7-Blanc,

de K. Kieslowski. Con Z. Zamachowski, Julie Delpy y Janusz Gajos.

1993, 88 min. Plus Video.

Editada por primera vez en DVD, la “hermana del medio” de la Trilogía de Colores de Kieslowski es la menos ampulosa de las tres. Reverla es volver a toparse con una fábula evidente, pero de moraleja indiscernible. ¿Se trata de un cuento misógino, en el que el hombre humillado termina reconstruyéndose para vengarse de su mujer? ¿O, por el contrario, de una love story tal que no hay contrariedad que la extinga? ¿Una biliosa denuncia de la forma mafiosa del capitalismo post-caída del Muro? ¿Una celebración del azar, que gira loco? ¿De la vida como mutación permanente? ¿Del poderoso que se crea a sí mismo o de la inutilidad del poder? El tiempo multiplica las preguntas, certificación de que el de Blanc es un misterio perdurable.

7-4 de julio, la masacre...,

de J.P. Young y P. Zubizarreta.

2008, 98 min. AVH.

Demoró un par de años en editarse este documental sobre la ejecución, el 4 de julio de 1976, de cinco miembros de la congregación palotina, en la iglesia de San Patricio, en el barrio de Belgrano. Los asesinados habían hecho su opción por los pobres, y las pintadas que los ejecutores inscribieron en las paredes no dejaban dudas de que se trató de un típico operativo paramilitar. De modo meticuloso, Juan Pablo Young y Pablo Zubizarreta reconstruyen hasta el último detalle la trayectoria de sacerdotes y seminaristas de la orden y la interna de la Iglesia durante la dictadura. Apelan para ello tanto al clásico recurso de “cabezas parlantes” como a dramatizaciones, dando por resultado un eficaz, si no renovador documental.

7-A pleno sol,

de René Clément. Con Alain Delon, Maurice Ronet y Marie Laforet.

1960, 120 min. Plus Video.

A diferencia de la decorativa versión de fines de los ’90, A pleno sol logra trasladar al cine algo de la morbosidad de El talentoso Mr. Ripley, y de la obra de Patricia Highsmith en general. Trampolín a la fama de Alain Delon, A pleno sol da la sensación de toparse con sus aciertos, más que de ir hacia ellos con coherencia. Pero lo hace: es memorable la escena en la que, antes de matar al hombre cuya vida ha resuelto ocupar, Tom Ripley le cuenta su plan al detalle, con amoralidad quintaesencial. Y el remate es una de las “nadas” más rotundas que puedan imaginarse. Desde ya que no le sobra un ápice de elegancia al poco talentoso René Clément, y que Marie Laforet aporta apenas un par de ojos tan celestes como el mar que la rodea.

5-Camille,

de G. Mackenzie. Con Sienna Miller, James Franco y David Carradine.

2007, 94 min. Transeuropa.

En pleno revivir del cine de zombis, no es raro que en medio de esta ¿comedia? ¿romántica? la recién casada muera en un accidente, con el traje de novia puesto, luego reviva y de allí en más empiece a oler mal, para desesperación del novio. Que no sólo no la quiere sino que no la soporta, la odia y desprecia. ¿Por qué se casó, entonces? Porque el tío de la novia, policía del lugar, le consiguió la libertad condicional a cambio. No falta misoginia aquí, con la chica (la británica Sienna Miller) como ejemplo consumado de rubia tonta y logorreica. David Carradine –como cowboy gastado, que pinta a sus caballos con colores flúo–, cierta pareja de fumones camineros y la visceral actuación de James Franco ayudan a sobrellevarlo.