“Una manera de repasar mi vida con la canción”, escribe y define Teresa Parodi en Autobiografía. Ante menudo trabajo (hablar de sí misma, y no sólo de su obra, con obras pensadas para hablar también de otros, muy distintos), la correntina decidió una selección que la muestra como una fértil letrista y compositora, en plena actividad. Algunos de sus temas más conocidos, algunos otros nuevos clásicos, cuatro canciones inéditas y un sello de la producción de Luis Gurevich, más una cantidad de invitados que enriquecen el trabajo, dan vida a esta Autobiografía escrita en tiempo presente.

El balance de la Autobiografía de Parodi muestra a la poeta capaz de pintar personajes que a su vez pintan con exactitud paisajes, contextos y momentos. Y de dotarlos de músicas que, además de la fuerza del Litoral, también pueden arrastrar la fiesta de un encuentro de acordeones, la nostalgia de los desplazados a las ciudades o la angustia desesperada de los inundados. Es en estas crónicas pequeñas, que movilizan por la dosis de verdad posible en cada una, donde se descubre la mejor Parodi; más certera quizá que en la descripción puntual de una situación social, ya sea cercana a la denuncia o a la apuesta a la esperanza.

Por eso un tema como “La Celedonia Batista”, que ya fue tomado por otros intérpretes, y ahora es grabado por primera vez por la correntina, puede venir desde el vamos con cierto gustito a clásico, o la poética musicalidad de “Las voces del río” (un tema que Parodi estrenó en el espectáculo conjunto con Liliana Herrero) puede sorprender a la primera escucha, marcado por la impronta de su colega rosarina.

Los nuevos vestidos para las viejas canciones de Parodi son más que moñitos de colores agregados para la ocasión: definen más bien un concepto nuevo, diferente al de origen, y definitivamente más efusivo y coral. Más allá de la atención puesta en la labor interpretativa, Parodi ya no se muestra solita su alma con su guitarra: ahora tiene armada una banda que va al frente. Y también se rodea de buena compañía.

Un tema reciente como “Aún camina conmigo” es presentado con el acompañamiento sinfónico de la Orquesta Juan de Dios Filiberto. La versión de Parodi de “El ángel de la bicicleta” se aborda junto al autor, León Gieco, como invitado. Franco Luciani hace sonar su armónica en “Pájaro del río”; el violín de Peteco Carabajal brilla en “Bajo el cielo de Mantilla” y “Las voces del río”. También suenan los orígenes de la música del Litoral: Ramona Galarza canta en “El cielo del albañil”, Amadeo Monges toca el arpa en “Mi nostalgia, mi pueblo” y en “El otro país”.

En tiempos duros para una industria siempre acechada por la piratería, el arte de tapa no es un detalle menor, y Autobiografía acierta al acompañar cada tema clásico con la historia ligada a su nacimiento, y a los cuatro nuevos temas (“La Celedonia Batista”, “Las voces del río”, “Nuestra mirada” y “Aún caminan conmigo”). Además del relato paralelo que van montando las fotografías y que marcan momentos importantes de la vida de la cantautora. La que habla no es ninguna de estas jóvenes en sepia: es la Parodi que hoy se muestra a colores, bellamente retratada por Nora Lezano y Sebastián Arpesella. Lejos del ejercicio de la nostalgia, lo mejor de esta Autobiografía es que suena como una historia que sigue contándose.