La huelga que comenzaron ayer los guionistas de Hollywood no sólo se hizo sentir en los sets de grabaciones de cine y televisión, que empiezan a “comerse” los capítulos ya escritos, sino que también se percibe afuera de los grandes estudios de la meca del cine. Es que varias decenas de guionistas de cine y televisión en “huelga ilimitada” se manifestaron en Nueva York, en respuesta a la convocatoria del sindicato de guionistas norteamericanos (WGA). Los huelguistas se concentraron con pancartas frente a los estudios del canal de televisión NBC, en el Centro Rockefeller, junto a una enorme rata de utilería, que en la jerga sindical norteamericana representa al patronato. Los guionistas iniciaron la huelga indefinida tras el fracaso en las negociaciones con los productores, a quienes les exigen un margen mayor de las ganancias que la televisión obtiene de la venta de DVD y de programas a través de internet, celulares y otros nuevos medios tecnológicos. Las negociaciones se estancaron porque, si bien los productores reconocen que las ventas on line están aumentando, argumentan que se trata de un soporte de temprano desarrollo para determinar un aumento del monto fijo que reciben los guionistas.

“Los productores de programas se burlan de nosotros en materia de nuevos medios, que es la cuestión más importante. El acuerdo que concluimos hace veinte años para las ventas de DVD es muy insuficiente”, estimó Peter Brash, autor de telenovelas. “No pueden seguir así. Es avidez pura y simple de parte de los estudios”, subrayó. En la misma línea, Tony Gilroy, autor de la trilogía The Bourne Identity, estimó que la situación es “crítica”. “Exigimos una remuneración correcta, pero estamos peleando contra ocho grupos gigantescos, son adversarios temibles”, detalló. Sin solución posible a la vista, el movimiento corre el riesgo de paralizar a grandes sectores de la industria del entretenimiento en Estados Unidos, sobre todo si se considera que la anterior huelga de 1988 se extendió por casi cinco meses. De no llegar a un acuerdo en breve con los majors, los analistas estiman que las pérdidas pueden llegar a alcanzar los 500 millones de dólares.