TELEVISION › EL FENóMENO DE LOS NúMEROS MUSICALES
Desde hace un tiempo los programas vienen incorporando al relato números musicales. La novedad de 2013 es que el recurso se manifiesta en las tres comedias que están en el aire.
› Por Emanuel Respighi
Las ficciones vienen cantando. Quienes gustan engancharse con las ficciones diarias de la TV local habrán notado cómo este año los programas del género han metido mano a un recurso poco explorado por la pantalla chica local: la inclusión en sus tramas de números musicales. Cada una con su estilo, pero poniendo en evidencia que se trata de una herramienta narrativa que marcará el ritmo dramático de las historias televisadas, las tres comedias diarias que actualmente están al aire ensamblan en sus tramas segmentos musicales cada tanto. Desde Solamente vos (lunes a jueves a las 21.30, por El Trece) hasta Los vecinos en guerra (lunes a jueves a las 21.30, por Telefe), pasando por la recientemente estrenada Qitapenas (martes a jueves a las 21, por Telefe), los programas incorporaron al relato tradicional números musicales que van de la sátira a la comedia musical. En 2013, la música se transformó en un protagonista más de las historias que generan carcajadas y suspiros.
La inclusión de musicales en las ficciones para la familia no es nuevo. Aun hoy se recuerda a la transgresora Son o se hacen durante los noventa de Canal 9 otorgándole un fuerte protagonismo a la música. Más cerca en el tiempo, Javier Daulte en Para vestir santos, el unitario de Pol-Ka protagonizado por Gabriela Toscano, Celeste Cid y Griselda Siciliani, fue quien en esta nueva etapa le abrió la puerta al recurso, insertando en la historia musicales relacionados con la trama, pero con un formato de videoclip más independiente (ver aparte). El año pasado, Graduados también recuperó a artistas y canciones ochentosas con buena repercusión de audiencia. La novedad de esta temporada, en todo caso, radica en que el fenómeno se sucede a la vez en las tres comedias al aire. ¿Qué es lo que hace que el musical se haya puesto de moda en la TV? ¿Cuánto incidió el hecho de que series como Glee en Estados Unidos se convirtieron en un suceso mundial? ¿Qué buscan los autores al utilizar un recurso más usual en las tiras juveniles, tan explotado por Cris Morena en sus programas?
“Son elementos que se van sumando a medida que se van poniendo de moda”, le cuenta a Página/12 Adriana Lorenzón, la autora de Qitapenas. “El caso de la música empezó con los clips y se usa desde hace años. Luego se fueron incorporando los musicales y ahora ya forman parte de la trama. Es una forma de ir transgrediendo los géneros de una manera que no resulte forzada pero sí novedosa”, agrega la guionista. Sin ser una comedia musical pura, ya que no tiene canciones originales, el programa protagonizado por Miguel Angel Rodríguez es, tal vez, la más extrema expresión de la tendencia, con coreografías cantadas que se intercalan una y otra vez. “A partir –cuenta Lorenzón– de que otros productos del estilo funcionaron en el mundo y también de cierta tendencia a incluir musicales, aun en los dramas, es que surge la idea de hacer una comedia musical familiar. En géneros como el juvenil existe desde hace años, pero pocas veces se intentó en un producto multitarget o para toda la familia.”
“Creo que la música marca nuestra historia emocional, está en el inconsciente colectivo”, arriesga Marta Betoldi, al frente del equipo de guionistas de Solamente vos, la ficción más vista del año. “Todos nosotros recordamos los hechos relevantes con una canción: el primer beso, la primera decepción amorosa, el nacimiento de un hijo o la partida de un amigo. Creo que los recuerdos siempre son musicales. Tiene toda la sensorialidad: sabor, olor, gusto, tacto y música. Pero estos sentidos son más difíciles de plasmar en lo audiovisual. En cambio, la música es perfecta para provocar emociones”, explica la autora de Socias, entre otros ciclos.
Esa misma familiaridad y sentido de pertenencia que produce la música en cualquier ser humano es para Ernesto Korovsky, guionista de Los vecinos en guerra, un motivo más que suficiente para incorporarla más activamente en las tramas. “La música es una llave a la emoción: se canta un tema que saben todos, y ya instalás al público argentino en una frecuencia. La música es como una clave secreta”, analiza el autor de una comedia que apela más a la música en off que al musical. “Por ejemplo, mientras Mimí –-la mucama– tararea siempre los Redonditos, las hermanas Helen y Norita cantan Charly García. Esto les pone edad, pertenencia social, perfil. Crecemos escuchando canciones, y no sabemos por qué determinado tema despierta cosas. Está bueno llegar a ese lugar de la sensibilidad del espectador, me parece un recurso noble”, puntualiza.
Solamente vos mantiene el tono de comedia de enredos que caracteriza a los programas en horario central de Pol-Ka. Basándose en el histrionismo de Adrián Suar para la comedia, género en el que se mueve con naturalidad y gracia, la ficción se acerca al musical a partir de escenas en las que su personaje hace playback, con la presencia del cantante real que entra en escena en un lugar secundario, en un guiño que los televidentes celebran. “Siempre aporta la presencia de un artista real que se suma a la escena; la vuelve atractiva. Los musicales dan aire. Aportan un respiro particular y la trama sigue su curso, porque van en planos diferentes. En general pertenecen a la fantasía de alguno de nuestros protagonistas”, cuenta Betoldi. Hasta el momento, pasaron por Solamente vos artistas para todos los gustos y acordes con la amplitud de la audiencia, como David Bisbal, Kevin Johansen, Paz Martínez, Ricardo Montaner y Cacho Castaña, entre otros. “La inclusión de estos musicales –dice Betoldi– unió un código particular en la relación de los protagonistas, y se fueron armando solos, o a dúo, las proyecciones de sus propias fantasías o deseos más reprimidos, expresándose con letra y música.”
El recurso de la mímica –entre absurda y satírica– para llevar adelante los musicales tiene en Suar una pieza fundamental para lograr la complicidad de los televidentes. “Suar es un gran comediante y no es músico y le aporta lo mejor que tiene al musical: toda su desfachatez y todo el encanto que le sobra para la comedia. No creo que sea una sátira. A mí me recuerda más a los musicales que veíamos en las películas de Sandro, Cacho Castaña... Muchas flores, el Rosedal, una mujer bella y el hombre que siente mucho... Adrián se apoya en sus fortalezas y lo hace de una manera tan particular que uno no puede dejar de disfrutarlo a pleno. Le da doble vuelta de tuerca y resulta de maravillas para la comedia romántica que hacemos”, argumenta una de las autoras de Solamente vos, que aclara que la idea de incluir los musicales fue del director artístico de El Trece y no del equipo autoral.
La comedia de Underground, Los vecinos en guerra, pese a contar como protagonista a Diego Torres, cantante de vocación y profesión, no suele explotar tanto el recurso. “Nunca se pensó que Diego cantara en la tira, pero estos programas son monstruos que van mutando”, aclara Korovsky. Las veces que ejercitó el musical, sin embargo, apeló a un registro natural, verosímil. “El aporte de lo musical es desde un lugar muy realista”, señala Korovsky. “Diego Torres canta en el auto como cualquier tipo que canta y se emociona con una canción de Lerner. Lo de Juan Pablo Geretto es también natural, pero con anclaje artístico, ya que se presenta al personaje como alguien del varieté, que canta revelando el juego de apariencias y mentiras que aborda la trama”, agrega. Los vecinos... cuentan con una musicalización destacada en sus escenas y transiciones, poniendo al aire canciones que van de Los Redondos hasta Ramones. “Los comentarios musicales de Elvio Gómez hacen a la coherencia del todo, suman una mirada: a Los vecinos... le queda muy bien el rock pesado, la música punk”, reconoce.
Creado como un programa musical, con la idea de trasladarlo a las tablas, Qitapenas intenta ensamblar a la narración tradicional números coreográficos más o menos producidos, relacionados a las situaciones que van ocurriendo en la trama. En su caso, los musicales no funcionan como apoyo sino que pasan a ser parte central de la historia. “La idea es que funcionen como parte de la trama e, incluso, como parte de algunos textos. Digamos que en algunas escenas los textos en lugar de estar dialogados, están cantados con canciones que todo el mundo conoce. El ejemplo típico sería una discusión amorosa pero cantada con una canción de Pimpinela”, ejemplifica Lorenzón, sobre un programa que ya tuvo versiones de temas como “La bomba loca” (Gustavo Cordera), “Desesperada” (Rosario Flores), “La guitarra” (Los Auténticos Decadentes) y “Honrar la vida” (Eladia Blázquez) entre otros.
Ya sea como “recreo” en la acción de la trama, como una manera de incorporar un nuevo lenguaje a la ficción o como recurso promocional, el musical copó las ficciones locales. El tiempo dirá si se trata de un fenómeno coyuntural o permanente. Por las dudas, los actores tendrán que reformular su antigua proclama: “Somos actores, queremos cantar” parece ser el lema que mejor le sienta a este momento de la ficción local.
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