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8-Partir,

de Catherine Corsini. Con K. Scott-Thomas, Sergi López e I. Attal.

2009, 85 min. Transeuropa.

Hubo una época en que los amores del cine eran arrebatados, trágicos, inconvenientes. Locos, en una palabra. Después vino la modernidad y barrió con todo. Y después vino esta señora Catherine Corsini y los restituyó. Como señaló Luciano Monteagudo en el momento de su estreno, esta historia de adulterio recuerda inconfundiblemente a La mujer de la próxima puerta. En ambas, la atracción hacia el otro funciona como droga pesada, de las que no hay rehabilitación que cure. En los antípodas de cualquier moralización, la cámara simplemente constata el carácter imbatible de ese dulce mal. La película es igual a su protagonista, Kristin Scott Thomas: pura elegancia. Pero cuando estallan los sentimientos, la desarman y le dan vida.

7-Igualita a mí,

de Diego Kaplan. Con Adrián Suar, Florencia Bertotti y C. Fontán.

2010, 108 min.

Disney Arg.

A esta sección le parece que no se le dio a esta película el lugar que merece. El lugar de una comedia “piola”, en la que la soltura no se da de patadas con la agudeza. Buena parte de ésta apunta al personaje de Adrián Suar, una suerte de Isidorito tan simpático como patético (primera vez que el actor se anima a eso). Y buena parte de la soltura la aporta Florencia Bertotti, claro, una de las más dotadas comediantes lunáticas de por acá. Un sólido elenco de secundarios –encabezados por esa otra magnífica comediante que es Claudia Fontán—, la picante dirección de Diego Kaplan y buenas dosis de mordacidad completan una comedia industrial argentina que es –creemos– como las comedias industriales argentinas deberían ser.