“No existen películas familiares malas”, dictaminó alguna vez John Waters, entusiasmado tal vez por el candor, quizá por la bizarría de la clase de películas que tantas familias filmaron alguna vez en 8, 16 o Súper 8 mm, más recientemente en VHS, mini-DV o el formato que sea. “Vistas en conjunto, las home movies presentan un collage desacartonado del siglo XX”, agregó, algo más acartonado, Martin Scorsese. Desde hace unos años se lleva a cabo en Buenos Aires, con regularidad anual, el Día de las Películas Familiares, cabalgata de home movies, obviamente anónimas, que se presentan completas y en sucesión. Este año, el DPF se llevará a cabo el jueves próximo, en la Casa del Bicentenario (Riobamba 985), de 20 a 22 y con entrada libre y gratuita. Lo auspician la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación y el ARCA (Archivo Regional de Cine Amateur). Habrá música en vivo, y conviene ir una hora antes a retirar la entrada, ya que éstas se entregan hasta colmar la capacidad de la sala. O del patio, mejor dicho, ya que la proyección es al aire libre.