TELEVISION › ENTREVISTA A MARIA LAURA SANTILLAN, QUE HOY PRESENTA “ARGENTINA PARA ARMAR”
El nuevo ciclo de TN propondrá una mesa abierta a intelectuales e investigadores, que debatirán sobre temas diversos vinculados con la vida nacional.
No está mal pensar la Argentina como un gran rompecabezas. Pero no uno de tan sólo 24 piezas, cada una correspondiente a una provincia. Más bien se puede analizar al país como uno de esos puzzles de nivel avanzado, de complejo entramado y piezas muy complicadas de encastrar. La cantidad y magnitud de los problemas que determinan el presente argentino, de lazos tan laberínticos como estrechos, dificultan la tarea. Incluso, porque en su rearmado reside, también, la penosa complejidad de que hace tiempo que cada pieza no está puesta en el lugar adecuado, si es que en algún momento de la historia lo estuvo. Con la idea pensar el país como disparador, Argentina para armar intentará analizar y debatir los problemas más profundos de Argentina. Conducido por María Laura Santillán, el ciclo se estrena hoy, a las 22, por la pantalla de la señal de cable TN.
¿Es posible consensuar un modelo de país, pensando en su crecimiento, que incluya a esa enorme franja de la población cuyas necesidades básicas se encuentran insatisfechas? ¿Qué herramientas se pueden poner en práctica para apostar y hacer realidad el desarrollo social, cultural y económico de Argentina? ¿Qué rol deben jugar el Estado, el sector privado y el mundo académico para cambiar una realidad que no da tregua? Estos son algunos de los interrogantes que Argentina para armar pondrá sobre una mesa de debate abierta a “los que saben”: intelectuales, investigadores, hombres y mujeres calificados para discutir cada problemática. “Es un programa que, a partir de la diversidad y la exposición de ideas de gente que piensa, sabe de lo que habla y es honesta, intentará reflexionar sobre la realidad nuestra de cada día”, apunta Santillán, que con este programa busca complementar la tarea diaria de presentar las noticias en la edición central de Telenoche.
Al analizar la carrera profesional de Santillán, se percibe una reiterada búsqueda de la periodista de abordar la realidad nacional con cierta inquietud casi sociológica, escapando al mero registro diario de los informativos. Desde Justicia para todos hasta Fiscales, pasando por Telenoche Investiga y ¿A quién le importa la educación?, Santillán reincide en el análisis de temas relacionados con la educación y la justicia. De diferentes maneras, por supuesto. Esa inquietud, acaso, pueda encontrar razones en el hecho de que sus padres son docentes universitarios e, incluso, su papá es abogado. “Me crié –cuenta en la entrevista con Página/12– en el seno de una familia de gente que nunca dejó de estudiar ni de ejercer la docencia. Me guié toda mi vida bajo la máxima de que no hay nada mejor que aprender. Y entendí que me gusta más el aprendizaje cuando puedo darles una utilidad práctica a esos conocimientos, comunicándolos, porque me siento básicamente periodista.”
En el envío inaugural del ciclo se discutirá sobre las decisiones que se deben impulsar para que el país logre un crecimiento sostenido. Gustavo Grobocopatel (director ejecutivo del Grupo Los Grobo), Bernardo Kosacoff (director de la Cepal Argentina), Jorge Fortaleza (presidente del Consejo de Administración de la Universidad de San Andrés) y Jorge Todesca (ex viceministro de Economía durante la presidencia de Eduardo Duhalde) serán quienes expondrán sus ideas y debatirán sobre las posibilidades reales que posee Argentina para crecer con desarrollo.
–Pensar Argentina desde los medios y, en particular, desde la TV, es una tarea difícil. ¿Cómo abordar un tema tan complejo y con tantas ramificaciones?
–Pensar la Argentina es un desafío. Y mucho más si la idea es reflexionar sobre las estrategias para rearmar el país. El desafío del programa es pensarlo, escucharnos, saber discutir y después encontrar acuerdos. Es una propuesta que invita a participar a los televidentes en una discusión plural y sincera, para después poder elaborar las propias ideas. Argentina... tiene como premisa escuchar las ideas, y para ello no tienen que ser interrumpidas, algo que trataremos de imponer. Y después de escucharlas, buscar algunas coincidencias.
–Abrirles el tiempo y el espacio a temas que la lucha política por el poder suele dejar afuera.
–Buscar acuerdos y encontrarlos no es usual para la idiosincrasia argentina. El discutir es parte de nuestra idiosincrasia, nos divierte y estamos acostumbrados a hacerlo. Pero también creo que en algunas cuestiones hay que encontrar consensos, sin forzarlos, para armar la Argentina. Y para encontrar los consensos, hay que escuchar, con el tiempo adecuado que implica sentarse a hacerlo, sin interrumpir y alejándonos de la locura de la edición vertiginosa.
–¿Y la manera de hacerlo es reivindicando el lugar que los intelectuales tienen en la sociedad?
–Está bueno tener un espacio pensando en el mediano y largo plazo. No vamos a llamar a los mediáticos o a personajes que son “televisivos”, sino que convocamos a aquellos que investigan y conocen el tema que se debate. En general, la TV elige a los especialistas de acuerdo con su modo de contar. Muchas veces la TV deja a afuera a gente muy inteligente, con muy buenas ideas, pero que son “plomos”. Eso suele no ocurrir, no ser una cuestión, en los medios gráficos. Hay muchos intelectuales o investigadores que no tienen lugar en los medios audiovisuales, o porque no los convocaron o porque están en otra cosa. Y la verdad es que creo que se está en un momento muy importante para volver a abrirles el espacio y escuchar a los que estudian en Argentina. En Argentina se fue dejando de prestarles atención a los intelectuales y a los científicos.
–¿Por qué cree, más allá de las necesidades televisivas, que los intelectuales fueron perdiendo lugar en la sociedad?
–El rol del intelectual se diluyó por varias razones. Pero fundamentalmente porque Argentina perdió toda una generación de personas que fueron desaparecidas, porque hubo un plan sistemático para que pensar no fuera útil y mucho menos comunicar lo que uno pensaba. La dictadura coartó sin anestesia la posibilidad de pensar la realidad. Era peligroso. Muchos intelectuales fueron desaparecidos, otros se exiliaron y algunos se callaron por miedo. Ese corte no es fácil superarlo a nivel social. Por eso creo que hoy, con un crecimiento sostenido como contexto, se dan las condiciones para que los intelectuales echen luz sobre el estado de cosas y nos ayuden a pensar un futuro mejor para el país.
–¿Cómo hará para que las discusiones que se generen en el programa lleguen al público masivo con un lenguaje comprensible?
–Convertir la discusión en un tema al alcance de todos, a través de la pantalla de un medio masivo, es una oportunidad interesante. Cuando yo era muy chiquita, en los ’70, las discusiones que se escuchaban en los bares eran sobre las cuestiones del país, la política. El fútbol no era el único tema que levantaba polvareda. Mis viejos, quienes nos rodeaban, en el colegio, hablaban del país, se lo discutía. Se opinaba sobre la política, ya no del día a día sino de mediano plazo, se hablaba de proyectos. Es interesante crear, colaborar o provocar un ámbito donde eso pase. Hay que reivindicar el espacio de los intelectuales en la sociedad. Y está bueno que lo tenga la TV, y mucho más si se lo hace pensando en Argentina. De la misma forma que está muy bien que haya programas sobre científicos o sobre literatura.
–Es una reincidente en darles lugar a proyectos televisivos atípicos. En 2005 condujo ¿A quién le importa la educación?, planteando una discusión profunda en un canal de TV abierta. ¿Es una búsqueda más personal que profesional?
–A mí me gusta estudiar. Y ésta es una buena manera de hacerlo. Hay gente que hace posgrados; yo lo intenté y nunca me dieron los tiempos. Me gusta estudiar sobre lo que no sé. Argentina... me obliga a estudiar para estar acorde con las circunstancias. Mi tarea como comunicadora es poder decodificar masivamente los conocimientos. Si, encima, puedo llegar a aportar algo a una problemática, mejor todavía. El ciclo de educación lo hicimos porque era un momento muy caliente de la educación, los chicos salían a la calle y había una protesta masiva contra el polimodal. Creo que es posible pensar la Argentina si nos escuchamos. Incluso desde la TV.
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