El español Antonio Banderas presentó en Berlín su segundo trabajo como director, Summer rain (“El camino de los ingleses”): con ello, la estrella de Hollywood aparece por partida doble, ya que mañana se lo verá en Bordertown, el filme de Gregory Nava, con Je-nnifer Lopez, que compite por el Oso. El actor y director defendió un proyecto tan personal como arriesgado que, como él mismo admitió, “fue recibido de forma polarizada” en el Festival de Sundance y que se esperaba con expectación en la sección Panorama.

“Tenía que hacer un ejercicio de libertad creativa”, explicó Banderas.

“No era arrogancia, sino necesidad”, señaló, para luego explicar que nunca esperó grandes recaudaciones con su película, “ya que se mueve de forma opuesta a mi trabajo de los últimos diecisiete años en Hollywood, más comercial. Si algo me permitió Hollywood es comprar mi libertad financiera y hacer películas como ésta”. Ambientado en la España de los ’70, el film posee imágenes que Banderas definió como “barrocas y surrealistas”: “No soy un director sueco ni ruso, sino que soy un andaluz que ha crecido entre toreros y flamenco, tengo que sacar lo que llevo dentro”, dijo.