TELEVISION › PARTY DOWN, LA COMEDIA A LA QUE APUESTA LA SEñAL I.SAT
Una troupe de actores desempleados, que tienen que ganarse la vida como pueden, animan esta serie plagada de ironía, con reminiscencias del estilo narrativo y temático de Extras y The office. I.Sat estrenará también la británica Beautiful people y la norteamericana Z02.
› Por Emanuel Respighi
En el mundo artístico suele comentarse, como una de esas bromas-verdades que ni el correr del tiempo hace que mermen su vigencia, que el primer trabajo de un actor es el de interpretar personajes, y el segundo es el de estar desocupado. Profesión cíclica y enemiga del largo plazo, probablemente la actuación sea una de las ramas artísticas menos estables y más cambiantes. De cómo los actores, sujetos egocéntricos e histéricos si los hay, llevan esa vida fuera de las tablas o la pantalla trata Party down (desde el lunes, a las 22.30), la principal comedia con la que I.Sat renovará su pantalla desde este mes. Además de la serie que hace foco en actores fracasados que tienen que ganarse la vida como pueden para sobrevivir, soñando con dar el salto al estrellato, la señal de cable estrenará mañana la británica Beautiful people (a las 22) y la norteamericana Z02 (a las 22.30).
La trama de Party down gira en torno de un grupo de actores y actrices de poca monta, que alguna vez tuvieron su momento de fama, y que mientras sueñan con consagrarse se ganan la vida trabajando en una empresa de catering para eventos. Así, cargando a cuestas sus penurias, fracasos y fantasías de éxito, los “actores desempleados” se las ingenian como pueden para brindar buenos servicios como inexpertos camareros, barmen y cocineros. Una tarea que no les es sencilla, básicamente, porque no pueden salir de la ensoñación que los hace creer que el éxito como actores está a la vuelta de la esquina y que la membresía a la particular compañía de catering es sólo un pasajero y divertido trabajo.
La clave de la serie, producida por la cadena de cable Starz de Estados Unidos –la misma que llevó adelante programas como Head case o Crash–, es la manera en que estos aspirantes a Hollywood intentan transformarse en estrellas, siempre dispuestos a hacer lo imposible para alcanzar su sueño. Sin importarles demasiado la ética, la moral o el compañerismo, mucho menos la buena atención a los clientes, los actores frustrados son capaces de arrastrarse hasta lo más bajo con tal de convertirse en actores profesionales. En este aspecto, la conexión de Party down con Juan Perugia, de la local Todos contra Juan, que este mes regresa con su segunda temporada por Telefe, es tan inevitable como la gracia que causan los personajes de la serie.
Estos actores devenidos camareros de camisa blanca y moño rosa vivirán tragicómicas situaciones junto a los invitados de los eventos por los que fueron contratados sus servicios. Desde fiestas de fin de año de tradicionales vecindarios de “familias tipo” estadounidenses (donde se premia al jardín mejor cuidado, al cartero más original, a la casa que tiene las mejores luces de la cuadra, entre otras “valiosas” distinciones) hasta entregas de galardones del cine porno y fiestas de bodas gay, pasando por cumpleaños de 15, cualquier lugar es fértil para que el clan de fracasados despliegue el talento que cada integrante cree tener, ya sea como humorista, guionista o actor de registro clásico. Cada uno de los capítulos de Party down, justamente, está ambientado en una de las tantas fiestas en las que los muchachos y muchachas demuestran que su sello más visible es la mediocridad. No hace falta aclarar que ninguno de ellos asimila que no son más que un grupo de patéticos dispuestos a todo.
Lo primero que salta a la vista cuando uno se topa con algún capítulo de Party down es que la serie hace recordar irremediablemente al estilo narrativo y temático con el que Ricky Gervais creó The office y Extras. Estas dos comedias parecen haber marcado una línea en el género. Es improbable que algún fanático de The office no vea en Ron Donald (Ken Marino) un discípulo asqueroso de David Brent (Gervais), el insoportable jefe de la papelera inglesa Wernham Hoogs. Por su parte, la reminiscencia a Extras descansa en el hecho de que Party down aborda el funcionamiento de la diaria de un grupo de empleados desencantados con su trabajo, a la vez que se vale de actores invitados que hacen de sí mismos. Creada por Rob Thomas, productor de Verónica Mars, a lo largo de las dos temporadas de la serie aparecerá buena parte del reparto de la anterior ficción de Thomas, desde Kristen Bell hasta Enrico Colantoni, pasando por Jason Dohring y Alona Tal.
El intercambio cada vez más fluido entre la vida real y la ficción, con actores que hacen de sí mismos en el seno de una trama, sin embargo, no se da en Party down a través del mockumentary (falso documental) que Gervais impuso como estructura narrativa en The office y Extras. En este caso, la serie se vale de un relato tradicional, tal vez como para afirmar su propia identidad. De todas maneras, más allá de préstamos, homenajes o continuidad estilística, Party down conserva de aquéllas el humor cruel e irónico que tan bien les sienta a las nuevas generaciones de las sitcom. No es poco.
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