Que la temporada de verano se convirtió en un período en el que los programadores televisivos descuidan la pantalla de manera inversamente proporcional a la obsesión que los invade entre abril y diciembre, no es novedad para nadie. Enero y febrero –fundamentalmente– son meses de paso para la TV local. Sin embargo, esa desidia nunca se manifestó con tanto énfasis como este año, donde a excepción de América los canales emiten casi en continuado y sin ninguna otra intención que pasar el verano programas ya emitidos, ciclos enlatados de diferentes procedencias y películas a las que se les quitó el polvo propio que junta todo archivo. Un verano gasolero que no es otra cosa que el primer indicio de una temporada televisiva que se presume austera y con una mayor presencia de ciclos periodísticos, reality shows y programas de archivo, menos costosos que otros géneros. La novedad es que este verano ni siquiera se produjeron, al menos, ciclos veraniegos como antaño.

En tiempos de crisis, sea psicológica o real, la TV se ajusta el cinturón todo lo que puede. Si, además, se trata del verano, el resultado es alarmante. Y, paradójicamente, en las pantallas donde más se siente esa retracción productiva es en los canales líderes. Lejos de la estrategia implementada en los últimos años, donde Telefé y Canal 13 solían estrenar ciclos de duración anual durante el verano, intentando consolidar una suerte de relanzamiento de programación permanente, ambos canales decidieron sortear estos primeros meses de 2009 sin gastar un solo peso.

El caso más evidente es el de Telefé, el canal que se quedó ajustadamente con el primer lugar del rating en 2008 y que arrancó 2009 en la misma posición a fuerza de la que parece ser la fórmula del verano. Diariamente, el canal manejado artísticamente por el equipo encabezado por Claudio Villarruel acumula alrededor de 10 horas al aire de series enlatadas extranjeras (Los Tres Chiflados, La niñera, Los Simpson, Supermatch, Dance, dance, dance, American dad), dibujos animados (Max Steel, Duck Dodgers), repeticiones (Casados con hijos al mediodía, Los Argentinos bonus track, La liga) y películas infantiles. Lo que se dice un canal enlatado, teniendo en cuenta que son más las horas en las que transmite este tipo de programas que capítulos nuevos o programas en vivo. Sólo las tres ediciones diarias de Telefé noticias, la telenovela Don Juan y su bella dama, El muro infernal, Zapping de colección y Los exitosos Pell$ son estrenos.

El 13 apenas estrenó Hombre al agua hace algunas semanas, pero probablemente sólo porque el ciclo de los hermanos Weinbaum casi no requería inversión, debido a que el parque acuático en el que se realiza el programa ya estaba montado (se trata de un formato, Wipe out, que Endemol realiza desde Argentina para varios países del mundo). Y a su vez reflotó el viejo De lo nuestro, lo peor (y lo mejor), esta vez con Fabián Gianolla y Ricardo Aiello como la pareja despareja de conductores. No más. En su grilla, son alrededor de ocho las horas diarias en las que la programación descansa en repeticiones (Lo mejor de Mañanas informales, Floricienta, Midachi en cinta), latas (El auto fantástico, El Zorro) y películas. Tal vez ese menor número se debe a que las repeticiones le funcionan históricamente mejor a Telefé que al 13. Lo cierto es que únicamente emite programación estreno con las cuatro ediciones diarias de sus noticieros, Hoy puede ser, Valentino, el argentino, Atracción X 4, Por amor a vos y el unitario Epitafios (que, en realidad, se estrenó en el cable por HBO hace años, fue repetido por otra señal de TV paga –A&E– y recién ahora se estrena en la TV abierta argentina).

Párrafo aparte merece un análisis centrado en la programación de Canal 9, compuesta casi en su totalidad por latas de telenovelas latinas o brasileñas. Repasando las 24 horas de su programación, son 12 las horas diarias en las que el canal del mexicano Angel González emite latas de telenovelas de diferentes épocas y/o repeticiones. Pero, sin embargo, el 9 no está infringiendo la actual Ley de Radiodifusión, debido a que con las siete horas de noticieros, las dos de Los profesionales siempre y las tres de Call TV le alcanzan para cumplir con los requisitos. Pero lo suyo, debe decirse, es consecuente: para el 9 todo el año pareciera ser verano.

El mes de enero y la crisis hicieron que incluso Canal 7 se subiera a esta tendencia. A las repeticiones en la madrugada de ciclos como Todo por dos pesos, Lo de Rada e Isla flotante, el canal público esta semana le sumó un compilado diario, a las 22, con los Grandes momentos del Festival Internacional de doma y folclore de Jesús María, celebrado en esa localidad cordobesa. De todas formas, el 7 al menos compensa el verano con una programación en vivo y con la transmisión en exclusivo para la TV abierta del Sudamericano Sub-20 y algunos partidos de la NBA. La excepción a la regla es América, cuya pantalla está conformada íntegramente por programación en vivo, mayoritariamente periodísticos, como Mañaneras, Intrusos del espectáculo o Infama. Lo que, de todas maneras, no significa que sea más tentador sintonizar alguna de las tantas repeticiones que invaden la pantalla chica por estos días. Mejor, entonces, no encender el televisor y ahorrar energía.