Sábado, 5 de mayo de 2012 | Hoy
TELEVISION › GERARDO ROZIN HABLA DE SU NUEVO PROGRAMA, GRACIAS POR VENIR
El creador de La pregunta animal estrena hoy en Telefe un nuevo programa de entrevistas en vivo, dedicado esta vez a grandes personalidades del mundo artístico, “con figuras populares que nos hicieron reír, llorar o emocionar con su arte”, cuenta Rozín.
Por Emanuel Respighi
Dice que lo suyo es una actitud militante. Que muchas veces sintió que era como uno de esos antiguos, casi extintos almaceneros de barrio, que tienen el negocio –generalmente en la parte de adelante de su casa– abierto las 24 horas, pase lo que pase. Y la comparación no es exagerada, teniendo en cuenta que desde hace años viene luchando, con sus preguntas a cuestas, para consolidar en la pantalla chica la entrevista como formato televisivo posible. Lo hizo un buen tiempo con La pregunta animal y desde hace años pone a prueba su teoría en C5N con Esta noche (diariamente a las 23), un programa de entrevistas en el que la frutilla del postre es la emisión de los viernes, dedicada íntegramente a hablar sobre libros con el entrevistado. Ese camino, prolífico, parece haberle dado sus frutos a Gerardo Rozín, que esta tarde estrena en Telefe Gracias por venir, un programa de “entrevistas” en vivo a las figuras más destacadas del mundo artístico. El ciclo, en el que compartirá la conducción con Julieta Prandi, se emitirá los sábados a las 19.
Si dos personas dialogando sobre algún tema son una de las formas más básicas de la comunicación humana, programar un ciclo de entrevistas y homenajes los sábados a la tarde parece ir a contramano de la lógica televisiva, donde priman la edición vertiginosa, los escándalos y el deporte televisado en continuado. “Gracias por venir es la oportunidad para que la familia vuelva a ver la tele como antes. Ahora que uno está en Facebook, el otro con algún videojuego y el padre viendo los partidos, el ciclo intenta reunirlos un par de horas semanales frente al televisor para disfrutar de figuras populares que nos hicieron reír, llorar o emocionar con su arte”, cuenta Rozín en la entrevista con Página/12.
En una TV que fluctúa entre las peleas mediáticas y la emotividad, los homenajes a grandes personalidades del mundo artístico están a la orden del día. En esta tendencia, aprovechada como segmentos por varios programas, Gracias por venir vendría a ser un mix entre el programa homenaje y Siglo XX Cambalache, el programa que Fernando Bravo y Teté Coustarot condujeron en los noventa. Entrevistas, material de archivo e informes históricos se combinarán en un clima celebratorio que encaja a la perfección con el estilo “familiar” y “blanco” que la gestión de Tomás Yankelevich le quiere imprimir a la pantalla de Telefe. “A mí me gusta hacer entrevistas en tele, que fue lo que hice toda mi vida. Me preguntaron si tenía ganas de entrevistar a tipos como (Guillermo) Francella o traer a músicos que me llenaron de alegría, y no podía decir que no. Pero como en cualquier momento previo a una propuesta que es interesante, los nervios y las ansiedades te digitan todo. Me siento en la previa de la primera cita con la mujer más linda de todas”, confiesa el periodista y productor televisivo.
–Usted ha forjado una prolífica carrera alrededor de la entrevista como herramienta periodística. ¿Cuál es su clave para ejercer el género?
–Generalmente, los periodistas piensan la entrevista televisiva como si fuese para un medio gráfico o como si fuese una más. Y yo creo que eso es un error. En mi caso siempre supe que tenía que planificar la entrevista no en función del género, sino más bien como un programa televisivo. Ya sea encajando dentro de otro programa, como haciendo un programa de entrevistas, como fue La pregunta animal o es ahora Esta noche. En La pregunta animal busqué siempre la confesión, por ejemplo. El objetivo es hacer llegar la curiosidad periodística al género televisivo. La entrevista televisiva debe tener una complicidad mayor a la de cualquier otro medio.
–¿Por qué?
–Porque la tele tiene sus propios códigos y creo que importa tanto lo oral como lo gestual, lo que el televidente ve. Yo siempre aposté a la entrevista. Hubo una época en la que el género había desaparecido de la TV de aire. Ahora hay un poco más, con tipos como (Alejandro) Fantino, que lo hace bien, aunque con otro estilo. Yo soy un militante de la entrevista televisiva. Hace años que me dedico a eso. A mí me encanta el género: lo creo capaz de lograr grandes momentos televisivos.
–Además, se trata de un género que tiene sus diferencias. No es el mismo concepto de entrevista el que encara para C5N que el que utilizará en Gracias por venir.
–En La pregunta animal era un mano a mano en donde la gracia era hablar con el entrevistado como si estuviésemos solos. Cuánto más solos parezca que estamos charlando, mejor sale. Ahí la intimidad es importante. En cambio, Gracias por venir tiene un formato en el que se invita a la familia a participar de la entrevista. Este programa se hace con la gente en la cabeza; en La pregunta animal necesitaba que la gente esté ausente en la cabeza del entrevistado. Cuando hago reportajes de actualidad en Esta noche, busco el título. Y en el de libros, lo que intento buscar es contagiar la lectura y que la gente vaya corriendo a las librerías a comprar alguno de los libros. Ahí se cierra el círculo del programa.
–¿El formato de Gracias por venir permitirá profundizar?
–Se puede profundizar, pero eso dependerá del entrevistado y del clima que se genere. Yo me lo imagino más como un ciclo de entretenimiento. Podré copar mis cosas, pero dentro del marco de entretenimiento. Gracias... no busca profundizar. Porque tampoco creo que es lo que los televidentes de Telefe buscarían a esa hora. La falsa profundidad me rompe más las bolas que el entretenimiento directo.
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