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9-El pueblo de los...

de Wolf Rilla. Con George Sanders, B. Shelley e I. Hendry.

1960, 78 min. AVH, Colecc. C. Ficción.

Parte de su colección Ciencia Ficción, que se distribuye en kioscos de revistas, AVH lanzó recientemente esta verdadera cima del género, en edición doble con su secuela, Los hijos de los condenados. Basada en una novela de John Wyndham (autor de la igualmente notable El día de los trífidos), El pueblo de los malditos es una de las más altas expresiones de la subcategoría “niños diabólicos”. En este caso una cría alienígena, nacida de las mujeres de un pueblito inglés, tras un fenómeno de lo más extraño. Condenada en su momento por la iglesia (el misterio de su origen equipara a los niños con Jesús), El pueblo de los malditos instala la extrañeza en su antológica secuencia inicial. De allí en más, puro suspenso, amenaza y sugestión.

6-El imaginario mundo...

de Terry Gilliam. Con Heath Ledger, Christopher Plummer y Tom Waits.

2009, 123 min. Sony Pictures.

El choque entre realidad y fantasía, típico de Terry Gilliam, encarna aquí en una troupe de artistas de la legua, liderada por un mago inmemorial. Hay un joven forastero en fuga que se suma a la troupe (Heath Ledger), un pacto fáustico que el mago (Christopher Plummer) celebró en su momento con el Diablo (Tom Waits) y un detrás de escena que se reconfigura, a la medida de los sueños o pesadillas de quien lo pisa. Como de costumbre en Gilliam, los retazos de historias están al servicio de la efusión onirista-imaginativa, con resultados inevitablemente desparejos. Un desbalance extra fue la muerte de Ledger en medio del rodaje, obligando a su reemplazo por una cohorte de amigos, integrada por Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell.

4-La isla siniestra

de Martin Scorsese. Con Leonardo DiCaprio, Ben Kingsley y Mark Ruffalo.

2010, 138 min. AVH.

Basado en una novela de Dennis Lehane (autor de Río Místico), lo último del decadente Scorsese es uno de esos artefactos con-vuelta-de-tuerca-final-que–se -supone-sorpresiva. A mediados de los años ’50, dos agentes del FBI son enviados para investigar una desaparición en una prisión para enfermos mentales peligrosos. De allí en más todo lo que parece no es y viceversa. Amparado en el truco del relato en primera persona, el viaje al interior de la mente del protagonista (un DiCaprio de chorreante intensidad) está lleno de trampas, cabos sueltos, golpes debajo del cinturón, pulp mal procesado, manierismo de segunda, psicoanálisis de revista semanal y onirismo de dudoso gusto. Cabe aclarar que La isla siniestra resultó muy elogiada.