–¿Cuáles fueron sus primeras impresiones y acciones a partir de haber asumido como director del Museo de Bellas Artes?

–Asumí la Dirección del MNBA la semana pasada y estamos comenzando a proyectar los cambios para la modernización y el mejor funcionamiento del museo. Por un lado, tuve una serie de reuniones con el ministro de Cultura, Pablo Avelluto; el secretario de Patrimonio y Museos, Américo Castilla, y el presidente de la Asociación Amigos del Museo, Julio Criveli, en las que abordamos los planes y proyectos futuros. Entre otras cosas, se planteó la necesidad de reforzar el carácter nacional del museo a través de exposiciones en las provincias, la implementación de un concurso público para cubrir el cargo de director artístico y comenzar a trabajar en la confección de un plan director para la reorganización, ampliación y modernización edilicia.

–En relación con la infraestructura ¿qué cambios piensa implementar?

–Es necesario dotar al museo de infraestructura específica para poder desarrollar actividades complementarias a las exposiciones como conciertos, conferencias, ciclos de cine, presentaciones de libros... También el museo adolece de la falta de espacios de intercambio social habituales en los principales museos del mundo, como bar, tienda, una buena librería...

Existen situaciones paradójicas como, por ejemplo, que el museo no cuenta con un auditorio, mientras que la sede de la Asociación de Amigos, ubicada a pocos metros sobre la avenida Figueroa Alcorta, posee uno moderno y equipado, pero no hay comunicación entre los edificios, ni una programación conjunta o por lo menos articulada.

Lo mismo sucede con los restaurantes ubicados en la planta baja del pabellón de exposiciones temporarias que no tienen vinculación con el museo, más bien le dan la espalda.

–Además de concursar la dirección artística, ¿qué puede decir de la organización interna del museo?

–Estamos comenzando a reorganizar las áreas de trabajo. Hemos verificado algunos problemas de falta de articulación o duplicaciones de tareas. Estamos teniendo reuniones con los responsables de cada área para establecer las necesidades que tienen e intentar resolver las anomalías. Todo ello en sintonía con un nuevo organigrama en el cual algunas áreas crecerán y se incorporarán nuevas, como un área editorial y una de extensión cultural.

–¿Cuál será el calendario de exposiciones?

–Ese es un punto neurálgico, definir una temporada de exhibiciones y que no sea un secuencia de muestras sin estrategia o visión global. En ese sentido, al asumir sobre el final del año estamos trabajando contra reloj. Había algunos proyectos en carpeta que se están evaluando y estamos tomando algunas decisiones. Por otro lado tenemos proyectos e ideas de exposiciones que iremos implementando en el tiempo.

En líneas generales, el MNBA planteará en cada temporada cuatro grandes exposiciones en el pabellón. Muestras que pongan en valor la obra de algún artista o movimiento artístico en particular: en ese sentido vamos a inaugurar en enero una muestra antológica de Roberto Plate, curada por Raúl Santana. Esa muestra tuvo varias postergaciones, pero será la exposición inaugural de mi gestión al frente del museo y eso me llena de orgullo. La exposición se llama Buenos Aires - París - Buenos Aires y aborda las múltiples facetas de ese gran artista argentino: pinturas, instalaciones, escenografías, etc. En esa misma línea de muestras de grandes artistas argentinos, hacia fin del 2016 presentaremos una exposición de Norberto Gómez, curada por Mercedes Casanegra, y en 2017 una de Luis Felipe Noé.

En relación con las exhibiciones históricas, hay en preparación una importante exposición del artista uruguayo del siglo XIX Juan Manuel Blanes, organizada entre Uruguay y Argentina, que estaba prevista para mayo de 2016, pero a causa del escaso tiempo restante y la falta de definiciones, debemos posponerla.

También estamos comenzando a desarrollar un proyecto de investigación y exposición en relación a la historia de los Salones Nacionales de Argentina (que comenzaron en 1911) que permitirá un abordaje crítico a una historia oficial del arte en nuestro país.

Por otra parte, el museo deberá generar grandes muestras que surjan de ensayos curatoriales que aborden problemáticas actuales y aporten una voz original en el debate cultural contemporáneo. Estas exposiciones podrían basarse en la colección del museo e incorporar nuevas obras. Para dar una idea, pienso en grandes muestras como por ejemplo Magicien de la terre o Femenino/masculino, ambas producidas por el Centro Pompidou.

Paralelamente estamos evaluando proyectos de muestras internacionales en el afán de que el museo recupere esa dimensión en el contexto regional.

–¿Y en cuanto a la colección?

–En relación con la colección permanente, este año se reabrió el primer piso, en el que se presentan obras argentinas y extranjeras del siglo XX puestas en diálogo, y lo más pronto posible vamos a volver a montar parte de la colección precolombina, que lamentablemente no se encuentra en exhibición. También se producirán exposiciones temporarias a partir de miradas sobre la colección, para exhibir en el museo y en las provincias.