Sábado, 1 de agosto de 2009 | Hoy
VIDEO
7-La discoteca del amor,
de Adolfo Aristarain. Con Ricardo Darín, Tincho Zabala y Cacho Castaña.
1980, 90 min. Emerald.
Tras su notable debut con La parte del león (1978), Adolfo Aristarain aceptó dirigir un par de musicales de la serie “...del amor”, dirigida a promocionar a artistas del sello Microfon. El primero de ellos (La playa del amor, 1979) fue un producto dignísimo, pero no muy personal. Otro es el caso de La discoteca del amor, de 1980. Con Mónica Gonzaga, Silvia Pérez y Stella Maris Lanzani en el elenco y una ristra de números musicales de grasitud garantizada (Camilo Sesto, Angela Carrasco, Franco Simone), Aristarain saca de la galera una comedia policial-cinéfila, con Tincho Zabala como private eye, Arturo Maly como médico borrachín y fordiano, Velazco Ferrero como villano de guante blanco, el gran Marcos Woinsky como noble bruto... O de cómo convertir un presente griego en cine de autor.
6-Watchmen,
de Zack Snyder. Con Billy Crudup, Malin Akerman y Jeffrey D. Morgan.
2009, 162 min. AVH.
Considerada la reina de las novelas gráficas, en el curso de las dos últimas décadas muchos quisieron llevar Watchmen al cine y todos terminaron reculando, ante la complejidad y la ambición del original. Finalmente se le animó Zack Snyder, aprovechando el crédito que le proveyó 300 y teniendo como meta una fidelidad a toda prueba, apuntada a no decepcionar a ningún fan. El resultado es fiel, respetuoso, literal y, como suele suceder en estos casos, maniatado por todo eso. Con Richard Nixon cumpliendo su tercer mandato y el mundo entero dirigiéndose al holocausto nuclear, un grupo de viejos superhéroes sale de a poco de la clandestinidad, con la intención de defenderse de una conspiración criminal en su contra. Será peor. Amarga, melancólica, lúcida, y también sobrecargada e inflada de gravedad.
7-The Reader,
de Stephen Daldry. Con Kate Winslet, David Kross y Ralph Fiennes.
2008, 124 min. AVH.
¿Se puede haber sido guardia de campo de concentración y comportarse con una honestidad tal que ponga en peligro la propia libertad? ¿Se puede amar a un cómplice del genocidio nazi? En su novela El lector, el alemán Bernhard Schlink formula la clase de preguntas que nadie quiere oír. La versión cinematográfica tiene la virtud de no ahogarlas en maquillajes, esteticismos de qualité o golpes bajos. Lo cual, viniendo del director de Las horas, no es poco. La historia es más o menos conocida: en tiempos de posguerra, un chico se inicia sexualmente con una mujer mayor. Años más tarde descubre que esa mujer fue guardiana de Auschwitz y se niega a prestar un testimonio que podría disminuir su condena. ¿Alguno de los dos es menos culpable? Lo dicho: la clase de preguntas que incomodan.
4-El niño pez,
de Lucía Puenzo. Con Inés Efron, Emme y Arnaldo André.
2009, 96 min. AVH.
Basada en su novela homónima, la segunda película de Lucía Puenzo representa un alarmante paso atrás respecto de XXY. Si aquélla lograba transmitir un inquietante estado de incerteza, ésta luce como una mélange en la que el gancho lésbico coexiste con el melodrama amoroso, el drama de familia(s) disfuncional(es), la comedia corrosiva, la mitología folklórica, el guiño camp (Arnaldo André, haciendo casi de sí mismo) y la película de tiros (mal filmados). Lo más raro de todo es que la novela original es desfachatada, insolente y provocativa, y la adaptación es grave, envarada y de tono indeciso. En casos como éste suele decirse que la versión cinematográfica traicionó el original literario. ¿Pero qué se dice cuando quien escribió y dirigió la película es la propia autora de la novela?
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