TELEVISION › LA 57ª EDICION DE LOS PREMIOS EMMY
Magnolias, alfombras rojas y una apuesta a lo clásico
Desperate Housewives parecía la gran candidata. Pero la Academia estadounidense decidió despedir con premios a Everybody Loves Raymond.
Por Rocio Ayuso
Desde Los Angeles
La nostalgia se impuso sobre la desesperación en la 57ª edición de los Emmy, los premios más importantes de la televisión estadounidense, ya que la Academia de Televisión prefirió premiar a la veterana Everybody Loves Raymond sobre la favorita del año, Desperate Housewives. La veterana comedia se despidió de la pequeña pantalla con el mismo éxito que disfrutó durante sus nueve años de vida, con un nuevo galardón como mejor comedia y otras dos estatuillas para sus actores secundarios. “Esto ha sido la cereza en el pastel”, confesó Doris Roberts, al conseguir su quinto Emmy como mejor actriz secundaria en Everybody Loves Raymond. El actor Brad Garrett, quien ganó su tercer premio como actor secundario por su papel en la serie, le dedicó la estatuilla, no sin humor, a “Britney (Spears) y a nuestro hijo”.
La alegría de los veteranos le robó el éxito a la serie debutante más famosa de la temporada, Desperate Housewives (“Amas de casa desesperadas”, que aquí emite Sony todos los jueves). La serie centrada en las intrigas de un vecindario de clase pudiente era la favorita de la velada con sus quince candidaturas, que incluían diversas categorías técnicas. Sin embargo, cuando llegó el reparto de los principales premios, sólo Felicity Huffman consiguió llevarse la estatuilla a casa como mejor actriz en una comedia. “A todas las mujeres de Wisteria Lane”, dedicó la esposa del también actor William H. Macy, con educación para acallar los rumores de rivalidades entre las protagonistas de esta serie. Incluso su victoria sorprendió a los seguidores de la serie, ya que las apuestas de Internet parecían apuntar sin dudas a que la estatuilla era para otra de las protagonistas de esta serie, Teri Hatcher. Huffman fue la única debutante que ganó el Emmy en las categorías de mejor comedia, porque el premio al mejor actor fue para Tony Shalhoub por Monk, que en su tercera candidatura logró su segunda victoria.
La Academia de Artes y Ciencias de Televisión apostó por las novedades en el campo dramático, donde casi todos los ganadores debutaron en estas lides. Lost (“Perdidos”) consiguió el Emmy al mejor drama del año, así como la estatuilla en rubro dirección, con la primera temporada de una serie que ha devuelto el género de la ciencia ficción a la televisión, contando la historia de un grupo de supervivientes a un accidente de avión que esperan ser rescatados en una extraña isla. Otras debutantes como Patricia Arquette, con Medium, y Blythe Danner, con Huff, se llevaron la estatuilla como mejor actriz y mejor actriz secundaria, respectivamente. Ambas actrices fueron las únicas que hicieron un recordatorio a la realidad en medio de esta gala, donde como siempre la atención estuvo centrada en los nombres de los ganadores, sus acompañantes o quién lucía el peor vestido. “Esto es un gran honor. La candidatura es maravillosa. Pero Katrina es algo que está ocurriendo ahora mismo. Y los camiones vienen desde el sur pidiendo pañales, ayuda”, recordó Arquette. Danner también dedicó su victoria a los afectados por el huracán y a los soldados que están en Irak para que “salgamos de ésta cuanto antes”.
Los otros dos ganadores en la categoría dramática, James Spader y William Shatner, como mejor actor y mejor actor secundario, respectivamente, por sus trabajos en Boston Legal, prefirieron decantarse por el humor. “Le quiero dar las gracias a la Academia y a mi madre. Y a mi madre de nuevo, que me olvidé de ella el año pasado”, dijo Spader, que al igual que Shatner ganó el premio por segunda edición consecutiva. La presentadora Ellen DeGeneres hizo lo posible por mantener el humor en una velada que tuvo lugar apenas dos semanas más tarde de la devastación sembrada por el Katrina en el Golfo de México. No le fue difícil y, salvo escasos momentos de reflexión y alguna magnolia que otra en la solapa de los asistentes –en homenaje a la flor típica de Louisiana–, en la 57ª edición de los Emmy imperó un año más el humor y, sobre todo, la moda. Como destacó la revista Entertainment Weekly, Desperate Housewives sufrió una gran derrota en el escenario, pero en la alfombra roja su única protagonista hispana, Eva Longoria, fue la reina de la belleza. Y eso sin necesidad de ser candidata.