Buscando ofrecer un espacio a las nuevas realizadoras, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) organizó la novena edición del concurso “La mujer y el cine”, bajo la coordinación de la actriz Marta Bianchi, presidenta de la ONG con nombre homónimo al del certamen. La recepción fue numerosa: se presentaron 162 cortos de todo el país y un jurado preseleccionó 41, de los cuales 24 son de ficción, 15 pertenecen al género documental y hay dos animaciones. Otro jurado integrado por Julieta Díaz, Julia Solomonoff, Juan Taratuto, Ana María Shua y Diego Lerer elegirá hoy a la ganadora (que recibirá 6 mil pesos y material de filmación y revelado) y otorgará dos menciones (3 mil pesos para cada una y materiales). Se entregarán también los premios “María Luisa Bemberg”, para el trabajo que mejor muestre una imagen positiva de la mujer, y “Arte Vivo”, a la Mejor Ficción, además de un galardón al Mejor Documental. “El objetivo de este concurso es abrir un espacio de legitimación de las nuevas realizadoras y ser una vidriera para que sus obras lleguen al verdadero destinatario, que es el público”, señala Bianchi, quien acaba de ganar el Premio ACE a la Mejor Actriz Protagónica en Drama. “La intención –agrega Bianchi– es estimular a las mujeres a ejercer roles de liderazgo en el cine y hacer circular una producción creativa que tiene pocas vías de circulación”, agrega. Los 41 cortos podrán verse hoy después del anuncio y mañana y el sábado a las 18 y a las 20 en el Malba.

Uno de los audiovisuales preseleccionados es Identidad/Madrid, donde Ana Alvarez Errecalde documentó el trabajo del artista cubano Jorge Rodríguez-Gerada en la capital de España. “El hace grandes murales efímeros, realizados a carboncillo, de rostros de gente anónima. Sus dibujos ‘aparecen’ en muros abandonados de distintas ciudades del mundo”, comenta la cineasta, que recibió una beca de producción de Third World Newsreel de Nueva York. Alvarez Errecalde agrega que el requisito para ser protagonista de las obras de este artista “es tener un sentido de pertenencia, de identidad, para con el lugar donde uno vive”. Las dos protagonistas del mural de Jorge Rodríguez-Gerada son mujeres: “Raquel, madrileña de toda la vida, y María, una inmigrante china, que se castellanizó el nombre para dejar sentado que ella ya es de Madrid”, destaca la joven realizadora, oriunda de Bahía Blanca.

Nacida hace 23 años en Buenos Aires, Catalina Molina vive en Austria desde los cinco años. A raíz de su interés por el cine argentino, está realizando un año de intercambio con la Enerc en Buenos Aires. Para este concurso presentó el corto Zeitfeld, rodado en ese país europeo durante sus estudios en la Universidad de Cine de Viena y que, según define, “es el resultado de recuerdos, impresiones y experiencias personales diferentes que traté de juntar en este corto”. Zeitfeld gira en torno de la vida de una mujer “que regresa después de muchos años al pueblo de su infancia y se encuentra con una historia que, a pesar de los años, sigue sin ser resuelta y decide finalmente enfrentarla”, comenta Molina.

La cineasta cordobesa Gabriela Trettel presentó el corto Ana, que relata la etapa de transición de la niñez a la adolescencia. “Una idea fue transmitir cosas que pasan dentro de una familia y que nadie las percibe desde adentro, situaciones cotidianas que son muy determinantes para los individuos, aunque nadie se detenga a pensar en ellas”, relata Tre-ttel, quien destaca que “la transición que vive Ana, su mirada acerca del mundo que la rodea, tanto del femenino como del masculino, y cómo se siente ella dentro de este mundo” es el eje de la historia.

Desde Nogoyá, Entre Ríos, llegó el corto Tijeras, de Eleonora Sosa Hanson, que realizó una capacitación becada por el Instituto Audiovisual de esa provincia. “La idea de Tijeras surgió del pensamiento colectivo de que las mujeres somos complicadas y los hombres son todos iguales, como si fueran cortados por la misma tijera. Imaginándonos con humor el momento de la creación nació la idea para el corto”, comenta Sosa Hanson. A esta idea le agregó “lo que algunos pensadores han aportado en la temática de las mujeres, como Oscar Wilde o Freud. El corto quiere reflejar que puede ser que las mujeres seamos difíciles de entender, pero eso surge de la diversidad de mujeres. El corto festeja eso que resalta en el género femenino por naturaleza, desde el punto de vista del humor, y refleja a cada mujer cómo única, diferente a las demás”.

Otro documental es Y vi la esperma brotar de sus ojos, de Ximena González, egresada del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda (IDAC) y estudiante de Enseñanza de las Artes Audiovisuales en la Enerc. “Como documentalista, soy consciente de las transformaciones que sufre la realidad a través de la representación, ya sea ésta buscada como manipulación ideológica o accidental, y me propuse poner en evidencia los mecanismos que se llevan a cabo en este proceso”, señala González. “Y vi la esperma brotar de sus ojos se construye a partir de fragmentos de origen documental de material pornográfico, en los cuales hay un discurso que aparece velado en la ampulosidad de las imágenes. Me resultó interesante poner de manifiesto cierta ideología que subyace en estos registros que parecen fútiles, más allá de su objetivo de conmoción sexual”, explica la cineasta.

Amor autoadhesivo fue dirigido por Leticia Cristoph junto a Pablo Barbieri, ambos egresados de la carrera Diseño de Imagen y Sonido de la Universidad de Buenos Aires. “Nos interesó trabajar una problemática de pareja de una manera expresiva y lúdica. Una suerte de pesadilla naïf, dándole predominancia a lo sensorial”, explica Cristoph, quien destaca que su corto refleja “el rol del hombre y la mujer a través de una experiencia de sexo y posesión, de dolor, de la falta de espacio”.