Estuvieron perdidos, ocultos durante tres décadas. Y hoy volverán a ver la luz. El documental Ya es tiempo de violencia (1969) y el cortometraje La desconocida (1962), ambos dirigidos por Enrique Juárez, se exhibirán en copias nuevas en 35 mm en el Malba (Figueroa Alcorta 3415) hoy y el sábado 1º de septiembre a las 18.30 y el domingo 2 de septiembre a las 15, siempre con entrada libre y gratuita. El largometraje Ya es tiempo de violencia fue pensado por Enrique Juárez desde la única mirada posible para el realizador en ese momento: la de un militante peronista comprometido con su tiempo, al que la dictadura militar convirtió en desaparecido desde el 10 de diciembre de 1976.

El film, producido en la clandestinidad y sustentado en materiales de archivo de noticieros, toma como eje el Cordobazo, se extiende a otras resistencias obreras y estudiantiles y lo contrapone con el discurso oficial que los medios masivos reproducían durante la dictadura militar de Juan Carlos Onganía. Con el golpe de Estado de 1976 la película se consideraba perdida, pero una copia había quedado resguardada en los archivos del Icaic (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), en La Habana. Fernando Krichmar, del grupo Cine Insurgente, trajo esa copia a Buenos Aires y Aprocinain (Asociación para el Apoyo Patrimonial Audiovisual y la Cinemateca Nacional) pudo realizar un internegativo para su preservación. El documental, que circuló en ámbitos de la militancia, cuenta con las voces de Enrique Juárez y del actor Héctor Alterio y fue producido por Armando Bresky, el mismo del Romance del Aniceto y la Francisca..., de Leonardo Favio.

Ezequiel Juárez, sobrino de Enrique y egresado de la Enerc, participó en el rescate del material y en el hallazgo del corto (ver recuadro). “La mayoría de las imágenes del Cordobazo son de archivo, compañeros que trabajaban en televisión entregaban ese material en forma clandestina y Enrique y mi viejo las utilizaban para los documentales”, señala Ezequiel. En el comienzo, Ya es tiempo de violencia registra una pobreza que parece actual, campesinos con los rostros ajados por la miseria. El documental continúa con imágenes de archivo de la represión en Latinoamérica y vuelve a la ciudad de Córdoba, epicentro del Cordobazo y la histórica resistencia obrero-estudiantil del 29 y 30 de mayo del ’69. La calle convertida en barricada, la represión, la muerte del obrero Máximo Mena, fuego, humareda y banderas argentinas flameando.

Un relator en off se refiere al asesinato de Augusto Timoteo Vandor, jerarca de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica), el 30 de junio de 1969. A continuación, Juárez realza con imágenes poderosas y multitudinarias el entierro de Emilio Jáuregui, líder del Sindicato de Prensa, acribillado tres días antes en una manifestación en repudio a la llegada de Rockefeller. El documental adquiere un tono irónico para tratar el consumo impuesto por el capitalismo a través de la televisión. El tema “Rocky Racoon”, de The Beatles, suena de fondo para tratar el repudio de la visita del enviado del presidente Richard Nixon a la Argentina: Nelson Rockefeller, uno de los dueños de los supermercados Miramax. En otro tramo la voz inconfundible de Héctor Alterio reproduce la carta de Agustín Tosco, líder del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, desde la cárcel de Santa Rosa, escrita el 12 de junio de 1969, en la que insta a la unidad y a continuar la lucha. Hasta llegar al poderoso cierre que destaca Ezequiel Juárez: “Enrique lee al final con su propia voz el poema Patria, que no es de su autoría pero que fue premonitorio de su propia suerte”.