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8-Del tiempo y la ciudad,

de Terence Davies.

2008, 74 min. Transeuropa.

En sus mejores películas de ficción (Distant Voices, Still Lives, The Long Day Closes), el británico Terence Davies aunó idealización lírica y recuerdos envenenados en su evocación de los tiempos idos. En Del tiempo y la ciudad, ese ubi sunt adquiere la forma del documental en primera persona, con Davies resucitando la Liverpool de su infancia, además de su infancia misma. El director da nueva vida al material de archivo más diverso y sorprendente, haciendo que las imágenes choquen entre sí de modo eisensteniano y confrontándolas con fragmentos musicales que las contradicen o ponen en cuestión. Desde el off, su propia voz derrama lirismo, teatralidad, acidez, resentimiento y confesiones. Una de las grandes películas del año, sin duda.

6-Zack y Miri hacen...,

de Kevin Smith. Con Seth Rogen y Elizabeth Banks.

2008, 101 min. SP Films.

Desde su primera película, los héroes de Kevin Smith siempre fueron esa clase de muchachones más dados a fumar que a trabajar, y a ver videos porno que a salir con chicas. Cuando tenían veintipico estaba todo bien. Ahora, cuando Smith anda por los 40 y sus muchachos casi casi, la cosa empieza a complicarse. Zack y Miri... pone a prueba esa zona de riesgo, con Seth Rogen sin un peso, compartiendo techo con la rubia Elizabeth Banks. Como una versión de Cous Cous sin pretensiones realistas (ver aquí al lado), la empresa que ambos montan, junto con otros descastados, consiste en la filmación de películas porno... protagonizadas por ellos mismos. Hasta ahí la cosa es divertida y guarrona, pero a la hora de los bifes hay arrugue y amor.

7-Cous Cous, la gran cena,

de Abdellatif Kechiche. Con Habib Boufares y Hafsia Herzi.

2007, 151 min. Zeta Films.

Después de la magnífica Juegos de amor esquivo, el tunecino Abdellatif Kechiche hace foco sobre la comunidad árabe en Francia, destacando a dos personajes disímiles, que terminarán convergiendo. Uno es un viejo operario naval, despedido sin atenuantes tras toda una vida de trabajo en el puerto de Sète. La otra es una chica, hija de su amante. Juntos intentarán salir de la mala, reciclando como restorán un viejo barco en desuso. En su primera mitad, Cous Cous combina neorrealismo familiar con ciertos tópicos propios del cine comercial (la reunión de distintos, la utopía como motor). La segunda, íntegramente ocupada por la noche inaugural del restorán, es un tour de force en tiempo real, que justifica la película entera.

3-La tierra perdida,

de Brad Silberling. Con Will Ferrell, Danny McBride y Anna Friel.

2009, 102 min. AVH.

Infalible en las películas propias, Will Ferrell sigue metiendo la pata en las ajenas. Después de haberlo hecho en Hechizada, la embarra peor todavía en esta nueva reedición de una vieja serie. En La tierra perdida, Ferrell da vida a un científico más fanfarrón que loco, que finalmente concreta su sueño de toda la vida: atravesar una falla temporal, yendo a parar a un universo paralelo. Allí los hombres-mono pastan libres, los mosquitos son gigantes y los dinosaurios se comen a la gente. ¿Y? Nada. Nada de nada: ni sentido, ni humor, ni convicción, ni personajes. Apenas alguna erupción aislada del genio ferrelliano, con alguna canción ridícula y algún típico desubique. Demasiado poco para un campeón del ridículo cómico.