Martes, 9 de febrero de 2016 | Hoy
TELEVISION › LOS CAMBIOS DEL NUEVO ESQUEMA DE TRANSMISIONES DE PARTIDOS DE FúTBOL
En varias localidades de la Argentina, los partidos no se vieron por ningún canal de TV abierta y por la TDA se pasó en una señal de música clásica, en definición estándar. ¿Los beneficiados? Cableoperadores y emisoras privadas.
Por Emanuel Respighi
Sería exagerado decirle Fútbol Para Pocos (FPP), pero lo que es seguro es que ya dejó de ser Fútbol Para Todos (FPT). Al nuevo esquema de producción, distribución y comercialización de los partidos de fútbol de Primera División diseñado por el gobierno nacional le sienta mejor la idea de Fútbol Para Menos (FPM). Al menos ésa es la sensación que dejó la televisación de la primera fecha, en la que quedó demostrado que el programa que nació con la idea de que cualquier argentino tuviera acceso gratuito a los partidos ya no puede garantizar el espíritu de su génesis. La primera diferencia entre el FPT y el flamante FPM que saltaba la vista es que en algunas localidades del interior del país los partidos emitidos por los canales privados (Telefe, El Trece y América) no fueron retransmitidos por Canal 7, como se había anunciado oficialmente. Pero ese “detalle” no es el único que se percibió en el debut del programa.
La cesión de los derechos de televisación de los principales partidos a El Trece, Telefe y América era polémica desde que trascendió esa información. Ya era de por sí sumamente cuestionable que el Estado Nacional, que pagará 881 millones de pesos a la AFA en concepto de derechos, haya delegado la televisación de los partidos de mayor audiencia y potencialidad de comercialización a los canales líderes de la TV, a cambio de 45 millones de pesos por pantalla (a razón de un promedio de un millón de pesos por partido). Esa decisión dejó a Canal 7 sin la posibilidad de transmitir los partidos que disputen River, Boca, Racing, San Lorenzo e Independiente, resignándose a emitir en la pantalla pública los cotejos de menor importancia y los menos atractivos comercialmente. El negocio de los canales privados se puso en evidencia cuando se conoció que, por ejemplo, el costo bruto del segundo publicitario en el partido entre River y Quilmes fue de 32.500 pesos. Si a ese número se le descuentan impuestos, gastos y promociones, el promedio del segundo habrá costado alrededor de 15 mil pesos. El dato no es menor: a razón de vender 5 minutos publicitarios (300 segundos), el canal del Grupo Clarín habrá recuperado 4,5 millones de pesos de los 45 millones invertidos. O sea: en un partido recuperó el 10 por ciento de lo que invirtió para tener hasta 45 partidos en su pantalla.
Pero más allá del negocio que el nuevo esquema significa para las emisoras privadas, en desmedro de la TV Pública, lo cierto es que este fin de semana se percibieron otras particularidades que transforman al FPT en FPM. En primer lugar, finalmente los partidos que disputaron River y Boca no fueron retransmitidos por Canal 7 para el interior, en las plazas donde esos canales no llegan por aire, tal como se había anunciado. Es decir: el FPM no se pudo ver gratuitamente por TV analógica de aire. El gobierno nacional tomó la decisión de retransmitirlos, pero a través de la Televisión Digital Abierta, un sistema gratuito, pero que –según los datos surgidos de la última Encuesta Nacional de Consumos Culturales– apenas el 7 por ciento de la población utiliza para ver televisión. El debut tuvo, además, un extraño detalle: esos partidos se emitieron por la señal Arpeggio (frecuencia 2403), un canal “dedicado a la música clásica, la ópera y el ballet”, según reza en la página oficial de la TDA. La particularidad tiene que ver con el sentido común más básico: ¿no hubiera sido más lógico que esa retransmisión se haga a través de DeporTV, el canal deportivo estatal que forma parte de Educ.ar, en vez de hacerlo por una señal musical privada? Según supo Página/12, Arpeggio TV forma parte del grupo Albavisión, cuyo principal accionista es el mexicano nacionalizado estadounidense Angel Remigio González, dueño de Canal 9 y que el año pasado anunció una “alianza estratégica” con el grupo español Prisa, controlante de las radios Continental, 40 Principales e Imagina.
Las explicaciones, seguramente, la tendrá que dar Fernando Marín, en tanto responsable del FPM. Si todo se trata de hacer foco en los “detalles”, hay una cuestión técnica que no se puede dejar pasar por alto y que tal vez sirva de explicación de por qué la retransmisión se hizo por la señal Arpeggio y no por DeporTV. El canal musical de la TDA emite su señal en calidad standard (SD) y no en Alta Definición (HD). Por su parte, DeporTV sí tiene la capacidad de emitirse en Alta Definición. Es decir: el gobierno decidió retransmitir en el interior los partidos en calidad estándar, teniendo a disposición un canal estatal en HD. La ¿ilógica? retransmisión tuvo como consecuencia que en las provincias los partidos más importantes no sólo no se vieron gratuitamente por TV de aire, sino que incluso los que tienen TDA no pudieron seguirlos en calidad HD.
¿A quién beneficia, entonces, la decisión del gobierno de Mauricio Macri de que los partidos de los equipos grandes sean retransmitidos en el interior por Arpeggio, una señal privada y en calidad estándar? Básicamente, a los cableoperadores y a El Trece, Telefe y América. La razón es obvia: la única manera de ver los partidos en HD que tienen los residentes de aquellos lugares en donde las señales del Grupo Clarín, Telefónica y del Grupo Vila no llegan por aire es suscribirse a algún sistema de TV paga. Es decir: el flamante FPM estipula que en el interior los partidos de los “clubes grandes” sólo pueden verse en HD en aquellos hogares que tienen el poder adquisitivo de abonar entre 600 y mil pesos un abono de TV paga, como Cablevisión, DirecTV o Supercanal. Y sólo a través de las señales de El Trece, Telefe y América. Lo que se dice una privatización de hecho de las transmisiones en HD del FPM en las provincias. Un esquema que diferencia a los “porteños” y “bonaerenses” respecto de “interior”.
En materia puramente televisiva, el FPM también se diferencia del FPT original en un aspecto que se había convertido en un clásico. El nuevo esquema suprimió el resumen de goles del resto de los partidos que se emitía en los entretiempo de los cotejos que se transmitían. El “secuestro de los goles” no llega a lo que ocurría antes de que el Estado se hiciera con los derechos, cuando se debía esperar a Fútbol de primera para poder verlos, pero ahora sólo se pasan los goles del partido que se está transmitiendo. Eso sí: el FPM permite que se den los resultados parciales y finales de la jornada futbolístico. Algo es algo.
Otra particularidad que llamó la atención fue que, al menos en la primera fecha, las tandas comerciales de las transmisiones sólo estuvieron cubiertas por avisos publicitarios y promociones de los programas de los canales. No hubo campañas de bien público, salvo la de alguna ONG, pese a lo que se había anunciado oficialmente.
Otro tema es el de la transmisión vía streaming, a través de Internet. La plataforma www.futbolparatodos.com.ar ya no tiene la exclusividad para la transmisión de todos los partidos, como ocurría en la era kirchnerista. Desde el torneo, la plataforma sólo pone a disposición los partidos que transmite la TV Pública, en tanto que quienes quieran ver a Boca, River, Racing, San Lorenzo e Independiente vía web deberá ingresar a los sitios web de los canales privados que los emiten. El FPM suma un argumento más en función de lo que ocurre fuera del país: quienes intentaron ver los partidos de la jornada en el exterior a través de www.futbolparatodos.com.ar, como lo hacían hasta el campeonato pasado, también se vieron imposibilitados de hacerlo.
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