Hay un libro que está circulando entre los iniciados. Se titula La lenta pero incesante degradación de las cumbias lunáticas, y su autor es un tal Ariel Goldsinger, de quien desde la aparición de la obra en 2000 no se ha sabido nada (aunque muchos dicen que ese nombre esconde otra máscara de Dick). Se trata del primer documento en que se aborda la idea de los Festicumex, y el sentido de experimentar con ayuda de los sonidos del género. Postula en uno de sus tramos: “En la cumbia, para que funcione, se necesita pista de despegue y aterrizaje (que es la percusión, el toque del bajo y un acostumbramiento a la cadencia niñesca). También se necesita avión (ideas, textos, intenciones melódicas o poéticas). Y se necesita control, torre de control. Es este último elemento el tan obviamente ausente dentro de las cumbias lunáticas de los últimos veinte años. ¿Existe una torre de control concreta? ¿Donde está y como funciona?”.

Se pueden rastrear respuestas en www.myspace.com/dickelde masiado o en www.canalcumex.com