DISCOS › “SOUNDS ECLECTICO”, RECOPILACION DE RARAS VERSIONES
Nic Harcourt, o el gringo que se rindió ante el rock latino
El hombre, conductor de una radio californiana, hizo desfilar por su estudio a un seleccionado de artistas del continente.
Por Eduardo Fabregat
Resulta paradójico, pero así son las cosas: una de las mejores compilaciones de los últimos tiempos centradas en el rock latino fue realizada por un gringo con inquietudes, desde su estudio de radio en Santa Monica, al sur de California. Que el arte del disco haya sido realizado por Beck (sí, ése Beck, el que canta “qué onda, güero...”), y que el disco haya llegado casi en silencio a las costas argentinas, redondea una de esas historietas que –felizmente– tiene el soundtrack adecuado, a la altura de la rareza. Entonces, a los bifes: Sounds Eclectico, la selección realizada por Nic Harcourt para la emisora KCRW, es una de esas opciones en las que el dinero que cuesta un CD está bien empleado.
¿Cómo nació, entonces, este puñado de versiones únicas de gente como, entre otros, Café Tacuba, Jorge Drexler, Aterciopelados, Plastilina Mosh, Juana Molina y Manu Chao? Desde fines de los ’90, Harcourt conduce en KCRW –una emisora pública que transmite para toda California y que se puede seguir en www.kcrw.com– un programa llamado Morning Becomes Eclectic, tres horas consagradas a la diversidad musical y con especial acento en lo latino. El mismo Harcourt reconoce que, a su llegada a Los Angeles en el ‘98, “mi conocimiento de la música latina era prácticamente nulo”, y por ello se abocó a su difusión con la sensibilidad de un fan y el rigor de quien entiende a la radio como un medio para descubrir cosas, no sólo para repetir como lorito la alta rotación de las majors. Con la asistencia del productor argentino Tomás Cookman, radicado en LA desde hace años y harto conocedor del paño, Harcourt abrió la puerta para que los músicos que le volaban la peluca pasaran por el estudio de KCRW y dejaran testimonio de sus canciones. Así, como un Jools Holland de este continente, el DJ y locutor fue dándole cuerpo a una montaña de material “paralelo” a la carrera oficial de cada artista, digno de escucharse más allá de la península siempre amenazada por el gran terremoto.
Temblores, precisamente, produce la escucha atenta de Sounds Eclectico, que abunda en momentos de belleza e inspiración. De arranque, nomás, los Tacuba entregan una preciosa versión de La muerte chiquita registrada en agosto de 1999, la época en que Revés/Yosoy disparó un ejercicio de experimentación que no les impidió seguir cultivando el formato de canción. En ese rubro, hay varios momentos de Sounds... que provocan una sensación de intimidad difícil de conseguir en la frialdad del CD: uno de ellos está a cargo de la argentina Juana Molina, cuyo Insensible –cantada en francés y con la participación de Fernando Kabusacki en guitarra y Alejandro Franov en piano– ofrece a la vez una armonía sumamente compleja y una emoción sencilla y directa. Inmediatamente después, en una sesión registrada en mayo de este año, Jorge Drexler detiene los relojes. Solo con su guitarra y con el Oscar ya en la estantería, el uruguayo deja una inolvidable versión de El pianista del gueto de Varsovia, que estremece desde el mismo momento en que pronuncia eso de “Dos generaciones menos...”.
Pero el recorrido acaba de empezar, y todavía tiene mucho por mostrar. También armados sólo con sus guitarras, Manu Chao y Madjid Fahem recrean la atmósfera de taberna con un Clandestino registrado en el 2001, breve, sencillo y festivo. El puente que va de sur a norte tiene paradas en Colombia, con Aterciopelados (Baracunatana) y la disfrutable mixtura de los anglocolombianos Sidestepper (Deja), pero también en Venezuela (Los Amigos Invisibles, a quienes Harcourt define como “unos tipos tan divertidos que te infectan el estudio”, hacen una fiestera Gorditas de Mario) y en Cuba, de donde surge la profunda voz de Omara Portuondo para No me vayas a engañar. Y México, país responsable de buena parte de la música más revolucionaria del mundo latino en los últimos tiempos, ofrece a varios hijos dilectos: además de Tacuba, en Sounds Eclectico desfilan Julieta Venegas (Lo que pidas), Plastilina Mosh (con las voces-vocoder de Baretta 89), El gran silencio (Sound System Municipal) y los demoledoresKinky, que vuelven a certificar su capacidad de fundir toda clase de universos musicales en Sol (batucada). Con semejante acumulación de buenos artistas y mejores canciones, se hace fácil comprender el enamoramiento de aquel gringo con inquietudes. Y el resultado no sólo suena ecléctico sino, sobre todo, encantador.