Miércoles, 17 de junio de 2009 | Hoy
DISCOS › PLAYING FOR CHANGE, MúSICA GRABADA EN COMUNIDAD
Durante cuatro años, Mark Johnson y el argentino Enzo Buono recorrieron el mundo grabando a músicos callejeros de las culturas más diversas. El resultado es un CD/DVD que deja sorprendentes versiones de clásicos como “Stand by me”, “One love” y “Biko”.
Por Eduardo Fabregat
En el principio fue un tipo cantando en la calle de Santa Monica, California: cuenta Mark Johnson que en 2005 escuchó a Roger Ridley cantando “Stand by me” y que desde entonces nunca fue el mismo. “Esa canción transformó a un pequeño de grupo de individuos en un movimiento global por la paz y el entendimiento”, dice el productor de Playing for change, la organización que acaba de editar un disco y DVD que es otro formidable ejemplo de los milagros que puede realizar la música. Durante cuatro años, Johnson, el argentino Enzo Buono y un pequeño equipo de camarógrafos e ingenieros de sonido recorrió el mundo registrando a artistas callejeros que terminaron conformando un mosaico sonoro sorprendente, la manera de “trascender de la oscuridad hacia la luz, con la música como una arma para el futuro”.
¿Demasiado hippie? Playing for change desactiva el cinismo más pétreo. Johnson y Buono fueron del Primer Mundo de Francia, Italia, Estados Unidos y los Países Bajos a barriadas de Sudáfrica, el Congo, Zimbabwe, Nepal e India, capturando pequeñas piezas, aportes rítmicos, voces aisladas y coros completos que construyen deliciosas versiones del clásico de Leiber/ Stoller/ King, títulos inoxidables de Bob Marley –ese lenguaje universal– como “War / No more trouble” y “One love”, el “Biko” de Peter Gabriel, “Love rescue me” (U2/Bob Dylan) o “Talkin’ bout a revolution” de Tracy Chapman. A diferencia de esos esfuerzos estelares a la USA For Africa, aquí no sólo vibra la pasión traducida en notas sino el encanto de lo inesperado, la deliciosa construcción comunitaria de personajes que nunca se vieron las caras, pero tendieron puentes invisibles de miles y miles de kilómetros.
Por supuesto que la iniciativa no se quedó en el mero ejercicio antropológico. Tal como puede apreciarse en el sitio playingforchange.com, la organización lleva adelante proyectos como la construcción de escuelas de música y viviendas para las comunidades de donde proceden los artistas callejeros involucrados; el film Peace through music (del que se incluye un trailer en el DVD) busca diseminar el mensaje y provocar una ola viral, y los videos también incluidos en este lanzamiento ayudan a cimentar esa sensación de que sólo el arte puede conseguir semejante vínculo entre culturas tan diversas, tan diferentes como el cellista ruso, el guitarrista israelí, el djembista del Congo, el charanguista argentino y el flautista indio. Esas imágenes refuerzan la sorpresa, el asombro por la naturalidad con la que todo se funde dibujando un mapa mucho más preciso y atractivo que el de la mera geografía.
Como suele suceder en esta clase de proyectos, por allí anda Bono sumando su voz a “War”. Pero, quedó dicho antes, aquí no hay estrellas redimiendo su culpa por tanto dinero en el banco, y al cabo el cantante de U2 termina siendo otra pieza más del andamiaje. Que, además de los covers y de ese grand finale con el “A change is gonna come” de Sam Cooke en vivo en New Orleans, deja una encantadora pieza original, “Don’t worry” del francés Pierre Minetti, que sirve como declaración de principios y de esperanza. Don’t worry: aun tocando por monedas se puede aspirar a cambiar el mundo.
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