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8-HIGHEST HOPES
Nightwish Universal
Sólo en Finlandia podía aparecer una banda como Nightwish. En el único país del mundo (además de la Argentina) donde el tango adquirió un perfil propio, la oscuridad y la melancolía también saben expresarse subiendo los decibeles. Nightwish tiene (o tenía, porque la echaron un par de meses atrás) una cantante –Tarja Turunen– de otro planeta y se inscribe dentro del llamado “metal gótico”. Highest hopes es una recopilación de éxitos de ghetto, lo cual implica una suerte de hipérbole épica que sus fans festejan con autoflagelaciones varias. F. D.

7- CIUDAD DE LA LUZ
Quinteto Ventarrón DBN
Un quinteto de tango que puede meterse sin prejuicios en el folklore. Con un repertorio que recorre clásicos (Nieblas del riachuelo, La cumparsita, entre otros) y nuevos temas, no hay sorpresas musicales, pero sí en cambio, arreglos cuidados y prolijos. La yapa del disco es la participación del pianista Gustavo Beytelmann, en un tango de su autoría. En el prólogo, Luis Salinas elogia estas cinco guitarras como “la bohemia organizada”: “dice la verdad con sus cuerdas. Ni se miente ni miente a la gente”. K. M.

7- LO VES
MAM Indep.
Omar Mollo es el más auténtico “dividido”: el tango y el hard rock disputan sus preferencias artísticas desde hace años. En ambos géneros distribuye dosis generosas de sentimiento y adrenalina. MAM es su criatura más preciada; armó la banda en los ’70 y desde entonces la sobrelleva con suerte irregular. En algún momento fue la más heavy de todas. Hoy es un potente disparador de rock clásico, blues y folklore urbano. La voz de Omar se abre camino en todo el disco, que cierra con un tanguito propio, reventado y entrañable. F. D.

7- TRAVESIA
Laureano López Lois Indep.
El cantautor gallego Laureano López Lois, radicado en Buenos Aires, transmite (para oídos porteños) una especie de “tango al revés”. La evocación del terruño perdido (el pueblo de Maside, que dejó a los ocho años) transita explícita o implícitamente todo este disco, que remite en lo estilístico a trovadores como Víctor Manuel. De las once canciones, dos están escritas en gallego. Las restantes, en castellano, recorren los pliegues del desarraigo, aun cuando los ejes sean el amor o la temática social. F. D.