TELEVISION › GUIONISTAS Y PRODUCTORES RADICALIZAN SUS POSTURAS
La huelga amenaza con cambiar de un modo drástico el panorama televisivo en Estados Unidos. No habrá negociaciones hasta 2008.
› Por Javier Del Pino *
desde Washington
La ruptura drástica de negociaciones en el último tenso contacto que tuvieron las partes traslada la huelga de guionistas de Hollywood al horizonte del año próximo y amenaza con provocar, como dice el diario Los Angeles Times, un “fundido a negro” en esa ciudad. Guionistas y productores han radicalizado el listado de pretensiones que consideran innegociables. Los escritores quieren más dinero por la difusión digital de su trabajo y más control sobre otros formatos televisivos; la industria acepta pagar más pero sin ceder poder a la hora de fijar precios y comisiones. La huelga amenaza con cambiar por completo el panorama de la televisión en Estados Unidos.
En la última reunión, guionistas y productores abandonaron airadamente la sala de un hotel de Los Angeles en el que habían debatido una oferta de negociación. La industria ofreció a los guionistas un acuerdo que incluía compensaciones económicas por la distribución de contenidos a través de Internet. Según los productores, esa comisión habría permitido subir los ingresos medios de un guionista de ficción de 200.000 a 230.000 dólares anuales. Esa cifra es en sí ficticia, porque en cualquier momento del año sólo trabajan 4000 de los 11.000 guionistas afiliados. Si esa ecuación contemplara a los desempleados, el sueldo medio sería de 62.000 dólares anuales. Los guionistas pidieron unas horas para estudiar la oferta y regresaron con la suya. Además de mayores compensaciones y control por la distribución digital, su propuesta incluía una petición nueva: que los guionistas de “realities” pasaran a formar parte de su sindicato. Los negociadores de las grandes productoras se quedaron pálidos y se levantaron de la mesa. Se da por hecho que no habrá más contactos hasta el año próximo. Ese puede llegar a ser el mayor elemento de discordia. La huelga amenaza con cambiar por completo la parrilla de la televisión en Estados Unidos. Si el paro perdura, las grandes cadenas van a recurrir más aún a los “realities”, que no generan la fidelidad de la ficción pero proporcionan un ingreso fiable a un costo mucho menor. Los productores jamás permitirán que guionistas de ficción y “realities” puedan sindicarse juntos, porque si ambos estuvieran en huelga las cadenas de televisión tendrían que cerrar. De momento los espectadores sólo han notado los efectos de la huelga en la ausencia de los “talkshows” diarios, que emiten reposiciones. Algunos de sus presentadores, como David Letterman, Jay Leno o Conan O’Brian, pagan de su bolsillo al equipo de producción para que puedan llegar a fin de mes. Otros, como Carson Daily, han vuelto a emitir su programa diario para evitar el despido de sus empleados. El y sus amigos escriben solos el guión. El panorama futuro es más desolador. Se han acabado los episodios de la series más conocidas, como Desperate housewives; se ha cancelado por completo la nueva temporada de House y 24, y se agotan poco a poco los episodios de series que requieren más preparación, como Los Simpson. Dentro de un mes, sólo habrá “realities” y reposiciones, lo que puede provocar una espantada de anunciantes y un desastre para las grandes cadenas, que se verán obligadas a cancelar todos los planes para la próxima temporada, incluidos los acuerdos con cadenas de otros países.
La industria del cine ha suspendido también la producción de algunas de las películas más esperadas, como Angels and Demons, con Tom Hanks. También peligra la ceremonia de entrega de los Oscar: ni habrá guionistas para redactar un guión ni la industria querrá arriesgarse a una sala vacía (por solidaridad de actores y directores con los guionistas) o a piquetes en la alfombra roja. Celebridades como Susan Sarandon, Holly Hunter, Laura Linney, Sean Penn, Patricia Clarkson, Demi Moore, Martin Sheen, Felicity Huffman y Woody Allen aparecen en cortometrajes difundidos mediante diferentes páginas de Internet, en los que apoyan los reclamos del sindicato. En los cortos, puede verse a los artistas silbando bajito, gritando de frustración y dando pruebas para papeles en los que se les exige leer a la cámara “sólo lo que está en la página” (en blanco).
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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