La globalización, se sabe, abrió múltiples puertas que la concentración económica –también en el caso de la industria discográfica– volvió a cerrar. Acaso para conjurar esa paradoja, el flamante sello Sonoamerica se propuso aplicar un filtro por donde colar propuestas musicales de lo más diversas, sólo hermanadas por la realidad de transitar un camino alternativo, por fuera del mainstream. Hasta ahora han publicado cinco discos. Live as one, de Zion Train, disparará el disfrute de uno de los grupos pioneros del dub dance; en Ley Ginebra, el cantautor madrileño Miguel Dantart y el poeta uruguayo Ramiro Guzmán proponen canciones bellas y ajenas a lo convencional; la madrileña Ana Carrill Obiols, ex corista de Mano Negra, y el argentino Alfredo Gómez formaron Jahmila, para mezclar reggae, flamenco y canción popular en el disco Revolución prohibida; también el mestizaje es la marca de fábrica de Zulú 9.30, un combo festivo oriundo de Barcelona, que da cuenta de su estilo en el álbum Conecta o revienta. Por último, Okploide, banda francesa de punk rock, descarga su adrenalina en el disco Miseria espectacular.