concretas a mano que apagar las luces de su casa y cerrar las canillas); que no se refiere expresamente a la política energética de su país que lleva a cabo la administración Bush, en apariencia su rival; que desertó cobardemente ante el fraude cometido sin dar batalla (algo que ya señalaba el mejor momento de Farenheit 9/11 de Michael Moore), y last but not least, que durante los ocho años en que él fue vicepresidente y pudo haber tomado acciones concretas desde el Poder Ejecutivo del país más poderoso del globo, no hubo ningún cambio favorable en los índices climáticos que muestran sus propios gráficos.
5-LA VERDAD INCOMODA
(An Incovenient Truth)
EE.UU., 2006
Dirección: Davis Guggenheim.
Documental conducido y protagonizado por Al Gore.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.