TELEVISION › EL DESEMBARCO DE LA TV DIGITAL, UN PASO MAS HACIA LA LLAMADA “CONVERGENCIA MEDIATICA”
En los EE.UU. y en Europa ya es una realidad, pero tardará un poco más en llegar a América latina. El nuevo sistema modificará los hábitos de los televidentes y rediseñará el negocio. Pero su implementación no depende sólo de reconversiones tecnológicas sino también de decisiones políticas.
› Por Emanuel Respighi
El modelo actual de televisión tiene los días contados. Tras años y años de escuchar hablar sobre las ventajas de la TV digital, finalmente la Argentina se prepara para hacer realidad lo que hasta hace poco parecía un lejano sueño. El desembarco de la TV digital traerá como consecuencia una revolución televisiva sin precedentes, en un paso más hacia la llamada convergencia mediática. Su implementación en el país sólo es cuestión de tiempo: la Secretaría de Comunicaciones deslizó que, en las próximas semanas, la Argentina fijará cuál de las tres normas (si la estadounidense, la europea o la japonesa) escogerá para la transmisión de TV digital. Algunos países, como México, ya optaron por la norma norteamericana y se fijaron plazo para que en el 2012 ningún sistema de TV –sea cerrado o abierto– se siga transmitiendo en analógico. Otros, los casos de la Argentina y Brasil, están a punto de tomar una decisión que modificará para siempre hábitos y costumbres en la relación entre el espectador y los canales. Y, también, rediseñará el negocio de la industria televisiva.
La conversión definitiva de la televisión analógica a la digital llevará su tiempo, pero bien vale la pena esperarla. A nivel global, debido a que la TV digital permite optimizar la calidad de imagen y sonido, multiplicar la cantidad de canales de aire disponibles y sumar una plataforma interactiva, calificada para transmitir datos de todo tipo y personalizar la información, además de brindar la posibilidad de acceder a Internet (ver recuadro). Por otra parte, la implementación de la TV digital también funcionaría como una solución al problema de la piratería, que la TV por cable sufre cada vez más. Claro que su desembarco definitivo depende no sólo de decisiones tecnológicas de las partes involucradas sino también de la decisión política que cada país tome en relación con la norma que adopte. Resoluciones que, por otra parte, están cruzadas por el aspecto económico, tan definitorio en países como la Argentina. Sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de la reconversión de un negocio que posee un mercado potencial regional de 800 millones de personas.
Las opciones de TV digital que se barajan en la región son la ATSC (norteamericana), la DBV-T (europea) y la ISDB (japonesa). En América latina, varios países ya adoptaron el estándar ATSC de TV Digital, como Estados Unidos (está previsto que en el 2009 ningún sistema de TV de ese país transmita en analógico), Canadá (antes del 2010) y México (fijó en el 2004 un plazo de 8 años para la reconversión). Aunque, en muchas oportunidades, funcionarios brasileños y argentinos respaldaron la idea de tomar una decisión conjunta como respaldo del Mercosur, aparentemente esa intención habría quedado rezagada por el interés brasileño de adoptar la norma japonesa ISDB, en desmedro del estándar norteamericano o europeo que adoptaría la Argentina. Las reuniones entre ambos países definirán, en las próximas semanas, si finalmente la decisión se tomará en forma conjunta.
“Los modelos de libre consumo tienen curvas de aceptación por lo general largas, y cuanto antes se comience el proceso, mejor será. El Mundial de fútbol podría ser un icono que sirva para que el lanzamiento de la nueva televisión tenga un estímulo interesante; si no, tal vez haya que esperar otros cuatro años”, señala a Página/12 el ingeniero Juan Carlos Guidobono, miembro asociado del ATSC Forum, organismo que apoya la adopción de la norma norteamericana. Como en términos tecnológicos las diferencias no son notorias, muchos especialistas sostienen que el plan de negocios que acompañe cada norma será el que incline la balanza hacia uno u otro lado.
Nahuel Villegas, director regional de Harris, una compañía proveedora de tecnología digital, sostiene que la ATSC es la norma que mejor responde a la coyuntura filosófica, histórica, económica y tecnológica de la región. “La filosofía de nuestra radio y TV –argumenta– es una filosofía de medios abierta, gratuita, que además cumple una determinada función social. En el aspecto económico, la región optó –a diferencia de Europa, donde los ciudadanos pagan un impuesto para ver TV– por una industria que se financie a través del dinero que invierten los anunciantes.”
Como los sistemas más codiciados en la región son el norteamericano y el europeo, Estados Unidos y la Unión Europea enviaron a la región a especialistas para presionar a los gobiernos a que adopten la norma que apoyan. A la caza del millonario negocio que significa la reconversión tecnológica –ya sea a través de la compra de decodificadores o de televisores idóneos para recibir la señal digital–, cada uno de los representantes vino acompañado por empresas de capitales de cada región.
Todos coinciden en que la decisión debe tomarse cuanto antes para no quedar afuera del “apagón analógico” que se producirá en los próximos años. Pero tampoco es cuestión de apresurarse y dejarse llevar por las presiones del mercado. De hecho, en la Argentina pasó que en 1998, bajo el gobierno de Menem, se optó unilateralmente por la norma ATSC como estándar para la implementación de la TV digital, pero los gobiernos sucesivos echaron por tierra esa medida. Aun cuando tanto Telefé como Canal 13, los dos canales líderes del país, se encuentran realizando transmisiones de prueba desde hace más de 8 años bajo el estándar estadounidense.
Más allá de las consideraciones económicas, puede pensarse que el estándar europeo surge como el más conveniente para la TV abierta y las operadoras de telefonía celular. La primera, porque podría sumar más señales de TV bajo el sistema que en España se conoce como Múltiple Digital (que permite brindar cuatro señales por canal). Si esto fuera así, los hogares podrían recibir muchas más señales de TV abierta. Las segundas, porque estarían en condiciones de transmitir programas de TV y participar de ese negocio. Tan es así que hace unos días las más importantes operadoras de telefonía móvil de los EE.UU. firmaron acuerdos con los europeos para acoplarse a esta movida. El estándar ATSC es, por su parte, el preferido por los cableoperadores.
Página/12 supo que tanto Telefé como Canal 9, América y posiblemente el 7 se inclinan por el modelo europeo, con la posibilidad de que cada señal pueda brindar otras cuatro más. “Nosotros –detalla Claudio Villarruel, director artístico de Telefé– estamos al servicio de la comunidad y vamos por los cuatro canales extra gratuitos. Sería ilógico que un canal de aire que tenga la posibilidad de brindar cuatro opciones, dé sólo una. El sistema europeo es más democrático.” Por su parte, Canal 13 anunció que prefiere el modelo norteamericano en su función de brindar sólo una señal en alta definición (HDTV). “Nosotros siempre vamos por la excelencia técnica y artística, por eso pensamos que lo mejor es transmitir un solo canal en alta definición”, señaló Eduardo Bayo, gerente técnico de Artear. De hecho, desde abril, el 13 transmitirá en alta definición cada una de las ediciones de sus noticieros.
En realidad, cada una de las posiciones no responde enteramente a decisiones tecnológicas sino más bien empresariales, lo que demuestra la manera en que la TV digital modifica el negocio de la TV. A saber: como el 13 pertenece al grupo Clarín, que a su vez es dueño de Multicanal y CableVisión (acaba de comprar el 25 por ciento de las acciones), el canal presiona para que se transmita una sola señal en calidad full de alta definición porque teme que la posibilidad de brindar 20 señales gratuitas atente contra el negocio de la TV por cable y, por carácter transitivo, contra los intereses comerciales de la compañía madre. A su vez, tampoco es descabellado pensar que Telefé opta por el otro sistema debido a que sus capitales son de origen europeo (Telefónica, de España) y porque el sistema DVB-T le permitiría ingresar al negocio de la TV digital en la telefonía celular. Vale recordar que Telefónica es una de las empresas más importantes de telefonía fija y móvil (a través de Movistar) del país.Uno de los puntos que más preocupan a quienes apoyan la inmediata implementación de la TV digital es el referido a los contenidos. Según Luis Torres, especialista en el tema, el principal problema es que desde los canales aún no se comprende la dimensión de la transformación que la TV digital genera en la industria. “El negocio televisivo –arriesga– tendrá un cambio de 180 grados. Los dueños de las emisoras, por el momento, siguen viendo esta revolución tecnológica como un costo demasiado importante, no como una inversión. No se dan cuenta de que el valor agregado de la TV digital es que se va a convertir en una fuente de ingresos adicionales para las señales. No sólo por los ingresos publicitarios al poseer más canales sino también por las ganancias provenientes de la interactividad, léase Pay Per View, mensajes y juegos.” Esta aparente incomprensión del negocio, sumadaa los costos de reconversión, sería una de las principales causas en el retraso de la implementación de la TV digital en la región. Villarruel sostiene que ese desinterés es momentáneo. “Hasta que no sepamos –explica– en cuánto tiempo va a estar el parque de televisores digitales consolidado en un número óptimo (que por los costos va a llevar mucho tiempo), no vamos a realizar nada. Luego haremos estudios de qué quiere ver el público. El proyecto depende del momento en que se dé. Y ese momento depende, en países como los de la región, del precio de los receptores.”
En cuanto a las críticas que se alzan respecto de la actitud de los cableoperadores y los programadores, Villarruel sostiene que “para dirigir artísticamente a un canal y programar hay que utilizar todos los elementos posibles. No tiene sentido la creación de nuevas plataformas si no somos capaces de generar nuevos contenidos de acuerdo con esa plataforma. Intentar replicar contenidos existentes en otras plataformas no sirve. El desafío que tenemos por delante es cómo somos capaces de producir contenidos específicos para plataformas específicas. Y percibir la necesidad de la audiencia que va a acceder a la TV digital, porque en principio va a ser una audiencia ligada a las nuevas tecnologías”.
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