¿Que son canciones ya conocidas, editadas y compiladas en otros momentos de la historia? Es cierto. ¿Y a quién le importa? “Mi equipo y yo tuvimos la idea de armar una colección de grabaciones sin nada más en mente que darle a alguien la diversión de escucharlas, quizá en un largo viaje en auto o en una tarde en casa en una fiesta con amigos”, dice el párrafo de apertura de un librillo que firma un tal Paul McCartney, y no es un personaje que se pueda contradecir fácilmente. En la era del playlist de Spotify, Apple Música o la plataforma que se quiera, el Beatle le dio forma a un CD doble (en el resto del mundo se lanzó también una versión cuádruple) a la que solo basta darle play para tener satisfacción garantizada. Pure McCartney (Universal), además, evita la facilidad del recorrido cronológico, y va de los 70 al nuevo siglo y de allí a los 90 o los 80. Hay números puestos como “Maybe I’m amazed” (que abre el juego), “Pipes of peace”, “Live and let die”, “Band on the run”, “Coming up”, “Ebony and Ivory”, “No more lonely nights”, “Mull of Kintyre”, “Jet” y “Silly love songs”, pero también títulos menos predecibles como “Uncle Albert / Admiral Halsey”, “Warm and beautiful” o “Nineteen hundred and eighty-five”. Todo ordenado armoniosamente, proporcionando un viaje en el tiempo que va y viene y que, vaya novedad, demuestra la pertenencia de Paul al sindicato de los compositores ineludibles de la era contemporánea.