Jueves, 25 de mayo de 2006 | Hoy
TELEVISION › ROSARIO LUFRANO, DIRECTORA EJECUTIVA DEL 7
“El rating no es nuestra misión”, señala Lufrano, quien proyecta una señal de noticias en cable y adelanta que “quiero convocar a los mejores directores de cine, teatro y TV, para levantar al canal desde la programación”.
Por Julián Gorodischer
¿Qué hará con Canal 7? La pregunta se renueva ante cada cambio de mando y prevé un par de opciones enfrentadas: dar servicio o pelear el rating. Rosario Lufrano, flamante directora ejecutiva (asumió el martes pasado), tiene una posición tomada: “El rating no es nuestra misión: yo no me imagino midiendo con el minuto a minuto, pidiendo que ese invitado se vaya o estirándolo para que se quede más. Por suerte no tengo que hacer eso. Al prime time lo pensaría con humor, películas argentinas nuevas que nos provea el Incaa o Juan Alberto Badía haciendo su musical”. Recién llegada al cargo, con menos precisiones que propósitos, Lufrano acepta el recorrido área por área y entrega su primicia: proyecta un canal de noticias estatal, en el cable, bajo su órbita, que podría empezar a emitirse antes de fin de año.
Su posición puede resumirse en una serie de datos: no avalará una programación femenina por las tardes, porque no abona una lucha entre los sexos, jerarquizará los musicales de Badía y respetará los “clásicos” como el Desayuno de Víctor Hugo Morales o las mesas redondas de Cristina Mucci y Osvaldo Quiroga. Lufrano, que seguirá siendo la cara del noticiero vespertino y la voz matinal de Radio Nacional (en su programa Rosario de ideas), comenzó su carrera en Radio Belgrano a principios de los ’80, luego fue la cara de las noticias de Telefé por casi una década hasta pasarse, en 2000, a América Noticias. Desde el martes, su figura centraliza los departamentos de ficción y no ficción del canal, que habían quedado sin conducción luego del alejamiento del guionista Leonardo Bechini y el fallecimiento de la periodista Ana de Skalon. “Viene una misión: fijar los contenidos de la TV pública”, dice Lufrano. “Cuando, en 2005, cubrimos la muerte de Juan Pablo II, el crítico de un diario nos omitió. Me dijeron que apuntaban a cubrir la industria. No éramos industria ni televisión pública: ahora iniciamos una etapa de en construcción (el slogan que se leerá junto al logo)”.
–¿Cómo se construye esa televisión pública?
–Tiene que dar lugar a todas las expresiones del deporte, la cultura... Los mejores profesionales de Argentina tienen que pasar por esta pantalla, porque es una causa nacional, un canal de bandera. Hay que levantar el canal desde la programación, sin olvidarnos de que llega a todo el país; hay que hablarle al habitante de Jujuy y Tierra del Fuego.
–Entre los contenidos puntuales, ¿seguirá Visión 7?
–El noticiero es un producto instalado que, de lunes a viernes, es lo más visto del canal. Su acierto es informar, contar lo que pasa, ofrecer análisis a través de columnistas prestigiosos. Después, la gente le cree más a cada quien que conduce y, no quiero hablar de mí, pero supongo que 23 años de carrera marcan una conducta.
–¿Sufrirá algún ajuste?
–El noticiero necesita coherencia: está desajustado entre conducciones y contenidos. Se va a trabajar en ese sentido, para que no sea el noticiero de Rosario Lufrano o de éste o de aquél. Mónica y César se fueron de Telenoche y siguió siendo Telenoche. Ellos tenían su impronta, pero había un concepto de programa detrás. Aunque esté cualquiera, tiene que seguir siendo Visión 7, el noticiero de la televisión pública.
–¿Qué contenidos periodísticos modificará?
–Visión 7 Internacional es un ejemplo de profesionalismo, de alto nivel, con excelentes críticas. La dirección es ir en ese sentido. Son temas y debates que tal vez no se tocan en otros lugares. Por ejemplo, se abre un período de 180 días para que todos opinen sobre la Ley Federal de Educación. O el aborto, ¿hay que despenalizarlo? La droga, ¿hay que despenalizar el consumo? Bueno, debatamos. Son temas de todos y tienen que estar en esta pantalla.
–¿Otros intocables?
–Desayuno es un clásico de esta pantalla, nos acompaña desde hace muchos años... O Juan Alberto Badía haciendo musicales en vivo: eso no pasa en ningún canal. Es destacable el despliegue en el Estudio 1, con músicos en vivo, cantando de verdad. Me parece muy valioso tener productos así en el canal.
–¿Qué hará con las tardes?
–Estamos trabajando con Juan Alberto Badía en un proyecto para la tarde. No me interesa la típica programación femenina, porque no soy discriminatoria como para que haya programas para mujeres: a la mujer y el hombre no veo por qué distinguirle un determinado tipo de programación.
–¿Por qué eligió a Claudio Morgado para dirigir el área infantil?
–Morgado tiene experiencia, es un tipo que sabe; es talentoso para eso. Convoca, y si llama a Midón, Midón está acá. La gente le responde.
–¿Mantendrá las ficciones del 7, como Un cortado o Autoestima?
–Ha habido aciertos, algunos productos hechos han sido buenos. La TV es cámaras, luz y plata, y con sólo buenas intenciones no tendría nada para brindar. Ya están compradas 32 cámaras, llegaron islas de edición, cámaras de exteriores nuevas. Mi idea es convocar a nuestros mejores directores de cine, televisión y teatro, pero no quiero dar nombres por una cuestión de respeto.
–¿Seguirá el programa de cumbia de los sábados?
–Es una expresión popular y debe manifestarse en esta pantalla, pero después veremos de qué forma, quizá tiene que modificar una estética. En el marco de un cambio de contenidos, va a tener que acompañar. Pero la pantalla pública debe dar lugar a esa expresión... hay que charlarlo con los que hacen el programa, pero cumbia es cultura y es una expresión nuestra.
–¿Y las mesas de debate cultural?
–Cristina Mucci y Osvaldo Quiroga hacen muy bien su trabajo y no creo que vayamos a meternos en esa cuestión. Vamos a poner énfasis en ciclos de música; ojalá podamos transmitir lo mejor del Colón o hacer un programa sobre rock para que los jóvenes no solamente tengan que ver Much Music para saber qué pasa con nuestros artistas.
–¿Qué toma y qué deja de la historia reciente del 7?
–Le voy a leer esto que me parece más práctico (toma un texto/manifiesto titulado Los 7 pecados capitales del 7; aquí, fragmentos): “Soberbia es la que sufrió en sucesivas administraciones que lo convirtieron en el canal de nadie/ Gula despertó en funcionarios corruptos que lo utilizaron para negociados e intereses personales/ Lujuria es la que tuvo que soportar cuando su pantalla se convirtió en sinónimo de amiguismo/ Avaricia sufrió cada vez que se postergaron inversiones en tecnología... Si hacemos las cosas bien, no puede existir canal con más contenidos que éste...”.
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