En una TV que desprecia el poder y el valor de las palabras tanto como a las personas mayores de los 60 años, existe en la pantalla chica un pequeño espacio en donde ambos universos olvidados recuperan roles protagónicos. En Vidas hechas vidas, el ciclo de biografías producido y conducido por Enrique Vázquez, que Canal 7 emite los martes a las 23, el testimonio y la experiencia de aquellos valores nacionales del mundo de la política, la cultura y la ciencia que rondan los 80 años confluyen en un programa atípico para los cánones televisivos actuales, corroborando que no por octogenarios su aporte a la sociedad es nulo. Nada más prejuicioso; nada más televisivo. Dándole la voz a aquellos que los medios desprecian por el simple hecho de no ser jóvenes, la propuesta del 7 se destaca por haber comprendido que la mejor forma de homenajear a nuestros viejos es devolviéndolos a un lugar en el que se sientan útiles y admirados por igual.

Luis Felipe Noé, Antonio Cafiero, Raúl Alfonsín, Félix Luna, Tito Cossa, Hebe de Bonafini y Juan Carlos Gené son algunas de las personalidades que pasaron por Vidas hechas vidas, un programa que se conforma bajo el contacto de tres premisas bien definidas: convocar a personas que estén rondando los 80 años, que hayan hecho aportes sustantivos a la sociedad argentina y que aún hoy se mantengan en plena actividad. “En Argentina hay un millón de personas que superan los 80 años, según datos del Indec. ¿Y qué hace Argentina, todos nosotros, por la gente mayor de 80 años? Ni la sociedad ni el Estado hacen algo por los viejos. No sólo para que estén mejor, sino que tampoco nadie hace nada por aquellos que son un ejemplo de talento, coherencia y esfuerzo”, le explica a PáginaI12 Vázquez, quien se decidió por hacer este programa no con la intención de ganarse la vida, sino como “una manera de seguir haciendo militancia.”

–O sea que detrás del proyecto hubo una intención de homenajear a quienes son convocados.

–Detrás de Vidas hechas vidas hay implícito un homenaje a las figuras convocadas. Pero sin caer en los típicos homenajes melancólicos- lacrimógenos-alcahuetes. Queríamos rescatar a estas personas como símbolos positivos y de perseverancia de quienes piensan que un país mejor es posible. Y nada mejor que escucharlos y aprender de sus conocimientos y vivencias, que por suerte no están anclados en aquello de que “todo pasado fue mejor”. Ese es el mejor homenaje que se les puede hacer.

Consciente de que la televisión es más proclive a negar la vejez o a burlarse de ella, Vázquez cree que aquellos que ya tienen un largo tronco recorrido en este mundo y que aún siguen activos en lo suyo tienen mucho para decir y alumbrar de cara a las nuevas generaciones. Aquellos que arañan los 80 poseen, además, una serie de características que los hace únicos e irrepetibles, según su opinión. “Todos ellos –enumera Vázquez– conforman la última generación de inmigrantes o de hijos de inmigrantes, a la vez que son también la última generación formada por libros o con la cultura de la calle, sin tener a la TV como medio formador. Por eso creo que los testimonios de quienes pasan por el programa son tan imprescindibles como enriquecedores para todos.”

Como todo programa biográfico, Vidas... se sirve de lenguaje televisivo para acercar al público a la figura “homenajeada” en cada envío, pero sin apelar a la rigurosidad histórica, sino más bien deteniéndose en determinados aspectos o ideas que vale la pena profundizar. Los testimonios de conocidos o allegados a la figura funcionan como contextualizadores íntimos y/o profesionales del convocado, a quien Vázquez entrevista al menos dos veces y en días diferentes para cada programa. “Es porque nos dimos cuenta de que por su avanzada edad, en determinado momento, muchos sufrían un declive en su lucidez para las respuestas”, confiesa el periodista.

La otra dificultad que Vidas... debe enfrentar en cada envío es el abastecimiento del material de archivo audiovisual, el cual (“por una decisión práctica”, dice) no proviene del canal, sino del mismo entrevistado. “Este tipo de programas no sólo no tienen lugar en la TV, sino que si además se quieren hacer bien, como corresponde a las figuras que ilumina, deben enfrentarse a la limitación de que en Argentina escasea el material de archivo. Y la generación en la que hace foco el programa no es justamente de potentados, por lo que el material de archivo familiar tampoco abunda”, reconoce. El envío de esta noche estará dedicado a Eduardo “Tato” Pavlovsky, el genial dramaturgo, actor y director teatral. Pero fiel al estilo del programa, el gran eje del capítulo de hoy no será tanto su extensa y reconocida trayectoria, sino su relación con las mujeres. Una relación con el sexo opuesto que signa su vida: Pavlovsky se casó tres veces a lo largo de vida. El capítulo contará, entre otros, con el testimonio de cada una de ellas.

Por último, el ex conductor de Sin castigo, en el 7, da su definición sobre Vidas hechas vidas. “Es el programa más gramsciano que uno se puede imaginar. Si bien no es un programa de análisis político, se trata de un ciclo en el que la ideología pura está presente durante todo el programa. Es un programa donde se habla mucho más de política que los que analizan la actitud de tal o cual funcionario o las carteras que usa Cristina Fernández”, afirma.