Durísima la vida del productor hollywoodense: cuando los guionistas no están de huelga, los acreedores les reclaman dinero. Es el caso de New Line Cinema y de Mel Gibson, a quienes los herederos de J. R. R. Tolkien y un guionista, respectivamente, les exigen el pago de regalías. La productora fue demandada en una corte de Los Angeles por no haber pagado “ni un penique” de las ganancias de las películas, que desde 2001 a la fecha suman unos seis mil millones de dólares. De ese montón de dinero, los herederos del Tolkien quieren 150 millones como compensación, además de una indemnización por “daños punitivos”. También quieren retirarle a New Line Cinema todos los derechos para filmar películas basadas en la obra del escritor británico, como El hobbit, que está en preproducción y que quizá dirija el cineasta Guillermo del Toro. Los abogados de los herederos de Tolkien van aún más allá y aseguran que la productora no les permitió realizar auditorías después de las últimas dos películas (Las dos torres y El retorno del rey). “No puedo imaginarme cómo demonios New Line... podrá justificar ante el jurado que aunque las películas produjeron miles de millones de dólares los herederos del autor, que por ley deben cobrar regalías, no recibieron ni un penique”, declaró Bonnie Eskenazi, del equipo de juristas que presentó la demanda.

Otro en problemas similares es Mel Gibson: el actor, director y productor cinematográfico también deberá ir a los tribunales de Los Angeles, ya que Benedict Fitzgerald, un guionista de la polémica La pasión de Cristo, lo denunció por incumplimiento de contrato y fraude. Fitzgerald le reclama cinco millones de dólares como indemnización. El guionista asegura que Gibson le negó “una justa compensación” y cuenta en la demanda que el director se aprovechó “de su pasión desenfrenada por el proyecto y de sus creencias personales y espirituales”. Gibson le habría dicho que con la película no ganaría dinero y le pagó sólo 75 mil dólares. La Pasión de Cristo recaudó 600 millones.