Mariana Fabbiani dice que la conducción de El artista del año, el reality de talento que hoy a las 22.30 comienza por la pantalla de El Trece, le es absolutamente natural. No sabe bien por qué, pero tiene una teoría que tal vez explique la sencillez con la que hasta ahora se adaptó a un formato en el que nunca había incursionado como conductora. “El mundo artístico es parte de mi vida. Me crié en una familia en la que el arte formaba parte de la cotidianidad. Le tengo un respeto muy grande a la palabra `artista`, porque mi ejemplo de artista era y es mi abuelo. Tengo la vara muy alta”, le cuenta Fabbiani a Página/12, en referencia a Mariano Mores, el eximio compositor y pianista. “Siempre me relacioné con el arte no sólo desde el talento natural que alguien puede tener, sino desde el esfuerzo y la formación permanente que todo artista debe tener para progresar, que en mi caso estaba materializado en la figura de mi abuelo. Y creo que El artista del año recupera ese mismo concepto para el género: la formación y la disciplina son piezas idóneas para alcanzar los sueños, y a la larga ese esfuerzo suele tener recompensa”, subraya.

Tras la irrupción en la TV argentina del reality show a comienzos de la década del noventa, cuando las propuestas apuntaron preferentemente a atrapar a los televidentes desde el voyeurismo, tocándole su morbo desde las más diversas y perversas “ideas”, el género terminó decantando para bien: hoy, los televidentes prefieren ver aquellos reality shows relacionados con la búsqueda de talento, donde los participantes persiguen objetivos mucho más dignos que la fama pasajera. Tanto a nivel internacional (con productos como American Idol, The Runway Project, X-Factor, Dancing with the stars o The voice, entre otros) como a nivel local (con La voz y Operación triunfo como últimos representantes), los realities de talentos marcan el signo de una nueva era. En esa línea se enmarca El artista del año, un formato original de Mandarina y Endemol que se emitirá diariamente por El Trece (los lunes y viernes a las 22.30 irán las galas, mientras que de martes a jueves se emitirá a las 18.30).

En este caso, 25 participantes de entre 18 y 29 años –surgidos de un multitudinario casting realizado por todo el país– mostrarán al público sus dotes artísticas, con el objetivo final de que el ganador se convierta en parte del elenco de la próxima ficción producida por Pol-Ka para El Trece. Para ello, los 18 concursantes que quedarán seleccionados del primer envío deberán convivir en “El conservatorio”, el espacio en el que se capacitarán con diferentes profesionales del canto, el baile, la actuación y la imitación. En los envíos diarios, donde Fabbiani estará secundada por Diego Reinhold y Ronnie Arias, el programa mostrará la convivencia y la preparación de los aspirantes para sus participaciones individuales y grupales, que definirán su suerte en “La Gran función”, como se denomina a las galas. Nicolás Repetto y Nacha Guevara serán los “mentores” (a los que se sumará un invitado cada semana), que tendrán la tarea no sólo de evaluar a los participantes sino también de ayudarlos a que cada uno desarrolle sus potencialidades.

“Por suerte tenemos contenido como para ocupar todo el espacio que sea necesario”, dispara la conductora, a la hora de analizar la cantidad de horas semanales que tendrá la propuesta con la que regresa a la pantalla de El Trece (en la que había debutado como actriz en Son de diez en 1994), después de 10 años (lo último que hizo fue Mariana de casa). “En los últimos años hubo muchos acercamientos con el canal, pero por una cosa u otra nunca se daba el pase. En RSM yo estaba muy bien, me sentía muy cómoda y fue un espacio en el que crecí mucho como conductora. Y cuando apareció este proyecto me entusiasmó la idea de hacer algo diferente a lo que había hecho hasta ahora. Acá salgo de la actualidad y el humor para ser la anfitriona de un reality show en el que los participantes tienen algo muy concreto para hacer, que es mostrar y desarrollar sus habilidades artísticas”, explica Fabbiani.

–¿Qué es ser un “artista” para un formato televisivo?

–El programa tiene que ver conmigo. Yo siento que, a veces, se vapulea mucho la palabra “artista”. Cuando me lo propusieron me preguntaba qué es ser artista. ¿Es alguien que se expresa desde alguna disciplina? ¿Es un término que sólo les cabe a los consagrados? ¿Se nace artista o se forma? Creo que un artista es alguien que logra, a través de su expresividad, provocar aquella reacción que se propuso generar en el espectador al momento de hacer su obra. Cuando prendo la tele y veo talento, me quedo mirando. Esa es la tele que a mí me gusta, tanto para ver como para conducir. Y estos chicos son muy talentosos: ellos ya son artistas. Algunos son casi profesionales y tienen mucha formación, y otros son autodidactas y tienen un don.

–¿Cuál cree usted que va a ser el hilo distintivo del programa?

–El programa va a tener muchos aspectos en común con otros realities, pero el hecho de que busquemos la perfección del artista y mostremos el proceso de entrenamiento hace que atraiga a la gente. Que busquemos artistas integrales, que se destaquen en canto, baile, actuación e imitación, vuelve a El artista del año un programa diferente, singular.

–El reality show de talentos se vale del talento y la convivencia. ¿Cuál es el criterio que persigue el programa?

–Yo no voy a permitir que las relaciones le ganen a lo artístico. El acento de todos los que hacemos el programa está puesto en lo artístico, en las puestas de los shows musicales. No queremos que lo hagan mal para ver cómo reacciona adentro del conservatorio. Buscamos la belleza más que el conflicto. Obviamente, se van a dar situaciones muy interesantes en la convivencia, que se van a tratar con “buen gusto”. No creo que el reality le vaya a ganar al concurso de talentos. La convivencia es sólo un recurso más para conocerlos.

–Marcos Gorbán, productor de Gran Hermano y Operación triunfo, suele decir que la elección del casting es fundamental en cualquier reality show. ¿Cuál fue el parámetro que siguieron?

–Los chicos están elegidos no en función de su potencial personalidad problemática, sino por su talento. Por supuesto, hay historias que le suman mucho a lo artístico, porque le otorgan mayor valor a su deseo de practicar una disciplina con tanto fervor. Pero entre una personalidad problemática y un buen artista, elegimos a este último. Debo reconocer que aquellos en los que se dan las dos cosas te conmueven el doble. Están elegidos en función del talento. Siento que lo que va funcionar en El artista... es que, a diferencia de Gran hermano, que busca personalidades contrapuestas y estereotipadas, la relación entre ellos va a estar signada por la ambición artística de cada uno, por lo que cada uno está en condiciones de ceder con tal de consagrarse. Defiendo la tele popular, pero sin dejar de intentar subir la vara. Las historias las contaremos sin tenerle miedo a la emoción, pero sin buscarlas a propósito ni forzarlas.