La quimera de los héroes

D. Rosenfeld.
Con Eduardo Rossi.
2004, 67 min.
SBP.
En su segundo documental después de la magnífica Saluzzi, ensayo para bandoneón y tres hermanos, el argentino Daniel Rosenfeld demuestra que la corrección política le importa un comino, al convertir en protagonista de su película a un ex nazi. Se trata de Eduardo Rossi, coleccionista de cascos, armas ¡y hasta tanques! de la Segunda Guerra (de uno solo de los ejércitos en pugna, por cierto). Renegado de algunas de sus viejas convicciones, Rossi ha redirigido su vida, convirtiéndose en entrenador de rugby... de un equipo de indios tobas, en el Chaco. Sin embargo, cada uno de sus entrenamientos parece un “baile” del ejército prusiano. Rosenfeld jamás juzga a su protagonista, prefiriendo construirlo a pura narración, con un montaje e iluminación francamente exquisitos.

En mi tierra

John Boorman.
Con Juliette Binoche, Samuel L. Jackson y Brendan Gleeson.
2004, 103 min.
LK-Tel.
Contrario exacto de La quimera de los héroes, hete aquí un ejemplo extremo de corrección política a la americana, dirigido por un John Boorman a años luz de La violencia está en nosotros. Basada en el libro escrito por una poetisa sudafricana, la francesísima Juliette Binoche hace de afrikaner en tiempos post apartheid. Hija y hermana de blancos racistas, Binoche es la progre de la familia, periodista que llora de emoción durante los juicios de tiempos de Mandela. Interesante para comparar con lo que sucedió aquí luego de la última dictadura, todo tiende a la amnistía, la obediencia debida y el lavado de conciencia. Allí termina el colateral interés de este post apartheid según Billiken, en el que Samuel Jackson hace de un yanqui concientizado, sin matices intermedios entre blancos malos y negros buenos.

Fasinpat

Daniele Incalcaterra.
Con los obreros de Zanon.
2005,
67 min.
SBP.
Haciendo juego con la magnífica Grissinopoli (también estrenada este año), Fasinpat (siglas de “fábrica sin patrón”) da testimonio de una de las más notorias experiencias autogestionarias posteriores a la crisis de 2001. Se trata de las de la fábrica de cerámicas Zanon, administrada por sus propios trabajadores tras la fuga del propietario, un personaje que lucró a sus anchas durante la dictadura y el menemismo. Despareja, la película del italiano Daniele Incalcaterra (realizador de la conmocionante Tierra de Avellaneda) comienza en plan excesivamente didáctico y declamatorio. Pero se encuentra a sí misma a partir del momento en que resuelve seguir, en tono de crónica, los trabajos y los días de sus protagonistas, permitiendo ver, a través de su lucha, toda una época de la Argentina.

Rumbos de vida

Ernst Lubitsch.
Con Fredric March, Gary Cooper y Miriam Hopkins.
1933, 90 min.
B & N.
Epoca.
Se editó recientemente esta poco conocida comedia de uno de los grandes padres del género, el berlinés Ernst Lubitsch. Basada en una obra teatral de Noël Coward y con guión de uno de los maestros del rubro, Ben Hecht (que escribió Scarface yTuyo es mi corazón, entre otras), Rumbos de vida (Design for Living) narra con todo desparpajo un triángulo amoroso integrado por Miriam Hopkins, Fredric March y Gary Cooper, que hacen de tres artistas bohemios. Uno de los bellos aportes de la película es ver cómo se despeinan haciendo comedia March y Cooper, iconos de la respetabilidad en Hollywood. El otro es la fluidez del lenguaje visual y narrativo de Lubitsch, magníficamente expresada en la secuencia introductoria, completamente muda.