8-Notas de familia

Silvia Gómez. Epsa

Puede parecer un disco iniciático más, de esos que presentan nuevas buenas intenciones, no del todo pulidas. Silvia Gómez no es muy conocida en los circuitos folklóricos –todavía–, tiene un nombre más bien común, hasta la tapa del CD engaña. Cuando se rompe el nylon y se pone play, la idea previa se esfuma. Lo que hace, secundada por una familia musical –su padre Luis, sus hermanos Omar y Néstor, excelente guitarra– es bello, y lo embellece aún más la participación del flautista Rubén “Mono” Izaurralde. K. M.

7-Travesti

Travesti. Bultaco/Crack Rok

Aunque venga en un packaging con alto impacto pop, el tercer álbum de Travesti tiene poco del colorido de esa tapa que consagra a Moria Casán como icono trans (y trash). Las programaciones, las guitarras, los sintetizadores y las capas de noise crean un clima ominoso en tracks políticamente incorrectos (“No estudies”, “Fitness/footing”) o irónicos (“Celebrity total”). La electrónica de la dupla Floxon-Torres no se regodea ni en el gadget de última generación ni en un sonido vintage calculado, pero suena moderna y arcaica a la vez. R. C.

7-Dos lágrimas

Diego el Cigala. Universal

Nada malo puede salir de la voz de Diego el Cigala, aunque la melancolía se apodere de todo lo que la rodea. Seis años después de Lágrimas negras sale esta segunda parte, sin Bebo Valdés. La música cubana tiene reemplazantes idóneos. El mítico Rubalcaba, por ejemplo. En la misma línea del anterior, no deja de sentirse la sensación de escuchar un largo bonus-track. Pero el cruce de flamenco y música latina sigue dando buenos frutos. Una rareza: “Caruso”, de Lucio Dalla, convertido en algo parecido a un tango. F. D.

5-Metamorphosis

Papa Roach. Universal

Parecía que el ñü metal estaba acabado. Y efectivamente lo está. Lo prueba el nuevo disco de Papa Roach, que contribuye a darle cierre a una etapa musical que tuvo poco de heavy y mucho de grito vacío en el aire. El cantante Jacoby Shaddix vuelve a prometer que tronará el escarmiento, pero como ocurre desde Infest hasta la fecha, todo parece un juego. El post hardcore es así: guitarra distorsionada, cambios de ritmo y una voz que molesta. Con mucho menos y hace años, un puñado de bandas heavies hizo bastante más. F. D.