Martes, 3 de julio de 2007 | Hoy
CINE › MATT GROENING Y AL JEAN ROMPEN EL SILENCIO
En Madrid se presentaron las primeras imágenes de Los Simpson- La película. “Los temas que tratamos son más maduros, y nos esforzamos por dar algo nuevo”, dicen los padres de la criatura.
Por Jordi Costa*
desde Madrid
“No me descargaré ilegalmente esta película”, copia Bart Simpson en su pizarra de castigo al comienzo de lo que apunta a ser uno de los grandes éxitos cinematográficos de los próximos meses, a escala mundial. Matt Groening, creador de los inmortales personajes, y Al Jean, productor ejecutivo de la serie desde sus mismos orígenes (hace ya casi veinte años), presentaron este fin de semana ante la prensa, en una sala de Madrid, los primeros diez minutos de Los Simpson-La película, un proyecto manejado en el más absoluto secreto que llegará a las pantallas de medio mundo (entre ellas las argentinas) el próximo 26 de julio. El acto en cuestión fue breve, pero el menú ofreció un generoso banquete de alicientes: la famosa canción de apertura de la serie televisiva reinterpretada por Green Day, un arrebato místico-apocalíptico sufrido por el abuelo Abe Simpson y un desnudo integral de Bart (que acaba amargando un ágape de Ned Flanders y sus hijos) se concentran, entre gags veloces y guiños para el fan, en el frenético arranque de la película.
“Nos hemos impuesto la exigencia de ofrecer al público algo que no haya podido ver hasta ahora en televisión”, comenta Groening. “Los temas que tratamos son un poco más maduros. Por supuesto, el público que ve televisión es muy sofisticado y podría aceptar todo lo que hemos hecho en la película, pero nos hemos esforzado por dar algo nuevo. Una de las cosas más divertidas de hacer una película es que no tenés la necesidad de acelerar la narrativa: podés tomarte tu tiempo para contar algo. Por ejemplo, la escena en la que Bart practica skate completamente desnudo se podría haber hecho en la serie, pero hubiese durado 10 segundos. En televisión tenés la exigencia de ir corriendo hacia el siguiente chiste y, en el cine, cada chiste puede crecer y desarrollar su propia complejidad.”
En el episodio 138 de la serie, Groening se dibujó a sí mismo como un viejo sureño, con un parche en el ojo, una cicatriz en la frente y el cráneo rasurado: un avinagrado fanático de las armas que poco tiene que ver con el afable creador que reconoció ante la prensa sentirse en deuda con Walt Disney. “Fueron las orejas de Mickey Mouse las que me enseñaron a crear personajes fácilmente reconocibles por su corte de pelo”, afirma.
Antes de tener su propia serie televisiva en 1989, Los Simpson nacieron como personajes de tira animada de 15 segundos en El show de Tracey Ullman. Ya entonces el responsable de la animación era David Silverman, que ahora se encarga de dirigir la película. Con el tiempo, el universo de Springfield demostró que los dibujos animados podían servir para componer una suerte de balzaquiana Comedia humana de la contemporaneidad: “Ahora tenemos 300 personajes fijos en la serie y lo que me sorprende es hasta qué punto el público conoce a cada uno de ellos y quiere saber qué va siendo de ellos. Quiero hacer un spin off (serie derivada) de Los Simpson con todos los personajes secundarios de Springfield, pero no tenemos tiempo para poder hacerlo”, afirma Groening.
Uno de los secretos del éxito de Los Simpson está en su equipo de guionistas, que, como cuenta la leyenda, son reclutados en las mejores universidades de los Estados Unidos. Según Al Jean, antiguo alumno de Harvard, “la leyenda es absolutamente cierta, pero no es algo que tenga que ver con sus diplomas, sino con el hecho de que son gente realmente divertida. Muchos de ellos ya habían tenido trabajos previos como guionistas en programas como Saturday Night Live o el show de David Letterman. Nuestras decisiones tienen que ver con la calidad de los guiones que son capaces de escribir, no con su título académico. De hecho, no nos importa de dónde vienen si escriben grandes guiones”.
El actual estado de salud de la animación televisiva para adultos se debe a la consolidación de Los Simpson como fenómeno global, aunque su trayectoria, como recuerda Al Jean, no se ha visto libre de polémicas: “En la decimotercera temporada tuvimos un episodio (‘Weekend at Burnsie’s’) en el que Homero se convertía en un adicto a la marihuana tras emplearla por prescripción médica. La Fox tenía miedo de las reacciones que ese episodio podía generar, pero no pasó nada. Sin embargo, en el episodio que se había emitido la semana anterior (‘Blame it on Lisa’), los Simpson se iban a Brasil y la ciudad de Río de Janeiro nos quiso demandar por la descripción que ofrecíamos del lugar. Aunque todos los brasileños con los que nos cruzamos desde entonces nos dijeron que les pareció muy gracioso”. La franquicia también se distingue por su buen gusto y cuidado a la hora de comercializar su merchandising, pero el mercado pirata no dejó de proporcionar alguna que otra sorpresa: “Hace cuatro años, en Barcelona encontré papel de fumar decorado con la efigie de Bart. Por supuesto, era un producto pirata, pero compré unas cuantas cajas para regalárselas a Matt”, recuerda el productor.
Groening ya está embarcado en la preparación de cuatro películas de la serie Futurama, que aparecerán directamente en dvd. Cancelada en su momento, Futurama regresa por la puerta grande a petición de los fans. En el compás de espera, los Simpson tendrán que lidiar en cartelera con los mismísimos Transformers: “En cierto sentido, nuestra película es también un comentario irónico sobre las grandes superproducciones: hay grandes explosiones, situaciones apocalípticas... En suma, todo lo que excita al público”, concluye Groening.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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