A comienzos de los ’70, Julio Cortázar escribió una carta a una cantante que no conocía. “No sé qué hay detrás de tu voz”, decía allí. “Nunca te vi. Vos sos los discos que pueblan por la noche este departamento de París.” La cantante era una joven, todavía más conocida como actriz que como cantante, llamada Susana Rinaldi, que, en esos años, transformaba para siempre el mundo de la interpretación del tango. Ahora, el sello RP (iniciales de Radoszynski Producciones) acaba de editar por primera vez uno de esos discos fundantes. Su nombre era A un semejante y allí estaban, con arreglos de Juan Carlos Quacci y de Julián Plaza, algunos de los clásicos, en versiones que los hacían sonar como por primera vez (“Sur”, “Los mareados”, “Cuesta abajo”) y, también, algunas novedades: “Volvé ciudad”, con texto de Griselda Gambaro, y tres piezas de Eladia Blázquez, “A un semejante”, “Sueño de barrilete” y “A Cátulo Castillo”. RP, además, ha puesto nuevamente en circulación A Homero Manzi, agotado desde hace años. Con arreglos de Plaza, Rinaldi entrega lecturas inolvidables de “Fuimos” y “Malena”, entre otros, además de “Betinoti” y “El pescante”.