Autoparódica princesa Disney en Encantada (2007), staff de la Casa Blanca en Juego de poder (2007), monjita avispada en La duda (2008) y aprendiz de cocina francesa en Julie & Julia (2009), la pelirroja Amy Adams es una de esas chicas a las que la cámara parece amar. Por estos días llegan a las bateas de los videoclubes dos películas recientes que la tienen por coprotagonista. Editadas por AVH, se trata de Negocios brillantes (Sunshine Cleaning, 2008) y Año bisiesto (Leap Year, estrenada en Estados Unidos en enero de este año). En Negocios brillantes, Adams tiene de partenaire a otra chica destacada, la morocha Emily Blunt. La película empieza como comedia negra, pero en su afán por cubrir todos los blancos posibles se va perdiendo por el camino. Más modesta, más convencional y más llena de clichés, la comedia romántica Año bisiesto termina siendo también más efectiva y satisfactoria. Tal vez porque pretende menos, quizá porque al lado de la redhead está el guapetón de Matthew Goode, que tiene su gracia. Decir que en ambas Miss Adams derrocha magnetismo es una obviedad tal que de ninguna manera se incurrirá en ella.