Jue 10.03.2016
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TELEVISION › LOS PREMIOS NUEVAS MIRADAS RECONOCIERON A LA PRODUCCIóN AUDIOVISUAL DE TODO EL PAíS

Clima de convicciones a flor de piel

En la ceremonia, los artistas y productores manifestaban su incertidumbre ante la falta de respuestas del Gobierno sobre los concursos que surgieron por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “Espero que esta pesadilla termine pronto”, dijo Alejandro Awada.

› Por Emanuel Respighi

No fue una ceremonia de premios como cualquier otra. No hubo (casi) nada de glamour en la 4ª edición de los premios Nuevas Miradas en la Televisión, que reconoció a producción y artistas del mundo audiovisual más destacados de cada rincón del país. Tampoco hubo espacio para la frivolidad en el auditorio de la Universidad Nacional de Quilmes, la institución organizadora del premio junto al Centro Cultural Caras y Caretas. En el primer encuentro de productores y hacedores de la pantalla chica federal tras la asunción de Mauricio Macri y la decisión política de avanzar a puro decreto en contra del corazón de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), la velada se transformó en el termómetro palpable de un vasto sector de la industria televisiva que teme por la continuidad de la profusa producción desarrollada en el último lustro. Lo que sobró en la noche del martes entre los ganadores, distinguidos, e incluso los que se fueron con las manos vacías fue la defensa conjunta de una misma bandera: la de la LSCA.

Las sensaciones se mezclaron entre los invitados a la ceremonia de premiación. La alegría del trabajo compartido entre los diferentes equipos se cruzaba en cada charla con la tristeza que imprime la incertidumbre sobre el futuro de todas esas producciones, alejadas –en kilómetros de distancia, pero fundamentalmente en búsquedas– de la ciudad de Buenos Aires y de la TV comercial. La voluminosa cantidad de producciones nominadas fue la prueba más cabal de la transformación que evidenció el mapa audiovisual argentino desde la sanción de la LSCA, a fines de 2009. Que Los siete locos y los lanzallamas haya sido la ficción más premiada, o que Alejandro Awada haya sido reconocido como el mejor actor por su trabajo en Historia de un clan, poco importó ante la incertidumbre que signa a la industria audiovisual por estos días.

“Este es un espacio sagrado, como el de todas las universidades que florecieron en el conurbano y que ojalá se sigan extendiendo por todo el país”, señaló Awada al momento de recibir su reconocimiento. “Yo me enriquecí y gané fortunas –ironizó el actor– con los programas que tuvieron la dicha de ganar algún concurso de fomento estatal. Historia... fue uno de ellos. La tristeza la enciende la pregunta de qué habrá pasado con esos concursos que tanto trabajo y talento desarrollaron. A esta altura, en años anteriores, muchos compañeros estaban trabajando. Ahora no sólo no hay producción sino que tampoco hay con quién hablar, a quién preguntarle sobre qué será de aquella política. No puedo más que abrazar la tristeza general y esperar que esta pesadilla termine pronto.”

La sensación de orfandad ante el futuro de los numerosos canales y productores que surgieron bajo la protección de la LSCA se hizo sentir en los discursos. Uno de ellos fue el del productor Claudio Martínez, al subir a recibir el premio como mejor presentador que obtuvo Adrián Paenza por Alterados por Pi. “Mucho de lo que se premia hoy no tiene lugar en la TV privada. Alguien tiene que hacerlo. El Gobierno tiene derecho a gestionar el Estado a su manera, pero no- sotros, como ciudadanos, tenemos el derecho de exigirle que nos garanticen nuestros derechos.”

Además de las 23 categorías del premio (ver recuadro), la ceremonia sirvió de espacio para reconocer el trabajo y la trayectoria de diferentes figuras del medio y de la sociedad. En el Día Internacional de la Mujer, y a días de conmemorarse los 40 años del golpe de Estado, la presidenta de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, recibió una distinción. “Siempre digo que no merezco ningún premio porque sólo hago lo que quiero, debo y siento, en esta búsqueda a la que aún falta tanto por hacer, donde aún hay tantas abuelas que no pueden abrazar a sus nietos”, confesó, ante una platea que le regaló un conmovedor aplauso de pie. “Estamos pasando un duro momento que hay que sobrellevar, con el coraje y el empeño por los cuales no nos han vencido, sabiendo que tomándonos de la manos la situación debe terminar. Van cien días y están apurados para agobiarnos y acallarnos. Pero el pueblo argentino es un pueblo de paz y muy luchador. Entre todos vamos a seguir peleando, unidos, con amor y optimismo. ¡Luchemos que estamos juntos!”

Con Carlotto aún en el escenario, Nancy Dupláa subió a recibir su distinción, por su aporte a la producción audiovisual, a lo largo de una extensa trayectoria que hoy la tiene como protagonista de La leona (Telefe, a las 22.45). “He estado en muchísimas entregas de premios pero éste tiene una potencia especial. Se respira el clima de universidad, de ideas que se defienden, de permanente denuncia. Agradezco el premio, aunque tampoco me considero una gran actriz, sino que interpreto según me sale de mi interior lo que leo en los libretos. En La leona estoy contando la historia de una mujer común, trabajadora, de apremios y urgencias, que ante una situación desgarradora le surge una fortaleza para luchar por sus ideas y convicciones. No sé si les hace acordar a alguien”, subrayó la actriz, mirando a Carlotto, antes de fusionarse en un abrazo.

En su rol de defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Cynthia Ottaviano fue distinguida por su actividad y aprovechó el micrófono para defender la LSCA: “Hay que seguir disputando sentido con todas estas nuevas voces, en épocas de producción concentrada, machista, estigmatizadora, que todo el tiempo vulnera derechos. Es una lucha que hay que darla con alegría jauretchiana, para vencer a las estrategias de tristeza que otros diseñaron. Este reconocimiento va también para los diputados y senadores que tienen la obligación y el compromiso por mandato popular de rechazar los DNU que derogaron la LSCA. La LSCA tiene que seguir vigente no sólo por nuestro bien, sino por el de todas las democracias”.

En ese clima de convicciones a flor de piel, fue Santiago Varela, guionista durante varios años de Tato Bores, el que con mayor precisión describió las sensaciones de una noche particular. “Suelen preguntarme qué diría Tato sobre este momento histórico. Y yo creo que, sin falsa modestia, soy uno de los pocos que saben qué diría”, afirmó, risueño. “No creo que Tato hoy tuviera lugar en la TV comercial. Tato fue prohibido y hasta le pusieron bombas en su casa. Si hay una característica que tiene la derecha es que no discute: tira balas, como pasó el otro día. Este premio, que reconoce el talento de tantos jóvenes, es como una transfusión de sangre para los que recién empezamos como yo”, dijo, irónico, con la esperanza de que la TV siga reflejando las costumbres y necesidades de toda la cultura argentina.

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