Durante dos décadas fue el símbolo de Ketama, la agrupación que revolucionó los esquemas del flamenco. Ahora como solista, Antonio Carmona está presentando su primer disco, Vengo venenoso (Universal). El álbum cuenta con la producción de Gustavo Santaolalla y profundiza el cruce de influencias que había sido la marca de fábrica de Ketama. Carmona es enfático al señalar: “No es un disco de flamenco”. Pero lo es. De un modo que, acaso, ponga nerviosos a los ortodoxos del género. Compuesto en el sótano de su casa de Madrid y grabado en cinco estudios diferentes (uno de ellos en Los Angeles, donde trabajó el músico y arreglador David Campbell), el disco es un declarado homenaje a los inmigrantes que sufren persecución en España. Un trabajo “agridulce” en el que colaboran artistas como La Mala Rodríguez, Juanes o Alejandro Sanz. Carmona presentará mañana el flamante Vengo venenoso en La Trastienda (Balcarce 460).