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ACORRALADOS

Dirección: Mike Barker
Guión: William Morrissey.
Intérpretes: Pierce Brosnan, Maria Bello, Gerard Butler, Claudette Mink.

El comienzo es bastante obvio, pero tampoco está mal. Neil (Gerard Butler), ejecutivo de una gran empresa de publicidad, acostumbrado a quedarse con las cuentas de los clientes más importantes, ostenta también, como otro trofeo, una familia modelo: Abby, esposa bella y dedicada (Maria Bello, directo de Una historia violenta); hija encantadora; auto y casa de lujo. Frente a tanto éxito y felicidad, algo tiene que suceder para que exista un thriller. Y sucede, a los pocos minutos nomás: un desconocido (Pierce Brosnan) aparece de pronto en el asiento trasero de la 4x4 de Neil y Abby y, a punta de pistola, les dice que a partir de ese momento él será Dios: harán todo lo que él diga o su hija (aparentemente secuestrada) sufrirá las consecuencias.

¿Qué quiere ese hombre? Lo primero que hace es forzarlos a retirar todo el dinero de la cuenta bancaria familiar (que es mucho) para quemarlo, como si fueran papelitos. Su demostración de que no es la plata aquello que le interesa lo vuelve aún más peligroso, imprevisible. Se diría que su intención es humillar a Neil y Abby, destruir ese american dream que han construido como pareja. Una serie de tomas a través de espejos, que multiplican los reflejos, sin embargo hace inferir que no todo es lo que parece. Y que las apariencias engañan.

Esa idea ya la desarrolló una y otra vez Brian De Palma (en Sisters, Blow Out y Vestida para matar, por citar solo algunos ejemplos a quemarropa) y el director Mike Barker no demuestra en Acorralados ser precisamente un discípulo aventajado. Su puesta en escena, en el mejor de los casos, es apenas correcta, tan prolija y anodina como puede serlo la de un telefilm realizado para la TV por cable. Para colmo, hacia el final el guión de William Morrisey que le tocó en suerte acumula, una detrás de otra, tantas inverosimilitudes que lo obligan a explicar, en pocos minutos, más cosas que la Enciclopedia Británica. No por nada en los Estados Unidos la película salió directo a video, sin animarse a pasar por esa prueba de fuego que sigue siendo el estreno en cines.