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Sábado, 29 de diciembre de 2007

CINE › SERGIO WOLF, NUEVO DIRECTOR DEL FESTIVAL DE CINE INDEPENDIENTE

“La idea es institucionalizarlo”

El flamante director del Bafici anticipa cómo trabajará para darle un anillo de protección que lo preserve de cimbronazos políticos y qué novedades habrá que esperar.

 Por Oscar Ranzani

Luego de la renuncia de Fernando Martín Peña a la dirección artística del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) por falta de respaldo y de apoyo político de la administración macrista de la ciudad –según esgrimió el conductor de Filmoteca (Canal 7), entre otras razones–, el ministro de Cultura del gobierno porteño, Hernán Lombardi, designó ayer al crítico y cineasta Sergio Wolf en el cargo vacante. La designación se hizo pública en una conferencia de prensa celebrada en el Centro Cultural Recoleta, de la que participaron Lombardi y Wolf. “Los festivales son un hecho central para Buenos Aires, ya son patrimonio de todos los ciudadanos y tienen esa doble connotación de regocijo y satisfacción para los espectadores”, expresó Lombardi, quien luego presentó al flamante director artístico del Bafici, cuya décima edición se desarrollará entre el 8 y el 20 de abril del próximo año.

Wolf, que participó como programador en distintas ediciones del Bafici, es además de crítico, docente, guionista, programador de cine del Centro Cultural Rojas y debutó como realizador codirigiendo con Lorena Muñoz Yo no sé qué me han hecho tus ojos, documental basado en la figura de la cantante Ada Falcón. Entre los principales lineamientos de su gestión, Wolf destacó a este diario la garantía “de la continuidad de todos los equipos y de la programación del festival” y que la idea “es tratar de conseguir la institucionalización del festival, que sea creado por ley y que quede garantizado frente a los cambios políticos, la posibilidad de que haya una onda expansiva del festival mayor durante el resto del año. El Bafici ya tiene una pata itinerante hacia el interior, pero sería importante que la ciudad también tenga esa onda expansiva. Sería importante (y en esto tiene que ver la cuestión de las salas), la capacidad de armar algo que se parezca a un circuito alternativo”, dijo Wolf a Página/12, después de la conferencia. Otros puntos señalados fueron “la mantención del Fondo Metropolitano con el apoyo de las películas. En esta edición no se puede, pero para más adelante está la idea de que ese Fondo se incremente porque se mantiene demasiado estable a lo largo de los años y ya no les alcanza a los directores para terminar las películas”, agregó Wolf, quien también agradeció el apoyo de Fernando Martín Peña “para que sigamos al frente”.

–¿Cuánto afectó la renuncia de Peña en la planificación del festival?

–Eso es difícil medirlo ahora. Por supuesto, hay cosas que habían sido gestiones de él, que en algunos casos se podrán recuperar y en otros no. Lo cierto es que el festival con todo esto quedó un poco congelado hasta que se decidiera. Con lo cual hay 180 películas invitadas que hay que reconfirmar. Hay un montón de directores apalabrados, retrospectivas apalabradas que hayque confirmar también. La impasse que conspiró un poco contra todo esto.

–¿Qué perfil tiene en la cabeza para el futuro del Bafici?

–Sabemos que es un festival muy importante para el cine argentino y para el cine en la Argentina. Con lo cual todo el tiempo pensamos de qué modo lograr que la onda expansiva del festival sea mayor, que haya más gente, pensar qué posibilidades hay de incorporar alguna nueva subsede para ampliar y diseminar más la oferta. Pero eso implica tener más películas, lo que implica más gastos. Es toda una cadena que tiene que ver con números, y yo por primera vez me enfrento con la organización general. También es cierto que, en mi caso particular, conozco el festival desde que nació y lo conozco desde todos los ángulos: fui crítico de Fipresci en el festival, competí con una película mía, hubo películas que yo guioné, fui programador y ahora me ofrecen ser director artístico. Es un festival que quiero y creo que no es solamente importante para nosotros: hay varios clones del Bafici ya en Latinoamérica, viene gente a ver cómo es el Bafici. Y esto es un gesto de generosidad.

–¿Cómo se va a trabajar con el gobierno nacional para obtener apoyo y financiamiento del Incaa?

–Está pedido al Instituto. Es un pedido legal que el Incaa siempre dio. El año pasado, por razones que ya todo el mundo conoce, se consiguió después. Pero básicamente se mantiene el apoyo que el Incaa le daba al festival, que era siempre más o menos el mismo. Al presupuesto que tiene el Bafici se le suman el aporte del Incaa y el aporte del Fondo Metropolitano. Es un festival muy barato. Por ahí para Argentina no, pero para lo que el Bafici es y lo que hace (ampliar películas, 400 películas, 200 invitados, 16 sedes), es un festival muy barato.

–¿Se va a mantener el precio de las entradas a 6 pesos y 3 para estudiantes y jubilados?

–En principio, sí. Todavía no se conversó con las salas, pero en principio es mantener los 6 y los 3 pesos.

–¿Cuál será el plazo de vigencia de los contratos de los programadores?

–Eso no lo sabemos. En principio, a todo el equipo se le ofreció continuar más allá de esta edición. Es decir, no es que vamos a tener un contrato de cuatro meses y después a revisar. No. Los contratos son anuales y la idea es que la gente tenga su contrato y que continúe varias ediciones. No está especificado cuántas, porque nunca se especifica al principio. Ningún director dice: “Me voy a quedar un año”. Uno se queda y hace varias ediciones. La idea, por supuesto, no es quedarme diez años en el cargo ni mucho menos. Creo que la de nadie. Y la idea es, además, que haya rotación y continuidad.

–¿Tienen pensado plantear la autarquía del Bafici a futuro?

–Recién lo planteó Lombardi: la idea es hacer una ley que garantice la continuidad del Bafici, que tenga un anillo de protección de notables, de gente del medio, que permitan que los cambios traumáticos de director dejen de serlo para formar parte de algo consensuado. El problema es que la autonomía puede garantizar la libertad, pero puede no garantizar los fondos de la ciudad. Entonces, ante el peligro de eso, la idea es institucionalizarlo y garantizar los fondos previendo en la ley que haya un anillo de protección de las personas que están a favor del cine independiente en la ciudad y que proteja al festival de los futuros cimbronazos políticos. De quién está en el gobierno, digamos.

–Le planteo una pregunta más filosófica: ¿en qué consiste la independencia del cine independiente?

–La independencia tiene que ver con un sentido de libertad frente a la hegemonía del poder, en términos estéticos, políticos, económicos y filosóficos. Generalmente, el término independiente se usa para hablar de las películas que están en contra o que, de alguna manera, combaten estética y económicamente en sus modos de producción y en su estética respecto de las estéticas y las economías hegemónicas o los modos hegemónicos de entender el cine.

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Sergio Wolf fue programador, pero también guionó, compitió y evaluó films en el festival.
 
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