Lejos de las solemnes y hasta tediosas campañas de prevención de sida impulsadas en las últimas dos décadas, muchas de las cuales perdían en su básica y pedagógica elaboración la finalidad que perseguían, la Fundación Huésped comprendió que la mejor forma de prevenir el contagio y la transmisión de la enfermedad más peligrosa de estos tiempos es hablando del tema pero sin levantar el dedo acusador ni ubicarse en una moral puritana. Para ello, la organización social impulsó una campaña de prevención basada en cinco cortometrajes de animación realizados por directores de no más de 35 años. De esta manera, Cortos que animan: 5 historias sobre VIH/sida logra lo que no pudieron las campañas anteriores: llegar al target de público al que apunta (jóvenes adultos), a través de un formato y un lenguaje acorde con los intereses comunes de los receptores. La nueva campaña será transmitida desde el 15 de mayo, a través de la pantalla de MTV, para toda América latina.

Aunque la campaña está planteada en una suerte de película de media hora, la realidad es que se trata de cinco cortometrajes proyectados en continuado. Sin afinidad más allá de la problemática que tocan, cada uno de los cortos utiliza distintas técnicas de animación, desde stop motion hasta el collage, pasando por dibujos en dos y tres dimensiones. Alfredo Casero, Guillermo Francella y Jorge D’Elía son algunos de los actores que les dan voz a los personajes, mientras que Marcelo y Julio Moura (ex Virus) compusieron la música original de uno de los cortos. “Se trata de la continuidad de la campaña Preventoons, que habíamos hecho para público adolescente pre-sexual”, le explica a Página/12 Leandro Cahn, director de Comunicaciones y Desarrollo de recursos de la fundación. “La idea de convocar a un nutrido y variado grupo de directores jóvenes, cada uno con su impronta, fue para que la campaña pudiera llegar a todos los jóvenes adultos, sin discriminar sectores sociales ni educativos. Utilizar al cortometraje como medio y a la animación como forma es una manera interesante de conseguir eficiencia en la campaña, distanciada de los formalismos que en los jóvenes siempre funcionan como obstaculizadores del mensaje.”

Preestrenados en el último Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici), cada uno de los cortos cuenta una historia que desarrolla distintos aspectos de la problemática VIH: la importancia del testeo de VIH y el uso del preservativo; la relación del alcohol y las drogas con el VIH; la mujer y el VIH; vivir con VIH y la transmisión de madre a hijo. Todos cortos que, más allá del propósito que persiguen, narran historias entretenidas y bien contadas, que reafirman el fértil semillero que el cine nacional posee en términos de animación.

“Hacemos esta campaña preventiva –explica Kurt Cobain (sic), director ejecutivo de la Fundación Huésped– porque cuando uno analiza los datos del Indec se da cuenta de que hay nueve millones de argentinos de entre 13 y 30 años. El 60 por ciento de ellos vive bajo la pobreza y el 60 por ciento de los casos HIV del país es de personas que tienen entre 20 y 30 años de edad. Es muy importante el trabajo informativo con esta franja etaria, porque la mayoría no conoce cuáles son sus derechos, aun cuando pasaron 25 años de la epidemia del HIV. No saben que el testeo es gratuito y que hay una cobertura gratuita total de medicamentos y tratamiento HIV.”

La campaña, que fue producida por Promofilm, contó con la participación de los cineastas Juan Manuel Antín (Mercano, el marciano), Juan Pablo Zaramella, Lorena Sagiryan, Alejandro Szykula (Alejo y Valentina) y el equipo creativo de Nuts Studios. Entre las piezas se destaca No te hagas la cabeza, el cortometraje realizado por Antín y Gabino Calónico, donde se cuenta mediante personajes de plastilina y la voz en off de Alfredo Casero la historia de Rolo y Colo, dos amigos que tras variadas aventuras sexuales se enfrentan al dilema que afecta a miles de jóvenes: la de haber o no contraído HIV.

“Nuestra idea –cuenta Antín– siempre fue tratar de abarcar a la mayor cantidad de tribus urbanas, mostrando las relaciones sexuales que cada una tiene, desde las rolingas hasta las metaleras. Todo cruzado por situaciones más o menos humorísticas y sin bajada de línea alguna. No nos interesaba pontificar nada. De hecho, al final los dos amigos se enfiestan a full, pero con forros multicolores para todo el mundo.”

La película de media hora se completa con Un día (de Sagiryan), donde se narra la experiencia de un bebé aún en el útero de una madre que tiene VIH; Sexteens (Zaramella), en la que tres desinformadas amigas adolescentes intercambian anécdotas y viven distintas experiencias en relación al sexo; School Project

(Szykula), en la que en el marco de un aula de clases distintos personajes aprenden sobre el VIH/sida y su relación con las drogas y el alcohol; y Diario de Juan — Historia íntima de VIH (Nuts Studios), que cuenta a través de un chico infectado con VIH y que está por empezar su vida sexual la importancia de no discriminar al portador de sida, informando sobre las maneras en que el virus se puede contagiar y las que no. Un cuidadoso trabajo de la Fundación Huésped, la organización que, desde 1989, trabaja intensamente en la lucha contra el VIH/sida, que refleja sin medias tintas la idea de que el sida no sólo es una enfermedad biológica de transmisión entre las personas, sino una importante problemática social que requiere de la existencia de un entorno comunitario adecuado para los infectados.