Lunes, 7 de mayo de 2007 | Hoy
TELEVISION › KATHRYN MORRIS, PROTAGONISTA DE “COLD CASE”
La actriz habla de su personaje en la serie. “Había un hueco en el mercado de la TV”, destaca Morris, quien después de haber hecho roles menores obtuvo notoriedad en EE.UU. gracias a su papel como la detective Lilly Rush.
Por Roque Casciero
En una enorme habitación del cuartel de policía de Filadelfia juntan polvo las cajas de cartón con los expedientes de los casos que nunca pudieron ser resueltos. Pero si algún evento dispara nuevas pistas para alguno, allí irá la detective Lilly Rush junto a su equipo a tratar de resolverlo. Eso sucede todos los lunes a las 22 en Cold Case, el programa producido por el midas Jerry Bruckheimer (CSI, Without a Trace) que emite Warner Channel. Además de la trama policial, en la que los casos se desentrañan siguiendo una madeja de declaraciones contradictorias, la serie se destaca por su uso de los flashbacks: como se trata de casos antiguos, el recuerdo de los implicados se filma en blanco y negro, con actores más jóvenes que se parecen a los del “presente” y un notable uso de la música, que traslada al espectador a momentos muy precisos. Mientras en la Argentina se ven los capítulos de la cuarta temporada, en Estados Unidos están en los preliminares para el comienzo de la grabación de la quinta. “No somos el programa más llamativo para la prensa, pero tenemos un público muy fiel”, explica la actriz Kathryn Morris, protagonista de la serie. “Además, Cold Case es el segundo programa más grabado (con los DVR o grabadores digitales), porque vamos a la misma hora que Desperate Housewives y mucha quiere saber qué va a hacer Terry Hatcher esa semana. El tema es que si no los ves, al otro día vas a trabajar y tus amigos te cuentan qué pasó. En cambio, como el nuestro es de episodios que no tienen tanta conexión, lo graban y lo ven más tarde. Pero lo ven seguro, por eso es que nos va tan bien.”
Morris tiene una larga trayectoria como actriz, casi siempre en papeles menores, y Cold Case es la serie que la puso en primer plano. “Me parece que había un hueco en el mercado de la televisión para la historia de una mujer que estuviera haciendo algo heroico de un modo particular: una heroína que sea más femenina que una mujer que trata de parecerse a un hombre”, dice sobre su personaje. “Lilly no sólo es policía sino que además es una buena hermana, madre, amiga... Tiene la misma lucha que cualquier detective, hombre o mujer, que es que en realidad no tiene una vida propia”, destaca la actriz.
–Lilly Rush es muy fuerte y a la vez sensible. ¿Cómo trabaja esos opuestos en su actuación?
–Me pareció que si no conseguía esas dos cualidades, el personaje iba a fallar y el programa iba a ser como cualquier otro. Cuando leí entre líneas en el piloto, encontré que Lilly era, probablemente, una de las personas más solitarias del planeta. Ella debe tener razones más profundas para tratar de resolver estos casos que han estado esperando tanto tiempo. Y creo que una es que las de los casos son las únicas personas con las que puede tener una conexión profunda: no tiene familia ni amigos, nadie en quien pueda confiar. Por ese motivo, tiene una relación de codependencia con esos extraños que la hacen sentir en casa, necesitada y conectada con la humanidad. Me pareció que ése era el mejor modo de interpretar el personaje, sentí que eso era lo que estaba requiriendo el autor del personaje.
–El uso de flashbacks puede ser molesto en ciertos programas, pero en Cold Case es casi el núcleo. ¿Por qué cree que a su público le gustan tanto?
–Supongo que porque la música te lleva de regreso a esa época y porque usualmente los mezclamos con cosas que estaban sucediendo en ese período de tiempo para hacerlos más relevantes. Por ejemplo, si un caso tenía que ver con los ’70, se ve qué estaba sucediendo política, cultural y socialmente. O qué pasaba con las familias, por ejemplo: ¿se juntaban a cenar en 1972? Porque en los ‘90 ya no se sentaban a la mesa todos juntos... Eso, con la música, provoca que la gente se ponga nostálgica y recuerde su adolescencia en los ’70, cosas así: “Sí, me acuerdo de que nos sentábamos y jugábamos a juegos de mesa en familia, en lugar de mirar televisión”. Quizás en ese programa hay algún malentendido y alguno termina matando a otro, cosa con la que no se identifica nadie (risas). Pero todos los demás elementos son comunes con las vidas de muchos televidentes.
–En el pasado, usted tuvo muchos pequeños roles en programas de televisión y películas, pero recién logró un protagónico con Cold Case. ¿El éxito del programa es una especie de revancha?
–No, no miro las cosas de ese modo. Estoy muy orgullosa del trabajo que hice, porque hace 17 años que soy actriz profesional y no hay mucha gente que pueda lograr eso. Por ejemplo, tuve la oportunidad de trabajar con Steven Spielberg en dos películas, por más que mi escena en Inteligencia artificial la hayan cortado... También estuve en otra escena que cortaron junto a Jack Nicholson. Y tuve la oportunidad de hacer otra película con Spielberg (Minority Report): ¿cuánta gente puede decir lo mismo? Amo actuar y por eso siempre me siento afortunada de poder hacerlo. Y la experiencia de pasar por esa clase de cosas es más valiosa para mí. Lo bueno fue que para Cold Case necesitaban alguien con experiencia, que hubiera pasado por todos esos roles pequeños y medianos, para poder asumir uno de los pocos sino el único rol principal femenino en la televisión actual. Es un honor que hayan pensado en mí para ser la protagonista de un programa exitoso en todo el mundo.
–Cuando un productor como Jerry Bruckheimer llama a un actor, lo primero que piensa éste es: “¿Me voy a convertir en estrella?”
–A Jerry le gusta contratar a actores de películas y me había visto en algunas. Me parece que Jerry pensó en mí porque no era famosa, pero sí familiar para los televidentes porque trabajo desde hace mucho. Obviamente, sé que trabajar con él es una oportunidad mayor a otras de estar en un programa exitoso. Pero no recibí la propuesta pensando: “Oh, me voy a convertir en una estrella televisiva”, sino estando consciente de que tenía una oportunidad única debido al compromiso de Jerry con la excelencia: él hace películas con formato de programa de televisión. Es un nivel totalmente diferente. Por eso, cuando veo alguno de sus programas, de inmediato sé que es de Jerry Bruckheimer. ¡Y hasta me doy cuenta cuando un programa es una copia de los de Jerry!
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