Lunes, 16 de marzo de 2009 | Hoy
TELEVISION › FABIO ALBERTI DEBUTA HOY AL FRENTE DE DURO DE ALMORZAR
El actor se pondrá el traje de conductor en reemplazo de Roberto Pettinato, pero ahora al mediodía. El ex integrante de la troupe de Cha Cha Cha se ataja y se diferencia: “Yo no voy a ser agresivo. La idea no es ganarme enemigos permanentemente”, señala.
Por Emanuel Respighi
Cuando en 1992 en el viejo Canal 2 se puso al aire el programa De la cabeza, que luego pasó a llamarse Cha Cha Cha, la mayor parte de los televidentes no comprendía cómo la TV argentina le daba espacio a ese grupo de actores desconocidos, provenientes del off, que hacían en pantalla “cosas sin sentido y sin producción”. Tuvieron que pasar casi dos décadas, ciclos como Del tomate, Todo por dos pesos y Peter Capusotto y sus videos, y el estallido de YouTube como centro de entretenimiento y archivo de la memoria televisiva para que Fabio Alberti –uno de los comediantes de aquellos programas que marcaron un antes y un después en la TV argentina– aterrice como conductor de un programa que se emitirá al mediodía por Canal 13. Consecuencia de ese proceso de familiarización de la gran audiencia con un humor basado en códigos muy diferentes a los que la TV solía apelar, al punto que de ser políticamente incorrecto se descubren sus influencias en programas como Los exitosos Pell$ o Todos contra Juan, es que el comediante hoy debute como conductor de Duro de almorzar, la nueva versión de Duro de acostar.
Ya sin Roberto Pettinato como conductor, el periodístico de archivo producido por Pensado Para Televisión (PPT) comienza una nueva temporada que, a la luz de la cantidad de cambios que sufrió, no será una más. Al ingreso de Alberti en su debut como conductor, el programa cambió de nombre y tendrá dos nuevas incorporaciones en su panel: Marcelo Panozzo reemplazará a Diego Fucks y Josefina Pouso –ex participante de Expedición Robinson–, a Ursula Vargues. Si a eso se le suma que el programa se emitirá diariamente en el extraño horario de las 12 del mediodía, la incertidumbre sobre cómo será Duro de almorzar se acrecienta irremediablemente. A priori, parecerían ser muchos cambios para un mismo programa. Un aspecto que puede ser tan beneficioso como riesgoso.
“Duro de almorzar no va a ser Duro de domar con un cambio de conductor y nombre. Va a ser otro programa”, le explica a Página/12 Alberti. “Si bien la estructura se mantiene, con el tiempo se irán sumando secciones y dentro de tres meses Duro... tendrá su propio color identitario. Está claro que cuando uno empieza con un lenguaje nuevo, al inicio la recepción es más complicada, pero hoy por hoy la gente ve las repeticiones de Cha Cha Cha y le encanta. Y lo hicimos hace 20 años... Siempre hay gente que entiende lo que uno hace y otra que no. Hubo gente que comprendió el humor de Cha Cha Cha y muchísima que no. Ojalá cada vez más gente entienda lo que uno hace. Por suerte, el humor que a uno le gusta se fue entendiendo con el tiempo”, analiza el ex Cha Cha Cha, Todo por dos pesos y que en el último año formó parte de RSM.
–¿Qué fue lo que cambió en la TV o en la sociedad para que el humor absurdo sea aceptado por la gente y el establishment televisivo?
–La TV cambió: no es la misma que hace dos décadas. Y la cabeza de la gente... No, iba a decir que la cabeza de la gente cambió, pero la gente sigue pidiendo pena de muerte, ¿no?
Sin disimular la ansiedad de que el día del debut llegue pronto, sentado a la mesa de un kiosco frente a la productora, Alberti reconoce que no sabe bien por qué aceptó la propuesta de ponerse al frente del ciclo periodístico. “Fue todo rapidísimo. Me llamaron un viernes de diciembre de la productora, nos reunimos a la tarde, me hicieron la propuesta, el lunes a la tarde terminamos de cerrar el contrato y el martes me fui de vacaciones”, relata. “Y esa velocidad –agrega– estuvo genial porque no hubo tiempo de que ninguna de las dos partes dudáramos de algo ni de que comenzarán los rumores y las versiones periodísticas que siempre surgen cuando se filtra una noticia así.”
–¿Tampoco tuvo tiempo de analizar si conducir Duro de almorzar era lo mejor para su carrera?
–Sinceramente no lo pensé. No hubo tiempo de evaluar si beneficiaba mi carrera, si me convenía en este momento, cuáles eran las ventajas de conducir un ciclo y cuáles las desventajas... Me gustó que fuera algo nuevo y fui para adelante.
–¿Pero le interesaba encabezar un proyecto televisivo?
–No tenía la expectativa de hacer algo en TV. Estaba pensando en hacer una temporada más teatral, con un espectáculo que escribí el año pasado. Está bueno que te vengan a proponer algo y no salir a buscar algún interesado en los proyectos de uno. También que alguien vea en uno lo que uno no ve. Si pensaron que yo podía conducir un ciclo en los mediodías del 13 fue porque vieron algo en mí para asumir ese rol. De todas maneras, hay una realidad irrefutable: éste no es el mejor año de Diego Gvirtz... ¡me convocó a mí! (risas). Pero nunca me imaginé como coconductor. Yo me dejo llevar.
–¿O sea que más que ponerse objetivos para su carrera va analizando qué hacer según los momentos, sus ganas y las propuestas que surjan?
–Sí, siempre me gustó tirarme a la pileta sin saber si había agua suficiente para no darme un palazo con el fondo. Nos pasó en Cha Cha Cha, también cuando hace cuatro años decidimos con Diego (Capusotto) hacer teatro comercial en calle Corrientes, que nunca habíamos hecho. Son todas experiencias de las que uno aprende. Me gusta correr riesgos. Riesgos profesionales, digo: no me tiraría de un biplano.
–Pero sí calzarse el traje de conductor televisivo...
–Tengo el miedo lógico ante algo nuevo. Para mí la conducción es un crecimiento, en el sentido de que tengo que aprender un oficio nuevo. Duro de almorzar me permitirá correrme de un lugar que para mí es cómodo: cuando actúo yo sé, más o menos, dónde rindo. En la actuación tengo más oficio y más herramientas: desde la comodidad es más fácil trabajar y producir. Tener que correrme a un lugar desconocido y no sé cómo voy a funcionar; esto me genera temor, ansiedad, incertidumbre y hasta sarpullido. Pero está bueno para no estancarte siempre en lo mismo.
–Usted está acostumbrado a crear personajes. ¿Para conducir Duro... pensó en conformar un personaje o en ser usted mismo?
–Básicamente, voy a ser yo como conductor. No pensé en protegerme en un personaje de conductor. Tampoco sé cómo lo haré porque nunca lo hice. Tendré que aprender el oficio y hacerme en el aire. Sé que asumo una responsabilidad. Me parece que lo atractivo de un conductor, lo que termina por definirlo, es ser uno. El plus que puedo tener como conductor es que soy naturalmente un actor. Si querían un conductor clásico hubieran llamado a Jorge Rossi.
–¿Pero la actuación va a estar presente en Duro... a través de personajes?
–Sí, claro. Pero tampoco valía la pena pensar muchos personajes porque al no saber por dónde irá el programa tal vez muchos no encajen. Los personajes surgirán y se mecharán a medida que me familiarice con la estructura del programa y se defina el perfil. En principio, una vez por semana, probablemente los viernes, haré una reflexión final sobre lo que se habló durante la semana, también haré parodias de publicidades con famosos y va a haber un falso programa de chimentos conducido por el negro Capristo. No voy a hacer monólogos.
–¿Que la materia prima del programa sea la realidad mediática, lo obliga a estar más al tanto de lo que ocurre?
–No voy a ver a Rial más seguido, ahora. Por haber hecho tanto tiempo radio (hasta el año pasado fue parte de Day tripper, en la Rock & Pop) estoy al tanto de lo que ocurre. Incluso, corro con la ventaja de poder ver los informes antes de que salgan al aire para ponerme a tiro. Y, básicamente, voy a tratar de no tomarme en serio nada. Sé que es televisión y casi todo lo que pasa por ahí es entretenimiento. No quiero entrar en polémicas con nadie porque no es lo mío.
–Pero al asumir el rol de conductor va a quedar muy expuesto. Duro de acostar solía tener informes muy ácidos y tomaba posición frente a las rencillas mediáticas o a los grandes asuntos sociales y políticos.
–Trataré de quedar lo menos expuesto posible. Yo no voy a ser agresivo. La idea no es ganarme enemigos permanentemente. Mucho menos por informes que hizo otra persona. Tendré que ser inteligente para no dejar de ser yo.
–El problema es que Diego Gvirtz, el dueño de PPT, cosechó muchos enemigos en el medio...
–Eso es verdad. Pero es ridículo pensar que uno pasa a ser enemigo de otro porque trabaja con Gvirtz. Aunque ya me pasó que alguien me dijo que como ahora trabajaba en PPT pasé a ser su enemigo...
–Bienvenido a PPT...
–Si en vez de desearme suerte por la nueva etapa, lo único que me decís es ahora soy tu enemigo y deseás que al programa le vaya mal, entonces el problema serio lo tiene el otro y no uno...
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