DISCOS › WISE UP GHOST AND OTHER SONGS, ELVIS COSTELLO AND THE ROOTS
El encuentro en un piso de TV llevó a la decisión de hacer algo juntos y ese “hacer algo” terminó en un disco imprescindible. El cantautor inglés y la banda de Filadelfia podrían haber sido una muy extraña pareja, pero crearon una sociedad perfecta.
› Por Eduardo Fabregat
Podría haber salido cualquier cosa. Podría haber sido uno de esos cruces fallidos, esas experiencias que hacen que el oyente suspire al decir “¿Era necesario...?”. Pero no, terminó siendo uno de esos cruces tan pero tan felices como para entusiasmarse con ese “number one” que puede leerse en la tapa. O sea: Elvis Costello y The Roots no sólo grabaron un disco imprescindible. Planean sacar otro.
Wise up ghost and other songs (Blue Note) nació de una visita de Costello al Late Night with Jimmy Fallon, donde el grupo de hip hop liderado por Ahmir “?uestlove” Thompson es la “banda de la casa”. El grupo y el solista hicieron una deforme versión de “High fidelity” y allí quedó plantada una semilla que no tardó en germinar. La admiración mutua hizo que ?uestlove y Costello primero pensaran en hacer un EP y algunas actuaciones conjuntas, pero cuando empezaron a intercambiar versos e ideas musicales al estilo del cadáver exquisito, descubrieron que se habían topado con un filón. “Esta es una banda que hace lo que yo hice desde el principio: se anima a toda clase de música”, dice el londinense en el librillo del milagro resultante, doce canciones que infectan al equipo de audio y se resisten a abandonarlo.
Los antecedentes deberían despejar cualquier duda: desde su aparición en pleno auge del punk de fines de los ’70, Elvis ha dado sobradas pruebas de su capacidad como artesano de canciones. En los ’90 y desde Filadelfia, The Roots cultivó la rama más jazzera y soulera del hip hop, que supo rozarse con los experimentos acid jazz del rapper Guru y su colectivo Jazzmatazz. Y si alguien aún quiere sostener una duda, se recomienda poner a buen volumen “Refuse to be saved”, uno de los muchos momentos bien inspirados de Wise up ghost: tensión y reacción, aspereza blanca y groove negro, una canción con sentido dramático que se puede bailar. No es el único exponente: uno puede descubrirse moviendo la patita con “Wake me up”, para después ponerse a leer la letra y descubrir que dice “Despertame, depertame, con una cachetada o un beso / Despertame, despertame, tiene que haber algo mejor que esto”.
Costello conserva el filo de su pluma y The Roots suena con la precisión de un relojito, pero muchísimo más encanto que el tic tac monótono de los hip hoppers que abundan en la industria. Y así este feliz experimento empieza a acumular una gema sobre otra: el melancólico pulso de “Tripwire”, con su delicioso arreglo de vientos; la acelerada lisergia de “Come the meantimes”; la monumental, minuciosa construcción de un pequeño apocalipsis sonoro en “(She might be a) grenade”; la cadenciosa aparición de La Marisoul para el oasis bilingüe de “Cinco minutos con vos”; la épica de “Wise up ghost” (“Avivate, fantasma: ¿Cuándo te vas a levantar?”) que prepara ese cierre acústico, íntimo, tan costelliano de “If I could believe”...
Sí, podría haber salido cualquier cosa. La escena musical está bastante bien provista de intentos similares que no llegaron a ningún puerto realmente interesante. Pero alcanza con una sola escucha para darse cuenta de que Elvis y ?uestlove juegan en otra liga. Y que una sola escucha nunca será suficiente.
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