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8-Quémese después de...

de J. y E. Coen. Con George Clooney, Brad Pitt y F. McDormand.

2008, 96 min. AVH.

Vapuleada por el conjunto de la crítica planetaria, la más reciente película de los hermanos Coen es, junto a Educando a Arizona, su comedia más divertida. Comedia negra, obviamente: la cosmovisión de estos muchachos no admite risa que no esté teñida de ese color. Como de costumbre, el mundo es aquí un universo de estúpidos, jodidos y pobres tipos. Pero lo que le da valor a Quémese después de leerse es que esta vez el acento no está puesto tanto en eso como en la pura fenomenología de los acontecimientos. Más guiados en esta ocasión por las leyes de Kafka que por las de Murphy, las peripecias no se rigen por una mecánica fatalidad sino por el absurdo más seco e implacable.

7-Los paranoicos,

de Gabriel Medina. Con Daniel Hendler, Jazmín Stuart y Walter Jakob.

2008, 98 min. Gativideo.

El apuro con que las películas suelen verse en los festivales hizo que, en el momento de su proyección en el Bafici, no se valorara en su justa medida esta ópera prima del graduado de la FUC Gabriel Medina. Una revisión más serena permite apreciar que no es a la película a la que le falta pulso sino a su protagonista. Y eso cambia todo. En su composición más extenuante hasta la fecha, Daniel Hendler hace de una especie de “emo” tardío, enfrentado a su contracara más temida: su presunto “mejor amigo”, que es en realidad quien lo encadena a la condición de perdedor (Walter Jakob, uno de los grandes descubrimientos recientes). Algo así como una pesadilla asordinada, que obliga a retractarse.

9-Pistoleros al atardecer,

de Sam Peckinpah. Con Randolph Scott, Joel McCrea y M. Hartley.

1961, 93 min. AVH.

El segundo western de Sam Peckinpah no es una de sus películas más conocidas, pero sí una de las más redondas. Libre de la clase de manierismos que lo afectarían más tarde, en términos temáticos Pistoleros al atardecer prefigura la filmografía entera de su autor. Empezando por su obsesión central, la de la decadencia, incluida la del género mismo y representada aquí por dos cowboys geriátricos (interpretados por dos viejas glorias del western, Randolph Scott y Joel McCrea). Como más tarde en Pat Garrett, ellos son los viejos amigos que oscilan entre la lealtad mutua y la traición. Mientras se encaminan hacia la muerte, América se construye, a pura codicia, abuso y crimen.

5-Sin rastros,

de Renny Harlin. Con Samuel L. Jackson, Eva Mendes y Ed Harris.

2007, 88 min. Gativideo.

Con este título se edita Cleaner, que un par de años atrás dirigió el nunca muy inspirado Renny Harlin (el de Duro de matar 2, El largo beso del adiós y Exorcista: el comienzo). Lo más original es aquí la profesión del protagonista, ex policía que ahora trabaja por su cuenta, limpiando “escenas del crimen”. Un día descubre que alguien despachó a un tipo encumbrado y de allí en más es cuestión de averiguar –como en cualquier serie de televisión– quién lo hizo y por qué. La diferencia está en el elenco, con Samuel L. Jackson en el protagónico, Eva Mendes como la viuda y Ed Harris en un papel semejante al que cumplió poco después en Desapareció una noche. El resto es la más pura rutina estilizada.