7-12

Gonzalo Aloras. Melopea Discos

“Yo es otro”, cita el músico rosarino al poeta Arthur Rimbaud en el arte de su cuarto álbum. Y de esa confusión empática se vale para cronicar (“Irán”), historiar (“El ayer y Eloy”) y proyectar (“Vas a cumplir feliz”). Con colaboraciones de Spinetta, Nebbia, Páez, Juanse, Samalea, Rafa Arcaute, Javier Malosetti y Francisco Fattoruso a cuestas, 12 brinda esa cantidad de piezas con suavidad, cotidianidad y humildad, como una docena de faturas un sábado a la mañana. Y eso hasta con el poema de Girondo que corona el disco, convertido en una cuidada canción de Aloras. L. P.

8-Haciendo agua

Ezequiel Finger Cuarteto. Independiente

El percusionista Ezequiel Finger, una de las figuras más activas de la música de Buenos Aires y, en particular, en el campo contemporáneo, sorprende aquí con un grupo notable, conformado por él en vibráfono, Pablo Puntoriero en saxo, Diego Pojomovsky en bajo, bajo fretless y contrabajo y Gabriel Spiller en batería. Por fuera de los clisés más trajinados, se trata de una manera de hacer jazz donde el sentido melódico –aun en las improvisaciones free que jalonan el CD– y la interrelación entre los músicos resulta esencial. D. F.

7-Los tiempos de...

Sebastián Dorso y Marcos Monk. Independiente

Guitarra, piano, percusión, voces, y un puñado de canciones de autoría de Monk, temas despojados que recorren con fluidez melodías folklóricas, pero también muchas otras influencias. De estos elementos está hecha la búsqueda de estos dos músicos, que hace rato tocan juntos, pero recién ahora se juntan para este disco debut. Hay una lograda versión de “La fallada”, del recordado Norberto Minichillo, único tema “ajeno” que en el contexto suena como homenaje. En la canción que da nombre al disco también resuena una forma de tributo a Jorge Drexler. K. M.

8-En vivo...

Gustavo Patiño .Quilay

Gustavo Patiño es una suerte de todoterreno de la música andina. Esa caracterización no debe entenderse, sin embargo, con una connotación peyorativa. Porque el músico bonaerense incorporó a la Quebrada de Humahuaca como parte de su paisaje emocional. Toca todo lo que tiene a mano (quena, erke, charango, pinkullos, etc.) y compone (bien) sobre la base de esas herramientas interpretativas. En su disco en vivo prevalecen los temas propios, más algunas versiones, entre ellas la destacable “Salaque”, un anónimo boliviano. F. D.