Martes, 22 de mayo de 2007 | Hoy
PLASTICA › PANORAMA DE LA FERIA DE ARTE CONTEMPORANEO ARTEBA
Hoy es la última oportunidad para visitar la Feria arteBA 2007 en la Rural. Con más espacio, más presencia de arte latinoamericano y gran calidad, ésta es la mejor edición.
Por Fabián Lebenglik
En cada nueva edición la Feria se supera a sí misma. Hay una enorme cantidad de visitantes cada día, pero eso no dificulta en absoluto el recorrido, porque hay más espacio, no se producen tumultos, se puede ver todo con tranquilidad; los stands de las galerías se presentan con una selección de artistas y obras coherente, cosa que en ediciones anteriores era privativa de unas pocas. La participación de galerías extranjeras crece al punto de ocupar casi el cuarenta por ciento del sector central, gracias a lo cual se puede ver mucho más arte latinoamericano y español y generar un contexto que ayuda a los visitantes a tener un panorama posible del arte regional y de España, desde la perspectiva de los galeristas y el mercado. Las ventas también van muy buenas, de manera que la Feria crece y mejora en calidad.
En el caso de las galerías extranjeras se destaca la presencia brasileña con Baró Cruz Galería, Bergamin, Casa Triángulo, Leme, Murilo Castro, Nara Roesler, Thomas Cohn y Virgilio. De España Blanca Soto, Fernando Pradilla, Joan Guaita Art, Kreisler Galería de Arte, Sicart y VVV Gallery. De Chile vinieron Galería AFA, Galería Animal, Espacio 1305, Artespacio y la invitada al barrio joven Container Matucana 100. De Venezuela, Durban Segnini Gallery y Henrique Faría Fine Art / Faría Fábregas. De Uruguay, Sammer Gallery / Galería de las Misiones y Sur. Las galerías Lucía de la Puente y Enlace vinieron de Perú, mientras que Alejandra Von Hartz, DPM, Jacob Karpio y Terreno Baldío son de EE.UU., Ecuador, Costa Rica y México, respectivamente.
Hay de todo para ver, obras realizadas en las más diversas técnicas, también bastante tecnología, aunque no al grado de la sobredosis. Los proyectos de videoarte se han depurado y se exhiben mejor, de un modo más integrado a los soportes tradicionales.
Los criterios de arteBa son cada vez más altos. La organización, con la dirección del coleccionista Mauro Herlitzka, delega la selección de las distintas áreas en comités de expertos rotativos con integrantes locales e internacionales.
En el acceso de la Feria se homenajea a cuatro artistas que se abrieron camino en el arte en los años sesenta con una fuerte impronta pop: Delia Cacela, con sus acrílicos “Muchachas y muchachos” (pinturas realizadas junto con Pablo Mesejean), serie ganadora del Premio Di Tella 1966; Edgardo Giménez con la escultura en madera esmaltada “Mono albino” (1966/2007); Dalila Puzzovio, de quien se muestra su “Dalila doble plataforma” del ’67, una serie de sandalias de diseño propio en un exhibidor múltiple; y Juan Stoppani, de quien se seleccionó su divertido maniquí “Señora de lujo” y un telón escenográfico de grandes dimensiones.
Uno de los puntos altos es Open Space (una puesta al día de lo que en las primeras ediciones fue el patio de esculturas, pero que ahora se aggiorna con obras de todo tipo), donde varias de las galerías presentes, locales y extranjeras, presentan obras de grandes dimensiones realizadas por artistas de su staff, que excederían el marco de un stand. En esta sección –diseñada por Gustavo Vásquez Ocampo–, la Feria toma un aspecto que la vincula con las bienales de arte.
Aquí se destacan las piezas del brasileño Enrique Oliveira, un enorme vórtice de madera, que luce como el ojo de un huracán en pleno éxtasis centrífugo. También la puesta de Karina Peisajovich con sus maquinaria visual de luces y figuras geométricas que se proyectan en bellas combinaciones.
Otra obra notable es el kiosco de diarios que Daniel Joglar montó con papelería y discos compactos en blanco. Un ordenamiento riguroso en el que los papeles de distintos formatos se imbrican para componer un muestrario abstracto de formas y colores dispuestos sin embrago con todos los tics expositivos de los puestos callejeros, pero en clave armónica. La obra comprueba, por contraste, la fugacidad de los diarios y revistas cuya visualidad y contenidos (por su lógica misma) caducan pasmosamente más rápido que la de una obra realizada con la mirada poética de un artista.
Otro impacto es el de la gran pieza de Juan Carlos Distéfano, “Acción directa” (resina epoxi, 3,25 x 3 x 3 metros). Se trata de una obra que marca fuertes relaciones político religiosas, en la que un personaje en calzoncillos se trepa a un poste eléctrico (donde el símbolo anarquista reemplaza la sigla INRI), para cortar los cables de alta tensión, de manera que pueda remontar un barrilete sin obstáculos. La escultura, realizada por el artista hace una década, cita un poema de Oliverio Girondo: “recansadísimo/ de tanta estanca remetáfora de la náusea/ y de la revirgísima inocencia/ y de los instintitos perversitos/ y de las ideítas reputitas/ y de las ideonas reputonas/ y de los reflujos y resacas de las resecas circunstancias...”
El “Monoambiente” de Benito Laren funciona como cita y homenaje a sus colegas Fabio Kacero, Pablo Siquier, Guillermo Kuitca y Omar Schiliro, entre muchos otros.
Otras de las piezas destacadas de esta sección son las de Carlos Gallardo, Milton Becerra (Venezuela), Lorena Guzmán y Edgardo Cozarinsky y Oligatega Numeric.
Otro de los puntos salientes de esta edición es el cuarto concurso arteBA Petrobras. La selección de ocho finalistas (a cargo de Roberto Jacoby, Marina De Caro y Victoria Noorthoorn, directora del premio) incluye piezas de gran complejidad, realizadas por Nicanor Aráoz, Diego Bianchi, Verónica Gómez, Catalina León, Julia Masvernat, Leonardo Mercado, Rosana Schoijett y Adrián Villar Rojas (Rosario). Todos artistas de entre 28 y 38 años. Cada uno de los seleccionados recibió $7000 para la producción de sus proyectos y luego un jurado de premiación, integrado por Luis Enrique Pérez Oramas (curador de arte latinoamericano del MoMA), Judi Werthein (artista argentina residente en Nueva York) y quien firma estas líneas, eligió como primer premio la obra de Catalina León ($30.000) y como segundo, la Diego Bianchi ($10.000). La obra ganadora consiste en un recinto cerrado en el que la artista montó una simbiosis entre pinturas y vegetación. Por el piso y paredes distintos motivos pintados se combinan con plantas y tierra. La artista cita la frase de una pieza de Oscar Wilde: “Si no hacemos nada por refrenar nuestro monstruoso culto a los hechos, el arte se volverá estéril y la belleza desaparecerá de la faz de la tierra”. La instalación de Bianchi constituye un sistema, una especie de supermercado donde además de alimentos y baratijas se comercian frases e ideología.
En esta edición se amplió el Programa Matching Funds para la adquisición de obras para museos argentinos. Para esta nueva edición, se sumó un quinto museo: participan el Malba, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de Buenos Aires (Mamba), el Museo Castagnino de Rosario, el Museo de Bellas Artes Juan R. Vidal de Corrientes y el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe. También continúa International Acquisitions, con la invitación de directores de museos y curadores para que compren obras de artistas argentinos para las colecciones de las instituciones que representan. En esta oportunidad vivieron del MoMA y del Museo del Barrio, de Nueva York.
(ArteBA estará abierta hoy de 13 a 22, en los Pabellones Azul y Verde de la Rural, con entrada por la Avenida Sarmiento. Entradas generales: $16, jubilados y estudiantes: $8, menores de 12: sin cargo.)
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